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Enrique Peñalver, paleontólogo del Instituto Geológico y Minero de España: “España es de los primeros en ámbar de la era de los dinosaurios por su riqueza” Enrique Peñalver, paleontólogo del Instituto Geológico y Minero de España: “España es de los primeros en ámbar de la era de los dinosaurios por su riqueza”
El paleontólogo Enrique Peñalver muestra piezas de ámbar con bioinclusiones

Enrique Peñalver, paleontólogo del Instituto Geológico y Minero de España: “España es de los primeros en ámbar de la era de los dinosaurios por su riqueza”

“Soy muy feliz de saber la gran colección que ahora mismo hay en Dinópolis, y va a seguir creciendo”
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El paleontólogo Enrique Peñalver, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y uno de los autores del último trabajo de investigación científica publicado sobre los hallazgos de ámbar en Ariño, asegura que España es hoy día uno de los primeros países del mundo en riqueza de resina fosilizada con bioinclusiones correspondientes a la era de los dinosaurios. Haber hallado hace años el yacimiento de San Just  en la provincia de Teruel supuso un antes y un después, afirma.

-¿Qué es Amberia?

-Amberia surge de la unión de dos palabras, Ámbar e Iberia, es un proyecto que estudia el ámbar no solo de España sino de la Península Ibérica porque durante el Cretácico era una isla, y nosotros estamos interesados también en el ámbar de Portugal, que no deja de ser lo mismo en esa isla, pero en la vertiente oeste. Por eso le pusimos Amberia, que es el nombre del grupo de investigación, y tiene que ver con estos proyectos del Ministerio que vamos renovando cuando expiran.

-¿Cuánto tiempo llevan trabajando como tal grupo de investigadores?

-Con el ámbar de España llevamos trabajando más de veinte años a raíz de un congreso que se hizo en el Museo de Ciencias Naturales de Álava porque había aparecido el ámbar de Álava. 

-¿En estas dos décadas cómo ha cambiado la percepción del ámbar de la Península Ibérica correspondiente a la era de los dinosaurios?

-El cambio ha sido mayúsculo. Yo recuerdo cuando estaba haciendo el doctorado, que era en sedimentos lacustres, por ejemplo de Rubielos de Mora, yo recibí una carta de un investigador alemán y me preguntaba por el ámbar de España, cuando entonces no había. Existía alguna noticia en algunas publicaciones, pero de forma anecdótica. Y fue precisamente el descubrimiento del ámbar de Álava el que nos hizo pensar en el ámbar de España y empezar a explorar. Desde entonces hemos encontrado varios yacimientos que son de importancia mundial, aparte de la gran cantidad de especies y géneros que se han descrito, y alguna familia, que nos indican una gran riqueza en la paleodiversidad de esos bosques. También son importantes las inferencias paleoecológicas que ha habido, de estrategias vitales de los artrópodos, que hoy en día son algo muy común y muy estudiado, pero de repente vemos que ya se producían hace 105 millones de años.

-¿Y en el mundo hay mucho ámbar de la era de los dinosaurios?

-Entonces cuando se hablaba de ámbar del Mesozoico, de la era de los dinosaurios, nos referíamos todos los paleontólogos al de Siberia, el que había en Estados Unidos y Canadá, y poco más; Francia también tenía buenos yacimientos aunque tampoco se habían estudiado especialmente, y además el ámbar de Birmania.

-Así que las aportaciones que se han hecho desde España, entre otros con el yacimiento de San Just y ahora con el de Ariño de la Mina Santa María, son importantes, ¿no?

-Ahora si tú preguntas sobre yacimientos de ámbar de la era de los dinosaurios, España es de los primeros porque es muy rico, tenemos yacimientos excepcionales y le hemos metido mucha carga a la investigación.

-¿Cuál es la aportación que está dando este ámbar?

-Ahora es muy raro que salgan publicados artículos de insectos en el ámbar de Siberia, y algunos salen del ámbar de New Jersey, en Estados Unidos o de Canadá. Ahora están saliendo sobre todo de Birmania, de Francia y de España, que es donde está puesto sobre todo el foco del ámbar del Cretácico. Claro, de alguna manera hemos puesto el ámbar de aquí en primera división, de no saber prácticamente que teníamos esta riqueza científica y patrimonial de España, a lo que es ahora. Eso se ha reflejado también en una divulgación, de manera que muchos ciudadanos saben de su existencia y siguen las noticias. El ámbar español es algo que se conoce, aunque esto no es un Atapuerca, pero puede estar a la altura del yacimiento de Las Hoyas en Cuenca o de otros yacimientos importantes de dinosaurios en España.

-¿Cómo se ha incrementado entonces el patrimonio museístico en estos años?

-Esa es otra cuestión a tener en cuenta, todo el patrimonio que ha llegado a las colecciones de los museos. En Aragón, por ejemplo, yo soy muy feliz de saber la gran colección que ahora mismo hay en Dinópolis, porque realmente son muchos ejemplares y van a seguir creciendo.

-El hallazgo del yacimiento de San Just marcó un antes y un después, ¿verdad?

-Sí, nosotros prácticamente conocíamos el yacimiento de Álava, que tenía una gran colección y lo estábamos estudiando intensamente, y entonces fue cuando se descubrió el yacimiento de San Just, que tuvimos noticias de él por Marcial Marco, un aficionado de Teruel que en un congreso que hubo en Rubielos de Mora sobre patrimonio me lo dijo. Entonces estaba muy liado y tampoco me dijo si era muy abundante o tenía bioinclusiones porque no lo podía excavar, y un día que fuimos es cuando se destapó el segundo gran yacimiento en España después de Álava. Eso fue un gran impulso, y tiempo después apareció el de El Soplao, en Cantabria.

-¿Qué supuso entonces el hallazgo del yacimiento de San Just en lo que a la investigación de ámbar en España se refiere?

-De alguna manera el yacimiento de San Just nos sacó del sopor de que todo estaba centrado en Álava y de que parecía que no había nada más, aparte de ese material en esta disciplina. Y además, el hecho de que nosotros fuéramos los que desde el principio nos pusimos a excavarlo y a estudiarlo, pues fue un acicate. Los de Álava lo hicieron fantástico, pero claro, el que nosotros estuviéramos implicados desde el principio marcó una inflexión.