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Sebastián Roa, escritor turolense: “Los persas no eran siempre los malos de la película como nos contaron los griegos” Sebastián Roa, escritor turolense: “Los persas no eran siempre los malos de la película como nos contaron los griegos”
Imagen del novelista turolense afincado en Valencia Sebastián Roa. Manuel Orts

Sebastián Roa, escritor turolense: “Los persas no eran siempre los malos de la película como nos contaron los griegos”

Roa rescata a Artemisia en ‘Némesis’, una historia sobre las guerras médicas, la fuerza del destino y el libre albedrío
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El turolense Sebastián Roa regresa al ruedo literario con Némesis (Harper Collins), una novela que apenas lleva unos días en el mercado y con la que vuelve a su adorado periodo clásico. Némesis es un intenso relato de aventuras ambientadas en las guerras médicas, y protagonizadas por un personaje histórico femenino absolutamente atípico: Artemisia de Halicarnaso, que en el siglo V a.C. fue gobernante de su ciudad, comandante de un navío de guerra y única mujer consejera que tuvo Xerxes, el emperador persa. Roa presenta una nueva novela histórica que sigue a rajatabla dos de las líneas que mejor se distinguen en su amplia trayectoria: reivindica la novela histórica como un género donde la novela prepondera por encima de lo histórico; y ofrece un punto de vista de la historia alternativo al habitual, un nuevo cristal tintado desde donde mirar la realidad para comprenderla más globalmente. 

-¿Qué es ‘Némesis’?

-Es una novela histórica protagonizada por Artemisia de Halicarnaso, un personaje femenino basado en una mujer real de la que habló Heródoto, y que de hecho probablemente se conocieron porque son contemporáneos y Herodoto también nació en Halicarnaso. En esa época, el s. V a. C., Artemisia gobernaba su ciudad y tenía el mando naval del ejército persa. Ella comandó los barco contra la guerra ante Grecia y debió de ser una gran militar. No hay muchos datos sobre ella pero lo hay, y lo que está escrito es muy intenso, así que aprovecho el personaje para hablar de otras cosas, del libre albedrío frente al destino, de algunos mitos... no es únicamente una novela histórica. Y por otro lado escribo desde la perspectiva de los persas, algo que creo que es muy interesante porque no se conoce apenas. Los persas no eran tan malos como nos contaban los griegos, porque a fin de cuentas el relato histórico de nuestra sociedad es el griego. 

-Hábleme de esos temas tangenciales que toca en su novela... ¿cuáles son y cómo los aborda?

-En realidad en esta, y en otras novelas, no me interesa tanto el contexto espacial y temporal, que al final es un decorado, como las historias y los problemas humanos que narra, que es el verdadero objetivo de la novela como género. Desde luego elegir un momento y un lugar históricos donde existe un conflicto mueve la acción de la novela, pero a mí me interesa más la literatura que la historia. En este caso he hablado sobre la contraposición entre el destino y el libre albedrío, que es algo que está muy diferenciado entre las dos culturas que están en conflicto. Los griegos creen en el destino y la predestinación, mientras que los persas eran más de labrarse cada uno su propio futuro. Además Artemisia, como mujer en el siglo V a. C., era una persona que tenía muy marcado su destino, y por si fuera poco tenía sangre griega aunque luchó con los persas. En la novela hablo sobre el valor del destino, sobre si una mujer tiene capacidad de obrar según sus decisiones o son los acontecimientos y las circunstancias las que conducen su vida. Y también hago un repaso sobre algunos mitos que considero muy interesantes, que han llegado a nuestro acervo cultural a través de los judíos, pero que ya existían en las culturas sumerias o babilónicas con otras formas. 

-¿El caso de Artemisia de Halicarnaso era habitual en el contexto persa del V a. C. o fue una ‘rara avis’?

-Hay algún ejemplo aislado en la obra de Herodoto pero no era nada común que una mujer llegara a gobernar o a ser militar. Herodoto de hecho se mostró muy extrañado cuando encontró una mujer entre la lista de almirantes persas, y cuenta que “hizo la guerra sin estar obligada a ello”. Aprovecho el hecho de que ellos fueran coetáneos y nacidos en la misma ciudad, porque la novela está escrita en primer persona, de boca de un joven Heródoto a quien Artemisia le ha contado toda la historia. Fue un personaje tremendo, la única mujer consejera de Xerxes, y si el emperador le hubiera hecho caso la historia hubiera cambiado. Esto está documentado, ella casi nunca estaba de acuerdo con el resto de consejeros y el propio Xerxes admitió que si hubiera hecho caso de ella no hubieran sido derrotados. 

-¿Cómo aborda el trabajo de meterse en la piel de una mujer, una mujer atípica, de una mujer atípica del siglo V a. C.?

