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Perdón: qué es y cómo se hace Perdón: qué es y cómo se hace

Perdón: qué es y cómo se hace

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Tomasa Calvo

El mes de noviembre nos hace recordar a nuestros difuntos, lo que me ha hecho pensar en el perdón, que quizá vivimos o no con ellos, de ahí que me pusiese a pensar en el perdón y, ahora, te animo a ti querido lector a pensar en cómo perdonar o recibir el perdón.

El perdón es un acto profundo y transformador que libera tanto a quien lo otorga como a quien lo recibe. No es automático, sino un proceso de sanación que busca la paz interior. Este acto permite sanar heridas, restaurar relaciones y liberarnos de resentimientos y deseos de venganza, lo cual aligera nuestra carga emocional.

Es importante distinguir entre perdonar y olvidar. Perdonar es una decisión consciente, mientras que olvidar es una respuesta emocional menos controlable. Se puede perdonar sin olvidar ni necesariamente restaurar la confianza en la persona que nos hizo daño. Para recordar sin sufrir hay que aceptar lo sucedido pero éste no tiene por qué condicionar nuestra vida, dejar las sombras del pasado y mirar el futuro con ilusión.

El perdón no borra la memoria, sino que nos libera del rencor, permitiéndonos aprender de experiencias pasadas para establecer límites saludables. No perdonar nos mantiene atrapados en emociones negativas y puede deteriorar nuestras relaciones.

M. Gandhi decía: “El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes”, es decir, perdonar requiere fuerza y valentía para ceder el control sobre emociones negativas y ganar paz interior. Por otra parte, cuando nos ponernos en los zapatos del otro, entendemos que las personas a menudo actúan desde sus propias heridas, inseguridades y limitaciones, lo que nos ayuda a perdonar. El perdón puede surgir más fácilmente cuando comprendemos que todos tenemos nuestras propias luchas y que, en muchas ocasiones, los daños sufridos no han sido necesariamente intencionados, aunque nos hayan herido profundamente.

Perdonar de corazón, que constituye la excelencia del perdón, es un acto poderoso que requiere compasión, humildad, paciencia, perseverancia, generosidad, valentía, sabiduría y gratitud. Estas virtudes nos permiten trascender el dolor y convertir el sufrimiento en una oportunidad de crecimiento.

La virtud clave para perdonar es la compasión, que en muchos sentidos, es el corazón del perdón porque nos ayuda a ver al otro con empatía y liberarnos del dolor al soltar el rencor. Nos permite entender que el perdón no es para el otro, sino para nosotros mismos: es un acto de liberación personal y de sanación.

El perdón beneficia principalmente a quien perdona, aportando paz interior, sanación, reducción del estrés, mejora de relaciones y desarrollo emocional. Es un regalo personal que se ha de manifestar no solo con simples palabras, como “te perdono” o “lo siento”, sino con hechos, Perdonar con hechos requiere de autenticidad, generosidad y sabiduría, ya que no se trata solo de una frase, sino de un cambio profundo que transforma el modo en que nos relacionamos con los demás.

Como el perdón es la mejor garantía de la paz y alegría, para lograrlas hemos de aprender a perdonar más y mejor. Pero, dado que, quien sabe querer, sin duda, también sabe perdonar de corazón, basta que aprendamos a amar para saber perdonar. Podemos empezar a ser fuente de paz en nuestra propia familia tratando de no acabar el día presos de rencor sino derramando la fragancia de nuestro perdón. Así, como decía León Tolstoi viviremos en paz: “Perdonémonos unos a otros; sólo así viviremos en paz”.