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El polígono NorteTeruel se reivindica como una oportunidad de empleo y desarrollo El polígono NorteTeruel se reivindica como una oportunidad de empleo y desarrollo
Pretersa-Prenavisa genera centenares de empleos en La Venta del Barro. Pretersa-Prenavisa

El polígono NorteTeruel se reivindica como una oportunidad de empleo y desarrollo

El Bajo Martín confía en el Convenio de Transición Justa para impulsar este enclave estratégico

Una ubicación estratégica entre Alcañiz, Andorra, Caspe y Zaragoza hacen del polígono industrial La Venta del Barro un enclave privilegiado para la atracción de empresas en plena lucha por buscar alternativas al varapalo que ha supuesto para el Bajo Aragón el cierre de la central térmica de Andorra.

Ubicada en La Puebla de Híjar, el área industrial no es de ámbito Miner, pero de sus 750 trabajadores alrededor de 500 proceden de municipios que sí lo son. Es por ello que la Mancomunidad Industrial del Bajo Martín, que sí forma parte del proceso participativo del Convenio de Transición Justa, reivindica mejoras para hacer el polígono si cabe más atractivo a la proliferación de empresas que puedan crear empleo a menos de media hora de viaje de los principales núcleos de población del territorio.

No en vano, 250 trabajadores proceden de Alcañiz y más de 60 ya viajan a diario desde Andorra. La Puebla, Albalate del Arzobispo, Híjar y Caspe también nutren de mano de obra el área industrial.

Jugando con el nombre de la marca de calidad territorial de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín, el alcalde de La Puebla y presidente de la Mancomunidad sugiere impulsar el “polígono NorteTeruel”.

“Somos la puerta a Zaragoza para todo el Bajo Aragón”, reivindicó el responsable, por lo que las principales conexiones con el corredor hacia Madrid y Barcelona están a menos de una hora. La capital aragonesa se sitúa a 66 kilómetros, Andorra a 33 kilómetros, Alcañiz a 37 y Caspe a 43.

El cargadero es fundamental

El alcalde poblano recordó que vienen reivindicando un cargadero ferroviario desde hace tiempo en La Venta del Barro y reclamó coherencia y sentido territorial a la hora de financiar infraestructuras. Pese a tener el ramal ferroviario a 1,5 kilómetros y un estudio realizado para el proyecto, su ejecución lleva pendiente tres lustros.

El Gobierno de Aragón invirtió en su día en terrenos para llegar hasta la carretera N-232 e incluso la iniciativa privada colaboró en su arranque. Ello permitió la puesta en servicio de un primer ramal ya utilizado con éxito.

Músculo empresarial

Prenavisa cuenta con una media de 500 empleados, siendo la empresa más importante de todo el Bajo Aragón histórico. El resto del empleo lo aportan compañías que diversifican la economía del enclave como Áridos Artal, Zafán Recubrimientos Industriales, Exportadora Turolense, Gapiba o Talleres Jesús Valero SL, que ya genera una quincena de empleos en el sector del metal.

En cuanto a sectores, están representados desde los prefabricados de hormigón hasta el endógeno alabastro, pasando por iniciativas agropecuarias, el sector del metal o un supermercado. Cada vez son más demandados perfiles profesionales como los que operaban en la central térmica, por lo que el polígono se ofrece como una solución para las recolocaciones. 

Próximamente se abrirá una estación de ITV que evitará desplazamientos a Alcañiz, Andorra, Caspe o Quinto de Ebro.

En este momento quedan libres 50.000 metros cuadrados ideales para atraer a varias pequeñas empresas.

La mancomunidad, integrada por todos los pueblos del Bajo Martín excepto Samper de Calanda y Castelnou, está hoy saneada económicamente y ya piensa en ampliar 11.000 metros más.

Tiene la depuradora en marcha, el alumbrado funciona y se va a actuar en jardines y viales. También hay gas, trae agua del río Martín y podría hacerlo del Ebro. La fibra óptica está en instalación mediante el Plan Pebang. Cuenta con un área de servicios anexa y está previsto reabrir el hostal a pie de carretera, para lo que será necesaria una modernización.

