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A su merced A su merced

A su merced

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Elena Gómez

Estamos a su merced. Me refiero a hackers y ciberdelincuentes. Ayer saltaron las alarmas en mi mundo virtual, y a pesar de haber puesto todas las barreras que están a mi alcance, todavía no estoy segura de haber evitado tener un disgusto en algún momento.

Llevo todo el verano recibiendo en mi bandeja de spam muchos mensajes de fishing, ofreciéndome altas cantidades de dinero a cambio de casi nada. Nunca abro un e-mail de estas características, pero sus palabras son tan atractivas que entiendo que alguien menos desconfiado pueda caer en la trampa.

Lo entendí todo cuando recibí un correo electrónico de una tienda online donde hice una compra el año pasado, en el que me explicaban que entre mayo y junio habían sufrido un ciberataque, y que todos los datos de sus clientes podrían estar comprometidos. Seguía diciendo que estaban haciendo una investigación exhausta y que nuestros datos estaban ya a buen recaudo, pero que no podían asegurar que fueran a ser utilizados con fines delictivos.

Lo primero que hice fue comprobar qué información bancaria había guardado en esa web. Normalmente uso un monedero electrónico, el cual solo cargo con los importes exactos de mis compras. Otras veces utilizo una famosa plataforma de pago, que me genera mucha confianza. Efectivamente, en esta tienda había introducido los datos de dicha plataforma.

De forma inmediata cambié las contraseñas de la tienda online, la plataforma de pago y mi correo electrónico. Todo esto me llevó un buen rato, debido a la cantidad de pasos por motivos de seguridad que tienes que dar para hacerlo.

Ahora toca estar atenta durante un tiempo. Revisaré varias veces al mes los movimientos de mi tarjeta, y en cuanto vea algo raro, tendré que cambiarla. Y, por supuesto, jamás abriré ninguna publicidad que no tenga que ver con mis compras habituales.

El mundo cibernético avanza más rápido que nuestra propia capacidad de aprendizaje y, aunque procuremos estar al día, nunca vamos a estar seguros del todo. Se extiende por la red una delincuencia sutil y perversa, y debemos ser cautelosos. Por eso, si no están familiarizados con estos términos, consulten a personas más avezadas antes de cliquear cualquier enlace sospechoso.