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Cruz Aguilar

Los que tenemos Teruel como escenario de la película de nuestra vida sabemos que es un lugar de cine. Hemos rodado aquí nuestras escenas costumbristas del día a día, esa infancia plagada de calle y juegos sin juguetes, esos besos mecidos por la banda sonora de las verbenas estivales. A veces también ha sido escenario del drama e incluso, en ocasiones, nos sentimos figurantes de películas de terror que parece difícil ambientar en otra parte. La desidia que muchas veces sentimos hacia nosotros es la que nos hace padecer ese complejo que tanto nos reprochan desde otras zonas. 
Sin ser experta en nada, solo con el titular del tiroteo de Albalate ya supe que detrás había algo muy gordo. En Teruel nadie se lía a tiros por ser sorprendido robando. Estaba claro que había algo más y, en cuanto se descartó el ajuste de cuentas –a los 10 minutos siguientes, supongo– era momento de poner en marcha un operativo para buscar a quien fuera que disparaba balas de verdad contra agricultores. ¿Se imaginan un tiroteo en Puerto Venecia y que sea el propietario de una de las tiendas junto a dos guardias civiles los que busquen al violento? Sí, Teruel también es la cuna del surrealismo cinematográfico. 
Por desgracia, en estos días hay pueblos donde la tensión social convierte el día a día en un docudrama de estos que están tan de moda. En la vida real no suele haber malos malos –salvo excepciones, claro– o buenos buenos, cada uno tiene su parte de razón, que puede estar equivocada y se puede rebatir, pero siempre desde el respeto.
En la provincia se han grabado muchas películas, Albarracín es un ejemplo de lugar de rodaje, pero hay muchos otros que forman parte de clásicos y grandes super producciones. Ahora para facilitar que vengan productoras se ha creado una oficina provincial y en la última semana hemos conocido dos escenarios de rodaje de productos de primer nivel. Jesús Font necesitaba recrear Canadá y la Majada de la Vaca de Orihuela se ajustaba a ello a la perfección. En el Jiloca fueron pioneros en poner en bandeja su territorio como plató de cine y hace dos días se presentó el videoclip de Love os Lesbian rodado allí.  El cine es dinero, directo y en forma de promoción turística,  y el enfrentamiento solo se da si lo requiere el guion, así que ¡Silencio y acción!.