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Estrella Mudéjar Estrella Mudéjar

Estrella Mudéjar

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Elena Gómez

Se acaban de entregar, por segundo año consecutivo, los premios Estrella Mudéjar otorgados por la Asociación Provincial de Comercio Teruel a los tres mejores establecimientos comerciales de la provincia.

Cuando leí la noticia en redes, busqué de inmediato una foto de cada uno de los ganadores para comprobar si se habían premiado locales accesibles. Fue una grata sorpresa comprobar que así fue, al menos en lo referente a la entrada de los mismos. No sé si en el interior estarán adaptados a las necesidades de las personas con movilidad reducida, aunque soy una persona optimista y creo que si sus propietarios tienen esa sensibilidad, habrán hecho todo lo posible para que así sea.

A veces me irrita mi propia desconfianza, por eso, en este caso, me alegra muchísimo haberme tragado mis malos pensamientos. Es fundamental que se incluyan criterios de accesibilidad en los parámetros que miden la calidad de un servicio y así parece que se ha hecho ya que un elevado porcentaje de la población tiene problemas de movilidad, incluso sin tener algún tipo de discapacidad.

Soy consciente de que me repito más que el ajo, sin embargo siempre tengo la sensación de predicar en el desierto en este sentido. Teruel es un lugar de negocios pequeños, cercanos y entrañables, que se cuidan con mimo y que deben persistir, porque su subsistencia incrementa la calidad de nuestras compras y es un motor sostenible de nuestra economía.

Pero también es un lugar de comercios inaccesibles para muchos de nosotros. De qué me sirve a mí que la ropa de nueva temporada sea preciosa, que la comida artesanal sea deliciosa, o que las joyas de diseño sean fascinantes, si cada vez que quiero comprar en estos sitios tengo que ponerme en la puerta, esperar a que los dependientes me vean, salgan a preguntarme qué necesito y me vendan todo en la calle. Cuando ocurre esto, mi sensación de frustración es inmensa. Creo que los afroamericanos sentían algo parecido cuando tenían que utilizar cuartos de baño diferentes en la Norteamérica de mediados del s. XX.

Así que, mis felicitaciones a la asociación que concede estos premios. Todos los granitos de arena son importantes para conseguir un comercio de calidad para todos.