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Miedos: ¡Qué más da lo que diga Abril, mayo, junio y la Obregón! Miedos: ¡Qué más da lo que diga Abril, mayo, junio y la Obregón!

Miedos: ¡Qué más da lo que diga Abril, mayo, junio y la Obregón!

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Francisco Herrero

Lunes, 22 de febrero. Un rosario

La condena de la violencia es un mantra que hay que repetir cincuenta y nueve veces, tantas como cuentas tiene un rosario. Quizás más. El Partido Popular es un experto en reclamar al resto de formaciones adversarias y a todas horas la repulsa a las acciones virulentas. Hoy le ha tocado a Unidas Podemos la petición de repudio, acompañada por la sugerencia de aplicar la ley de partidos e ilegalizar al conglomerado de izquierdas.

Por supuesto que hay que despreciar los actos agresivos. Sin embargo, no creo que la simple declaración reiterada del rechazo tenga que convertirse en la mera acción política válida. Durante años, el bando conservador ha llevado como única bandera la defenestración de aquellos rivales que, aun aceptando las reglas democráticas, muestran una tibieza inaceptable para el dedo acusador. Me gustaría que ese estilo de hacer política acabara de una vez. Por el contrario, temo que ahora, por revelar mi opinión, la fiscalía diestra se dirija hacia mí.

Martes, 23 de febrero. La modernidad

Audiencia estimada, me he tomado la molestia de hojear la ley aragonesa 1/2021 de Simplificación Administrativa. Es el típico texto legal del cual no vas a entender la mitad, pero va a condicionarte en tu relación con la burocracia autonómica. Y me ha llamado la atención, sobre todo, el apartado dedicado a las entidades colaboradoras de certificación.

¿De qué va todo esto? Pues de que, a partir de ahora, el trato con el Gobierno de Aragón va a basarse en las declaraciones responsables y las comunicaciones previas. Es decir, presentarás de buena fe unos papeles y el gobierno te dará vía libre para actuar. El funcionariado ya se encargará más adelante de efectuar comprobaciones. O no, me huelo en mis adentros.

Esos papeles, no obstante, tendrán que ir avalados por una entidad colaboradora de certificación, que será la responsable de la veracidad de los datos aportados. Esas agencias, imagino, no harán su trabajo de balde y lo que hasta ahora era un lento trámite se convertirá en una veloz y gravosa formalidad para quien presente una solicitud. Son los signos de la modernidad.

Miércoles, 24 de febrero. Cerveza y chupito

Cerveza y chupito gratis. Es la oferta de un local de copas de Tel Aviv, en Israel, para quienes acudan a recibir una dosis de Pfizer, por supuesto también gratis. Leo en diversos medios nacionales e internacionales que en un fin de semana se han vacunado más de dos mil jóvenes mediante este sistema. Leo además que Israel ha colocado puestos de vacunación a la salida de las cajas de Ikea, y que lo de ofrecer dulces y otros platos de gorra en comercios a cambio de un pinchazo se ha convertido en una estrategia exitosa para generalizar la inoculación.

No sé si aplaudir la iniciativa o morirme de la vergüenza. Al parecer, la población de la ciudad que nunca duerme en el Mediterráneo oriental está tan ocupada que no tiene tiempo para pasarse por un centro sanitario. Así se le facilita el proceso. Por otro lado, se piensa que es una forma eficaz de convencer al 30% del censo que tiene dudas sobre recibir la inyección. Y por eso no sé muy bien dónde mirar. ¡Por qué poco estamos en disposición de cambiar de parecer en esta vida!

Jueves, 25 de febrero. El picotazo

Mientras en Israel celebran la vacunación con cervezas y chupitos gratis, aquí en Aragón se opta por los métodos más tradicionales. Hoy ha anunciado la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, Mariví Broto, que se abren los asilos para todas aquellas personas que se hayan vacunado; quienes hayan optado por esperar a más adelante o, directamente, rechazar el picotazo, se quedan en su prisión particular hasta que vengan tiempos mejores.

