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Palitos y patitos Palitos y patitos

Palitos y patitos

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Cruz Aguilar
No sé a vosotros, pero a mí esta ola de número incierto me ha descolocado totalmente. No es que pensara que ya estábamos curados del todo, pero sí que teníamos el coronavirus casi superado, solo a falta de que dejaran de ponernos dosis y más dosis en Europa e Israel y destinaran esfuerzos a vacunar a los países donde los porcentajes son menores con el fin de que la inmunidad de rebaño fuera global. Por otro lado tampoco tengo claro si es porque esta ola es más floja (de síntomas, digo) o porque quieren que nos contagiemos y ahorrarse –o retrasar– la tercera dosis, pero la cuestión es que las restricciones para los contagiados son cada vez más laxas. También es posible que sea para evitar daños económicos a las empresas que, con la incidencia que llevamos, cada día falta más gente en ellas. Hoy precisamente he llegado a la mía y estaba cerrada a cal y canto, cosa rara porque suele llegar bastante gente antes que yo, pero entre vacaciones, pcr y contagios me ha tocado desempolvar la llave. Empezamos 2022 con el sueño de que sea normal, con la mirada puesta en esa Vaquilla del resurgimiento, la de la exaltación de la amistad aún más si cabe. Vamos, que el propósito es el mismo que para 2021 y, como no lo logramos, eso hace que, al menos yo, haya comenzado este año un poco gris, incluso con menos esperanzas que el pasado porque veo que, al paso que vamos, esto se puede alargar hasta el infinito. La vacuna ha favorecido que los síntomas sean más leves para casi todas las personas y, como decía el otro día mi amigo Curri, “ahora ya, con todos vacunados, es cuestión de abrir la tajadera” y criba natural. Y la verdad es que  eso parece que es lo que se está aplicando. En todo caso este 2022 es un número redondo, lleno de patitos y, de momento, de palitos. Sí, ya sé que también era redondo 2020 y los sueños y la alegría nos duraron dos meses. De momento estas navidades han sido las más cálidas en Teruel de los últimos años y eso nos ha permitido juntarnos un poco más. No sé si sin riesgos, pero sí con muchas ganas, sobre todo los que entramos a 2021 en la más estricta intimidad.