

El pasado sábado se celebró el Día Internacional del Turismo, una fecha dedicada a valorar la importancia de esta actividad en nuestra vida y en la sociedad. Sin pretender abordar todos los beneficios que el turismo puede aportar a nuestra provincia, quiero destacar algunos aspectos que invitan a reflexionar sobre su impacto en Teruel.
Hace unos días participé en una visita guiada a la Catedral de Teruel, dirigida por Isabel. El grupo era muy heterogéneo, lo que complicó centrar la explicación en un solo tema. Isabel supo ofrecer datos e historias con el equilibrio justo, sin saturar, logrando que todos nos interesáramos y enamoráramos un poco más de este monumento. Personalmente, aprendí muchos detalles nuevos, a pesar de haber visitado la catedral con guías en otras ocasiones. Felicidades, Isabel, lo hiciste muy bien.
No obstante, la experiencia se vio empañada por algunos visitantes que no dejaban de hablar entre ellos, y no precisamente sobre el retablo de Gabriel Yoly o el mudéjar aragonés. Estas conversaciones generaron molestia en el grupo, pero Isabel, con profesionalidad, pidió respeto y silencio, no solo para poder hacer su trabajo, sino también por consideración al resto de visitantes.
Muchos guías ofrecen presentaciones breves durante el trayecto en autobús para introducir los lugares a visitar, y después se tiene la suerte de escuchar a especialistas que profundizan en cada monumento o espacio. Esta experiencia nos permite conocer mejor a las personas que viven en un lugar, sus costumbres, arquitectura, historia, gastronomía, folclore y otros aspectos de interés.
La provincia de Teruel y, en general, Aragón tienen una riqueza turística que pocas regiones pueden igualar. Sus singularidades y diversidad medioambiental, arquitectónica y cultural podrían ser un motor clave para nuestra economía, además de ayudar a revitalizar entornos naturales abandonados y frenar la preocupante despoblación. Por eso, corresponde a legisladores, empresas turísticas y centros de formación transmitir con claridad el verdadero valor de visitar nuestra tierra. Pero esa tarea debe comenzar en casa, concienciándonos sobre la importancia y belleza de nuestro patrimonio, un conocimiento que sólo se logra con la generosidad de quienes saben más sobre cada tema. Una vez más, agradezco a Isabel su magnífico trabajo. Gracias.