El mejor resumen de la situación lo ha escrito la cuenta en Twitter del programa Aquí y Ahora de la televisión autonómica: “Todo anciano que esté en una residencia podrá salir a la calle y recibir más vacunas una vez esté vacunado”. Nada de chupitos y cervezas. Vacunas. Vacunas por doquier. Eso sí, yo no me haría muchas ilusiones con eso de empezar a dar besos y abrazos a todo quisqui, que las limitaciones de distancia interpersonal y mascarilla siguen vigentes. Por mucha vacuna que te insufles.

Viernes, 26 de febrero. La extravagancia

La presentadora de Cocentaina Carolina Ferre es mi heroína de los últimos tiempos. Hoy se ha marcado un tuit afirmando que se la bufa lo que dice “Abril, mayo, junio y la Obregón”, que así tiene que ser porque vivimos en un país con libertad de expresión, que al final ninguna celebridad va a querer pronunciarse sobre nada por las reacciones furibundas: “¡Que digan lo que quieran! De todo se aprende y se definen con lo que dicen”. Por supuesto, Carolina ha recibido lo suyo en las respuestas al tuit.

La uniformidad de pensamiento se ha impuesto. Durante casi un año, por ejemplo, hemos asumido una serie de desinfecciones, que un artículo en la sección Materia del diario El País ha calificado esta semana de “teatro pandémico”. Desde casi el principio pensé que eran acciones vanas eso de sulfatar calles, lo del paseo de buzos por las residencias y las cárceles o la asepsia de elementos al aire libre de un uso muy limitado. Pero he callado muchas veces por miedo a ser el raro de la clase. Al final, he necesitado algo en lo que agarrarme para reafirmarme, sin caer en la extravagancia, y definirme.

Sábado, 27 de febrero. La exculpación

He estado hablando con mi amiga Mayka de Valencia. Es el pensamiento positivo personificado y toda una fábrica de planes. Como yo tengo un cierto punto negativo, pues nos atraemos. Me enteré el otro día que uno de sus hijos ha sido uno de los detenidos en las manifestaciones por la libertad de expresión surgidas a raíz de la entrada a la cárcel de Pablo Hasél. Tras pasar un día en los calabozos, quedó en libertad a la espera de juicio. Mayka tiene la sospecha de que la policía estaba buscando una acción ejemplarizante y que le ha tocado a su hijo, entre varias personas más. Al haber testigos, grabaciones de cámaras de seguridad y periodistas, la inocencia de los jóvenes podrá probarse.

Me he recordado de que, en el tardofranquismo, alguien de mi familia corrió delante de los grises y también acabó en la comisaría junto a algún compañero de andanzas. Siempre me aseguraron en casa que por entonces tener contactos entre la policía facilitaba la exculpación. Unos años más tarde, alguno de aquellos camaradas acabó siendo ministro.

Domingo, 28 de febrero. Comecerebros

Estoy preparando un viaje a Torrijos, en la provincia de Toledo, para tomar un baño en la piscina cubierta de la localidad. El 15 de marzo reabre tras haber superado la invasión de la ameba comecerebros que estaba tan a gustito en uno de los vasos. Una niña estuvo a punto de morir en el año 2018 por el bicho infecto y los intentos de acabar con el protozoo no habían tenido éxito hasta ahora, cuando se va a convertir en “una de las piscinas más seguras de toda España”, según el alcalde Anastasio Arevalillo.

¿La solución? El dióxido de cloro. ¿De qué me suena esa sustancia, calificada por el primer edil como “la panacea para que ningún microorganismo extraño pueda vivir en estas aguas a día de hoy”? Ya. ¡Qué pena no poder expresarme aquí con el emoticono de la cara tapada por la palma de la mano! 

La imagen de la semana / Filomena

Esta semana he vuelto a visitar la laguna del Cañizar de Villarquemado, uno de esos pocos placeres que todavía podemos disfrutar quienes vivimos fuera de la capital y Alcañiz. Y he comprobado que Filomena causó estragos. Bueno, imagino que fue Filomena. El caso es que aquí hay mucho trabajo para volver a tener todo en perfecto estado de revista.