-Ya he dicho que existen datos sobre ella pero no son muchos, y al no existir mucha documentación es más fácil construir el personaje. De todos modos en mis libros siempre predomina la novela, la ficción, por mucho que esté ambientada en una época y lugar históricos concretos. Yo creo que debe mandar la ficción y aquellos aspectos humanos de los que quieres hablar. Yo a veces recurro al anacronismo porque entiendo que la novela no tiene que ser absolutamente rigurosa. Una mujer del siglo V a. C. no actúa como una de ahora, pero quien va a leer la novela son personas actuales, y yo quiero que empaticen con ese personaje. De hecho yo escribí esta novela pensando en mi hija, que tiene 26 años, y que tiene en Artemisia un buen modelo para seguir en la actualidad. 

-¿Pensando en su hija? Explíqueme eso, por favor...

-Ella es una gran lectora, pero no lee mis novelas...

-¿Y eso por qué?

-Pues... quizá porque mis escenas eróticas son bastante intensas. El caso es que en esta novela me he ahorrado este tipo de escenas para que se lea la novela. A esta generación de jóvenes les está ocurriendo un montón de cosas negativas, es la más preparada de la historia en España y no les está sirviendo de nada, están viviendo dos crisis económicas seguidas y ya no les faltaba más que la pandemia. Esta historia es de no aceptar el destino desde un punto de vista femenino, y la escribí para animar a mi hija y el resto de jóvenes como ella. 

-¿Finalmente se la leyó?

-Sí. La leyó, la analizó, me dio caña y yo le hice caso, claro.

-¿Ese es el público objetivo de ‘Némesis’? ¿La generación joven?

-Más o menos todos los autores nos vamos haciendo nuestra cartera de autores. A quien le atraiga lo griego le gustará Némesis, porque las guerras médicas son muy potentes. Pero con este libro me gustaría que se asomaran a mis novelas quienes no leen habitualmente novela histórica. Existe el tópico de que este género ahoga el pulso narrativo en pos del dato, de la ambientación y del rigor histórico, y yo intento hacer todo lo contrario. Una novela debe tener acción, intriga, introspección, elementos que conmuevan al lector y que le hablen sobre la condición humana. 

-De entrada Artemisia parece un buen ejemplo a seguir... ¿pero cuánto ha tenido que maquillarlo para hacerlo apetecible de verdad?

-Ya te he dicho que no existen demasiados datos sobre ella, aunque los hay, y que yo tampoco creo que sea imprescindible ceñirse a la realidad histórica. Desde luego como personaje puro es muy atractivo. En la ficción lo encontramos en la película 300, pero es completamente diferente al mío. En esa película es mala, es una tía dura y cruel, vestida de cuero y va por ahí con dos espadas... Yo la he llevado por otro camino y he tenido que inventarme algunas cosas para que resultara coherente, pero aún así es bastante ponente. 

-No es la primera vez que recupera personajes relativamente desconocidos o que la historia les ha reservado un papel que no les hace justicia...

-Si te paras a pensar en la Historia, eso es muy habitual. Hace nada celebramos en Valencia el 9 de octubre, día en el que celebramos la entrada de Jaime I en Conquistador. Para muchos valencianos, Valencia existe desde el 9 de octubre de 1238, la ciudad no tiene historia romana o historia musulmana. Yo toqué parte de esa historia en La Loba de Al-Andalus, donde también hablaba del pasado musulmán de Teruel. Los discursos históricos siempre tienden a obviar u ocultar parte de la historia, e indagar y bucear en esos capítulos me atrae muchísimo. 

-Varias de sus novelas se sitúan en la Grecia clásica. Pese a que nuestra cultura es heredera directa de ella, no es un periodo demasiado habitual en las estanterías de novela histórica de las librerías...

-Pero es un imán para mí, porque muchos de los mitos que seguimos teniendo en la cabeza parten de allí. No hace mucho estudié los periodos temporales en el contexto de la novela histórica y desde luego Roma se lleva la palma. Son las que mejor acogida tienen, y seguramente Posteguillo tiene mucho que ver en eso. Después tienen mucha acogida las medievales, y el resto van por modas; Egipto de repente se pone de moda, o las guerras napoleónicas, o la primera guerra mundial, cuando se cumplió el centenario, y la guerra civil que en nuestro país siempre está. En cuanto a la Grecia clásica es verdad que nunca está en primer línea, pero casi siempre van saliendo novelas ambientadas en ella. 

-¿En qué periodo centrará su próximo proyecto, si es que lo tiene?

-Siempre lo tengo. Ahora estoy un poco parado para promocionar Némesis, que apenas lleva una semana en el mercado, pero siempre tengo varias balas en el cargador. Ahora mismo estoy con un proyecto entre manos ambientado en el siglo XIII. 

-¿Se ve a sí mismo escribiendo una novela que no sea histórica?

-No me cierro la puerta a nada. Por el momento todos los proyectos que me han atraído transcurren en épocas pasadas, pero cuando tenga algo que me apetezca y que me lleve hasta la actualidad supongo que lo escribiré. Ya he comentado que el espacio y el tiempo en una novela me parece algo accesorio, un decorado.