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Los edificios han aguantado casi un siglo por la calidad de los materiales

En la imagen, la estación de Palomar, que ha perdido toda su cubierta

Unir por ferrocarril Teruel con Alcañiz fue un proyecto que nunca llegó a materializarse pero que dejó numerosas huellas a lo largo de toda la línea.

Unir por ferrocarril Teruel con Alcañiz fue un proyecto que nunca llegó a materializarse pero que dejó numerosas huellas a lo largo de toda la línea. Las construcciones han aguantado todo tipo de inclemencias del tiempo durante casi un siglo y de no ser por la calidad de sus materiales ya estarían todos en el suelo porque no ha habido mantenimiento alguno.

Testigos mudos en forma de edificios que poco a poco se van perdiendo porque, salvo uno -que hace unos años se reconvirtió en albergue-, todos quedaron a la espera de unos viajeros que nunca pasaron por allí. Esos viajeros podrían haber llegado desde Francia ya que el trazado proyectado comenzaba en Sant Girons, justo después de cruzar la frontera en el Valle de Arán. Pero también desde Baeza, en Jaén, ya que la línea, planteada en un primer momento por el Gobierno francés, tenía como objetivo enlazar de la forma más corta posible, el país galo con las colonias que tenían en el norte de Africa.

Pedro Verdejo, que es profesor de Construcción en Arquitectura en la Universidad Cardenal Herrera CEU San Pablo de Valencia, explica que el proyecto se proyectó en 1880, pero tenía un coste económico altísimo. De todo el trazado solo llegó a funcionar un pequeño tramo entre La Pobla de Segur y Lleida que se emplea como tren turístico -el Tren dels Llacs- y una pequeña franja en Albacete que aún se usa porque se enlazó y adaptó a la línea actual, según explicó el investigador con raíces en Cervera del Rincón.

"Lo curioso -relata- es que en el tramo entre Alcañiz y Teruel llegaron a concluirse todas las edificaciones incluso antes de la guerra civil, solo faltaba un viaducto y poner la parte metálica de las vías". En la posguerra Franco puso interés en sacar adelante el proyecto, pero no avanzó por cuestiones económicas.

De los 30 edificios que se levantaron entre muelles de mercancías, edificios de viajeros, lampisterías, retretes, casillas ferroviarias y antiguas viviendas la mayoría están en pésimo estado de conservación y alguno, como las estaciones de Castelserás y Calanda están totalmente derribadas.

Uno de los edificios, el de Perales, se ha convertido en albergue. Ese es precisamente el uso que Verdejo plantea para los que aún se pueden salvar, aunque para ello es necesario que la vieja línea sin tren se reutilizara como una vía verde con mucho tránsito de ciclistas. "Estos edificios tiene valor tanto formal como constructivamente", matiza el experto.

850 kilómetros, 162 por Teruel

El trazado de la línea férrea pretendía unir Saint Girons, en Francia, con Baeza a través de 850 kilómetros de los que 162 discurren por la provincia de Teruel. El gobierno francés estaba muy interesado en esta infraestructura porque le permitiría contactar de la forma más rápida con sus colonias en el norte de África.

Cuatro tramos de Alcañiz a Teruel

El tramo entre Teruel y Alcañiz se subdividía en cuatro tramos. El primero unía la capital con Rillo (43 kilómetros), de ahí se enlazaba con Palomar de Arroyos (35,5 kilómetros). El siguiente tramo, de 49 kilómetros, iba hasta Alcorisa y allí los trabajos están mucho más atrasados por la orografía del terreno. El último tramo es el que llega hasta Alcañiz y está prácticamente finalizado a excepción de la conexión a Alcañiz, según comenta el investigador Pedro Verdejo. Para esos 162 kilómetros se construyeron una treintena de edificios entre los que había muelles de mercancía y pasajeros, almacenes, retretes y viviendas, entre otros.

Autor:M. C. A. Teruel