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La Fundación Dinópolis estrecha lazos científicos con la cuna de la dinosauriología norteamericana El equipo turolense trabaja en proyectos conjuntos de investigación con instituciones del Estado de Utah

De derecha a izquierda, Luis Alcalá, Rafael Royo, Martin Lockley y Alberto Cobos en el Paleosafari de Moab (Utah) con varias reconstrucciones de saurópodos

En el último tercio del siglo XIX, la conquista del Oeste americano no solo supuso la expansión territorial de los Estados Unidos hacia las costas del Pacífico, sino un gran desarrollo en el estudio y la popularización de los dinosaurios.

En el último tercio del siglo XIX, la conquista del Oeste americano no solo supuso la expansión territorial de los Estados Unidos hacia las costas del Pacífico, sino un gran desarrollo en el estudio y la popularización de los dinosaurios. Paleontólogos como Othniel Charles Marsh y Edward Drinker Cope se adentraron en tierras indias para excavar los ricos yacimientos de fósiles existentes en los Estados de Utah y Colorado, en donde afloraron los huesos de dinosaurios que se han convertido en iconos populares como Diplodocus, Allosaurus o Stegosaurus. Siglo y medio después, un equipo de científicos españoles, la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, se ha lanzado por primera vez a la conquista de estas tierras que son una de las cunas de la dinosauriología mundial.

Es la primera vez que científicos españoles participan en un proyecto de investigación científica en Utah, a pesar de ser el lugar donde nació la paleontología moderna de dinosaurios y donde el estudio de estos grandes reptiles del Mesozoico cobró un importante auge a finales del siglo XIX.

Un paleontólogo de la Fundación Dinópolis se encuentra allí desde principios de este año y una delegación de este centro visitó este mes diferentes museos e instituciones científicas, dentro del trabajo de investigación que se está desarrollando desde Teruel para arrojar luz sobre la evolución de los dinosaurios a ambos lados del Atlántico.

Este proyecto, que desarrolla la Fundación Dinópolis, forma parte del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad y permitirá esclarecer cómo eran los ecosistemas de los dinosaurios del Jurásico Superior y el Cretácico Inferior, así como sus implicaciones filogenéticas y paleobiogeográficas, es decir, su evolución no solo regional sino global.

Dentro de ese estudio se están comparando las faunas de Teruel con las de otros territorios para ver cómo evolucionaron en el tiempo, y ahí es donde entran en juego los yacimientos de Utah en EEUU, donde se está prestando especial atención a la Formación Cedar Mountain.

El director gerente de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, explicó que dicha formación geológica se encuentra en los estados norteamericanos de Utah y Colorado, y en la misma "hay una serie continua de sedimentos comparable en antigüedad con los de Ariño en Teruel". Se trata por tanto de un lugar "ideal" para comparar las faunas de dinosaurios de hace 111 millones de años en Estados Unidos y Europa.

"Es un periodo crucial en la evolución de los dinosaurios, cuando se han separado ya suficientementen las masas continentales de Europa y América, y eso permite comparar los parecidos y diferencias de las faunas una vez abierto ya el Atlántico", dijo el científico turolense, que este mes viajó a Utah para estudiar colecciones en diferentes museos junto con los paleontólogos de la Fundación Rafael Royo Torres y Alberto Cobos.

Además, desde principios de año está trabajando con las instituciones científicas de Utah el paleontólogo de la Fundación Dinópolis Guillermo Rey, que tiene un contrato predoctoral para la realización de una tesis doctoral sobre el yacimiento de fósiles de Ariño.

Esta tesis doctoral se encuentra en sus inicios, mientras que por otra parte, otro paleontólogo con contrato predoctoral de la Fundación, Javier Verdú, está terminando una tesis sobre los yacimientos de la Formación Camarillas en Galve. Este investigador también se encuentra en el extranjero realizando una estancia temporal de tres meses en el Royal Belgian Institute of Natural Sciences de Bruselas (Bélgica), donde se encuentran depositadas las colecciones históricas de Iguanodon bernissartensis.

Verdú trabaja con fósiles turolenses del Barremiense y el Aptiense, mientras que Rey lo hace con materiales del Albiense. Alcalá recordó que en Europa no hay dinosaurios del Albiense para poder comparar con los norteamericanos de la misma edad, "lo que refuerza la importancia que tiene Ariño" en el contexto mundial.

A este respecto, el director gerente de la Fundación señaló que en Utah "hay miles de fósiles de dinosaurios del Albiense (hace unos 111 millones de años), y de ahí el interés de ir a estudiarlos al lugar donde están".

