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Fuentespalda proyecta la construcción de la tirolina más grande de Europa

La tirolina iría entre Punta de la Umbría y la ermita de San Miguel de Fuentespalda

Entre las sierras de Punta de la Umbría y la de la ermita de San Miguel de Fuentespalda hay unos dos kilómetros en linea recta.

Entre las sierras de Punta de la Umbría y la de la ermita de San Miguel de Fuentespalda hay unos dos kilómetros en linea recta. Entre un punto y otro y a una altura que rondará los 1.000 metros, el Ayuntamiento de esta localidad de la Comarca del Matarraña proyecta construir la Tirolina Gigante del Bajo Aragón, una infraestructura que, según las características técnicas planteadas en el anteproyecto, sería la más grande de Europa y una de las más largas del mundo. La hasta ahora más larga de España tiene 1,2 kilómetros de longitud y se encuentra en Cabezón del Pisuerga, en la provincia de Valladolid (Castilla y León).

El anteproyecto se encuentra en periodo de información pública después de que el Ayuntamiento de Fuentespalda, único promotor de esta iniciativa, haya solicitado a la Diputación de Teruel una licencia ambiental de actividades clasificadas y presentado el documento técnico completo al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) para su evaluación.

El proyecto no es insignificante. La ingeniería que ha redactado el anteproyecto de obras contempla tres alternativas. En todos los casos, la longitud de la estructura ronda los dos kilómetros (1.990 metros en la alternativa 1; 2.380 metros en la 2 y 1.880 metros en la alternativa 3), por tanto, ésta sería "posiblemente una de las más largas del mundo", apuntó la alcaldesa, Carmen Agud. En las dos primeras alternativas en estudio, la pendiente de bajada rondaría el 6-7%, mientras que en el tercer caso se iría a un 12%. Según consta en el anteproyecto, de desarrollarse, sería la tirolina más larga de Europa y estaría entre las cinco más prolongadas del mundo. Sus dimensiones harían posible incluso que se realicen descensos en tándem, es decir, de dos personas a la vez.

La apuesta por una infraestructura de estas características responde, según la alcaldesa, en un interés por parte del Ayuntamiento por buscar alternativas de ocio que aprovechen la privilegiada ubicación del municipio en altura y la incipiente demanda de turismo activo en la Comarca del Matarraña. También la generación de puestos de trabajo que mantengan la población más o menos estable.

"Es una manera original de visitar un entorno natural a través de una actividad lúdico-deportiva", dijo la alcaldesa, que con su equipo de gobierno ha visitado ya otras instalaciones, aunque de menores dimensiones, en Aragón que generan empleos a tiempo parcial. Las ventajas de la tirolina como atractivo turístico radicarían, dijo Agud, en que puede ser utilizada por particulares y empresas y, además, por todo tipo de públicos (adultos, niños…). El Ayuntamiento quiere, además, que sea accesible a personas con discapacidad.

La ubicación de los puntos de salida y llegada de la tirolina están en monte público, por lo que no sería necesario acudir a la expropiación. Según el proyecto, habrá que hacer pocas obras de urbanización en las zonas de inicio y fin del trayecto. No en vano, los puntos de partida y fin ya cuentan con accesos rodados directos y el entorno dispone de unas dimensiones suficientes para facilitar los aparcamientos. Sí se establece en el anteproyecto la necesidad de construir un almacén y oficina y un cerramiento perimetral de los accesos de entrada y salida.

El estudio realizado estima una capacidad de explotación del servicio de 300 adultos al mes, además de 250 niños, aunque podría llegar a tener puntas de 700 adultos y 550 niños al mes en las temporadas de mayor ocupación hotelera (meses estivales, desde la segunda quincena de junio a la segunda de septiembre). En este sentido, la previsión es que alrededor de 7.500 personas utilizaran la instalación al año, lo que generaría una cifra de negocio anual que rondaría los 120.000 euros.

El anteproyecto también calcula que podrían crearse entre cuatro y seis puestos de trabajo durante todo el año con su puesta en funcionamiento. No en vano es necesaria la presencia de personal tanto en los puntos de salida y llegada de la tirolina como en el punto de encuentro en el municipio para realizar el traslado de los usuarios hasta la instalación. Asimismo, se contempla la contratación de otro empleado para realizar el equipamiento de los usuarios y asesorar a los visitantes en todo lo necesario a tener en cuenta a la hora de realizar la actividad.

La seguridad

Al tratarse de una instalación de casi 1.000 metros de altura, la seguridad es lo más complicado del proyecto. "No hemos escatimado en material. El que se ha contemplado en el anteproyecto es puntero y de la máxima garantía", afirmó la alcaldesa.

La tirolina consta de una polea que se desliza sobre un cable de sustentación, a través de una pendiente. A la llegada existe un sistema de freno para que los usuarios no tengan riesgos de impacto. El proyecto establece que los cabos de seguridad de los arnés de los participantes estén anclados a través de una polea a la linea de sustentación. El participante se mantendrá en el vacío.

En cuanto al emplazamiento, el anteproyecto contempla como única zona de llegada la ermita de San Miguel, pero hasta tres zonas de partida. La más cercana pasaría por el oeste del municipio, mientras que la número dos –la de mayor longitud- pasaría por el centro del pueblo a 940 metros de altura, cuestión que el mismo documento técnico considera "un riesgo". La última opción plantea un recorrido desde el este del municipio hasta la ermita, desde el punto más alejado y más elevado de los tres.

Autor: Maribel S.Timoneda