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Patricia Cotaina, autora del libro ‘La tronca de Navidad’, ilustrado por Vera Galindo: “La Tronca de Navidad cagaba lamines cuando no había dinero para juguetes” Patricia Cotaina, autora del libro ‘La tronca de Navidad’, ilustrado por Vera Galindo: “La Tronca de Navidad cagaba lamines cuando no había dinero para juguetes”
Patricia Cotaina, autora del álbum infantil ‘La tronca de Navidad’, ilustrado por Vera Galindo

Patricia Cotaina, autora del libro ‘La tronca de Navidad’, ilustrado por Vera Galindo: “La Tronca de Navidad cagaba lamines cuando no había dinero para juguetes”

Cotaina edita un cuento en castellano acompañado por una canción para difundir esta tradición aragonesa
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La maestra de música Patricia Cotaina llevaba más de 12 años entusiasmando a los niños y niñas de todos los colegios a los que iba con un cuento sobre la Tronca de Navidad, que ella misma había inventado a partir de esta tradición que hunde sus raíces en la zona pirenaica, desde donde se extendió a la Franja de Aragón y Cataluña, entre otros lugares. Sin embargo, la historia nunca se había llevado al papel, así que el año pasado decidió autopublicar el libro La tronca de Navidad, con ilustraciones de Vera Galindo. 

La familia paterna de Cotaina, que actualmente da clases en el colegio público Gloria Arenillas de Zaragoza, procede de la localidad turolense de Alcaine, donde pasa los veranos.

-¿Cómo surgió la idea de escribir La tronca de Navidad?

-Llevaba más o menos unos 12 años contando esta historia de la tronca, que yo misma me había inventado, en todos los colegios donde iba y quería recuperar esta tradición porque es algo bonito. En ella, Ara y Marboré son dos niñas del Pirineo que conocen un árbol que está llorando por su hija enferma. Se llevan esa “tronca” a casa, la cuidan y cuando llega Nochebuena, se hace la magia y la tronca caga los dulces. 

La historia funcionaba, pero no había nada editado para el público infantil; tan solo una publicación en aragonés en una revista aragonesa, pero nada en castellano. Al final me decidí por la autopublicación de la historia, porque me gustaba y funcionaba.

-¿Ha investigado el origen de esta tradición?

-Me encanta investigar la historia, tanto oral como escrita, e indagar en las costumbres y tradiciones e incluso en los instrumentos musicales aragoneses. Además, siempre me ha gustado crear y contar historias. Así que me marqué el reto de aunarlos en este proyecto.

-¿Y dónde nace la costumbre de cuidar a la Tronca de Navidad?

-Principalmente en el Pirineo, desde donde se extiende a toda la Franja de Aragón incluido Teruel, donde también se le llama zoca, y a Cataluña, donde se le conoce como el tió de Nadal. En todos los casos tienen la misma raíz. El tió se puso de moda a partir de 1960 en los centros comerciales de Cataluña y se recuperó la tradición. En la actualidad, la mantienen con vida junto a Papá Noel o los Reyes Magos. 

La tradición catalana tiene mucho más peso, quizá porque saben explotar mejor sus costumbres y lugares. Pero yo quería recuperarla para la Navidad aragonesa como algo propio, porque siempre parece que somos menos o que nuestras tradiciones tienen menos valor.

-¿En qué lugares se mantenía viva?

-Se mantenía residualmente esta tradición de los abuelos en la zona de Bielsa, el Sobrarbe y el valle de Benasque. También en algunas localidades oscenses como Las Paules, donde utilizan otro dialecto. Pero yo quería recuperarla con un cuento en castellano, que no estuviera escrito solo en aragonés porque su estudio está muy restringido a algunas zonas del Pirineo. Y además quería publicar algo que aunara tradición y modernidad. Por eso, también hay palabras en aragonés, como fogaril, lamines, zurrón o huesera, entre otras. 

-¿Ha cambiado la tradición con el paso de los años?

-La tronca antaño cagaba los lamines porque nos remontamos a la época de nuestros bisabuelos, cuando no había dinero para comprar juguetes. El premio de la Navidad era un bombón, un mazapán o un turrón. Esos eran los regalos de la época, tanto en la tradición aragonesa como catalana. Ahora deja chucherías pero también caga regalos.

-¿Porqué eligió a Vera Galindo como ilustradora del álbum?

-Vera es de Sástago aunque vive también en Zaragoza. Conocía su trabajo, sobre todo por su participación en la asociación sin ánimo de lucro Believe in Art, que se dedica a hacer de los hospitales un lugar más acogedor. Buscaba un estilo moderno, como el suyo. Quedamos, le dije lo que quería y me dijo que sí; así que le pasé el texto para que lo ilustrara. 

-En la página web https://latroncadenavidad.com/ se puede además escuchar una canción para acompañar a esta historia…

-No es una canción original, sino una creación con las variantes que más se repiten en cada zona. Pero en el 90% de los lugares donde se recitan los versos de la Tronca salen esas palabras, como “güen tizón, güen barrón,…”. La creación de la canción ha sido un aliciente más. 

-¿Qué acogida ha tenido la obra? ¿Está preparando alguna otra?

-Buenísima. Estamos muy contentas con la acogida que ha tenido. La gente estaba esperando que la tradición se diera a conocer otra vez, y a los que no la conocían también les ha gustado mucho, sobre todo al público infantil. Mi meta con este libro sería que el mayor número posible de personas conociera esta tradición y se volviera a recuperar poco a poco.

De momento, en este año tan raro, no estoy preparando nada nuevo porque las autopublicaciones son complicadas. Te tienes que encargar de darlas a conocer, de la distribución,… y no es sencillo.