La estancia de Guillermo Rey durará cuatro meses y allí está trabajando, codo con codo, con primeras figuras de la dinosauriología como Ken Carpenter, Martin Lockley, Jim Kirkland y Mark Loewen. Estos dos últimos científicos, del Servicio Geológico de Utah y del Museo de Historia Natural y de la Universidad de Utah en Salt Lake City, son con los que trabaja la Fundación Dinópolis para el estudio de las faunas del Albiense a ambos lados del Atlántico dentro de una colaboración internacional.

Centro de Dinópolis en Ariño

El centro satélite de Territorio Dinópolis en Ariño acoge réplicas de fósiles de Utah para comparar las faunas de allí con las europeas halladas en la mina Santa María, y Kirkland y Loewen han participado en las publicaciones de la Fundación sobre las nuevas especies descritas en los últimos años.

Además, los equipos científicos de ambos países han presentado comunicaciones conjuntas en congresos internacionales sobre la continuidad de las faunas terrestres del Cretácico comunes a ambos territorios, con aportaciones también de científicos chinos. Dentro de esa línea de trabajo en común, la Fundación Dinópolis participa con EEUU y China en un proyecto científico sobre cambios climáticos del pasado aprobado por la National Science Foundation de Estados Unidos y liderado desde la Universidad de Texas.

Todos estos proyectos colocan a la Fundación Dinópolis en primera línea de investigación mundial con instituciones y museos de larga trayectoria. Y?dentro de esas investigaciones y de los planes en los que participa, está la visita a instituciones científicas para el estudio de colecciones y poder compartir experiencias.

Alcalá pudo explicar en EEUU en un acto público durante este viaje qué es Dinópolis, y el trabajo paleontológico que se desarrolla en Teruel, en una reunión de la Utah Friends of Paleontology. En abril, Kirkland y Loewen viajarán a Teruel para realizar también trabajo de campo con las colecciones y los yacimientos turolenses, e impartirán también dos charlas divulgativas abiertas al público dentro de Geódromo.

Alcalá valoró que la Fundación Dinópolis esté trabajando en estos momentos en la cuna histórica de los dinosaurios norteamericanos, "donde se han definido muchos de los géneros conocidos por todo el mundo", cuando nunca antes un paleontólogo español había participado allí en un proyecto de investigación.

A este respecto, el paleontólogo turolense dijo que con la participación de Teruel en este proyecto de colaboración internacional "se nos abren todas las puertas", al encontrarse allí en estos momentos un miembro del equipo de la Fundación, y poder estudiar tanto fósiles clásicos "como otros inéditos, y algunos en los que nosotros tenemos la oportunidad de participar en la investigación", como está sucediendo con un saurópodo.

Alcalá se refirió a esta colaboración internacional como un "hermanamiento entre investigadores" y confió en que pueda continuar en el futuro "esta extraordinaria relación de confianza y suponga la presencia de españoles en una zona donde antes no había equipos españoles".

Durante la estancia de la Fundación en Utah accedieron a colecciones de museos, universidades y centros de investigación, además de recorrer afloramientos de icnitas y yacimientos de fósiles.

La tierra en la que los dinosaurios renacieron

Utah es cuna de la dinosauriología norteamericana y donde se produce un impulso al conocimiento científico de estos animales a finales del siglo XIX. Antes de que los paleontólogos Cope y Marsh iniciaran una pugna científica que acabó llamándose la "guerra de los huesos", en Estados Unidos solo se conocían 18 dinosaurios descritos allí, pero debido a su rivalidad, en pocos años describieron más de 130 nuevas especies. Y desde entonces sus sucesores no han parado de describir nuevos dinosaurios, hasta el punto de que allí se encuentra el Dinosaur National Monument.

Ese fue uno de los lugares visitados por los paleontólogos de Teruel para poder estudiar colecciones, además de hacerlo al Utah Field of Natural History State Park Museum en Vernal, el Dinosaur Journey de Fruita, el Paleosafari de Moab, el Utah State University Eastern Prehistoric Museum en Price, y otros destacados museos donde se guardan colecciones históricas en Provo, Thanksgiving Point y Salt Lake City, entre otros.

Es tal la implicación de Utah y Colorado con sus fósiles, que la localidad de Artesia cambió de nombre para pasar a llamarse Dinosaur, y sus calles llevan nombres de dinosaurios.

Autor:F.J.M. Teruel