Busca socios y un gerente

El polígono se erige como una “solución para la despoblación en 50 kilómetros a la redonda”, apuntó Bello, que pide a los políticos que esta vez “no le pasen de largo”.

La Mancomunidad Industrial del Bajo Martín, que funciona de manera independiente y es económicamente autónoma, está abierta a la incorporación de más municipios e instituciones interesadas, ofrece Bello, que urge que la carretera nacional N-232 se convierta en la ansiada autovía A-68 para acortar tiempos de viaje con respecto a Zaragoza, donde convergen las principales plataformas logísticas del país.

Entre las propuestas realizadas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para que sean incluidas en el Convenio de Transición Justa, la Mancomunidad ha incluido el impulso al cargadero ferroviario, el enlace a la estación depuradora de La Puebla, la mejora de viales y urbanización de más suelo industrial, el cambio del alumbrado para la eficiencia energética y un vivero de empresas y centro coworking. En la actualidad, una nave municipal hace las veces de incubadora de la línea de internacionalización de Aceites Impelte, así como el almacenaje y clasificación de otra empresa que trabaja con almendra.

Otros retos que se marca la mancomunidad pasan por tener capacidad económica para contratar a un gerente para la dinamización y promoción del área industrial.

Tras años de reivindicaciones, por fin Suelo y Vivienda del Gobierno de Aragón rebajó el precio del metro cuadrado hasta los 20 euros (estaba en origen en 30 y ya bajó a 26), y la Mancomunidad bonifica otros 2 euros a quien se instala. Sin ser un precio atractivo debido a la cercanía de municipios de ámbito Miner que bonifican el suelo industrial mucho más, las empresas se decantan por La Venta del Barro debido a la “situación estratégica” del área industrial, a tiro de piedra del valle del Ebro.

Querol: “Podemos vivir en los pueblos trabajando en industrias fuertes al lado”

“El mejor polígono a desarrollar en el norte de Teruel es La Venta del Barro”, aseguró el técnico de explotación de Exportadora Turolense y decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas de Aragón, Emilio Querol, que hace dos años ya defendió las bondades de este enclave industrial en la comisión especial que hubo en las Cortes de Aragón por el anunciado cierre de la térmica de Andorra.

En primer lugar, Querol destaca la ubicación. “A todos nos gustaría tener polígonos en nuestros pueblos, pero no podemos negar que la ventaja que tiene el mal llamado polígono de La Puebla de Híjar es que está muy próximo a Zaragoza, con la importancia que tiene la capital de Aragón a nivel social y económico”.

“No podemos desarrollar industrias si nos alejamos de dónde están los trabajadores, las industrias auxiliares y demás”, sentenció Querol.

La segunda ventaja es que “no es un polígono que haya que urbanizar, sin saber si se va a llenar o no”, sino que cuenta con suelo disponible y su ampliación no depende de grandes subvenciones. “Estamos cansados de ver polígonos urbanizados y vacíos, reflejo de que las cosas se han hecho más con el corazón que con la cabeza”, apostilló.

El usuario del área industrial puso también en valor la “capacidad de crecimiento” que esta tiene “por su orografía, instalaciones y posibilidades” al estar a menos de media hora de viaje de “centros próximos de población”, por lo que no dudó en asegurar que es “el sitio ideal” en el Bajo Aragón, especialmente si se materializa con la prontitud que se espera la ejecución de la A-68.

El decano abogó por “dos o tres sectores tractores” que puedan tirar de otras empresas auxiliares. El agroalimentario podría ser uno, “y otro punto importante son las renovables”, dijo, pero no para “hipotecar el territorio” con grandes parques sino para “fabricar sus componentes”. 

En definitiva, “podemos vivir cada uno en nuestros pueblos trabajando en industrias fuertes que están aquí al lado”, defendió.