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Tú lo sabes: déjate llevar por los nuevos tiempos Tú lo sabes: déjate llevar por los nuevos tiempos

Tú lo sabes: déjate llevar por los nuevos tiempos

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Francisco Herrero

Lunes, 14 de diciembre. Número uno

Debe ser emocionante ganarse un reconocimiento a pesar de llegar un cuarto de siglo más tarde de lo debido. Si el año pasado All I Want for Christmas de Mariah Carey alcanzó por primera vez el número uno en las listas de éxitos de Estados Unidos, este año lo ha conseguido también por primera vez en Reino Unido. Mi actual campaña personal a favor de Last Christmas de Wham! no ha tenido éxito, pues se queda en el número dos.

¡Qué mal tiene que estar la industria discográfica en cuanto a inventiva e innovación cuando una canción de 1994 y otra de 1984 se convierten en lo más escuchado durante una semana de 2020!

Martes, 15 de diciembre. Patrimonio

Me entero que Ucrania va a solicitar a la Unesco declarar los restos de la central nuclear de Chernóbil como Patrimonio de la Humanidad. El objetivo es preservar las instalaciones tal cual para recordar siempre lo que sucedió allí. A día de hoy, los terrenos situados en un radio de treinta kilómetros de donde se produjo el accidente siguen cerrados a la libre circulación. Se calcula que pasarán unos 24.000 años más para poder adentrarse sin riesgos en la zona. Sin embargo, cada vez más turistas quieren conocer de primera mano los bosques y edificios abandonados de Prípiat, en el epicentro del territorio vedado.

Hay decenas de ejemplos en todo el globo terráqueo que reflejan el horror y algunos de ellos ya han recibido el reconocimiento al que aspiran en Ucrania. Desconocía que el fracaso de una sociedad pudiera formar parte de la lista de monumentos emblemáticos y estoy descolocado. Lo cierto es que aparecer en el catálogo de la Unesco es garantía de éxito turístico y en Ucrania se frotan las manos fantaseando con un millón de visitantes anual. Ahora ya acuden más de cien mil.

Miércoles, 16 de diciembre. Planes

Tú lo sabes. Sabes qué hay que hacer. No obstante, te empeñas en aceptar y seguir a pies juntillas las prohibiciones y las recomendaciones que emanan desde la autoridad. Siempre las que se adecuan más a tus intereses, claro. Porque tu preocupación es, sin ningún género de duda, simular que aquí no pasa nada. Si se permiten reuniones de diez, hay que rellenar el cupo sea como sea. Si se permiten personas allegadas, hay que conseguir el mayor número posible alrededor de la mesa. Si se permiten los viajes entre comunidades autónomas, hay que acordarse de visitar a la tía Eduvigis de Lugo, a quien no ves desde hace lustros.

Cuando la autoridad restringe las previsiones originales, te enfadas y lo gritas a los cuatro vientos. No obstante, tú sabes qué hay que hacer. Tú lo sabes. No es el momento de hacer planes muy elaborados. No es el momento de reuniones aplazables en entornos abarrotados y condiciones inseguras. No es el momento de nada.

Jueves, 17 de diciembre. La impaciencia

El legislativo ha regulado, por fin, la eutanasia. No seré yo quien se ponga en contra de la decisión de la mayoría parlamentaria con argumentos ramplones de barra de tugurio, como estoy escuchando en las tertulias televisivas más chabacanas. Sin embargo, veo que el asunto es muy complejo porque la sacrosanta profesión médica, con quien se tiene que contar para la aplicación de la norma, está dividida más allá de los razonamientos de índole religiosa.

El nuevo derecho, al que por supuesto se acogerá quien quiera de forma voluntaria más allá de las previsiones catastrofistas de quienes están en contra del mismo, da una respuesta a la angustia existencial. Lo que temo es que sea la única respuesta del Estado a una diversidad enorme de casos. Lo observo en otras cuestiones, como en la asistencia social.

¿Tendrá algo que ver esta vida que llevamos, instalada en la impaciencia? Por sugerencia de Luis Faci he leído hoy un artículo del economista Branko Milanović en Letras Libres donde dice que en Occidente, en relación a la pandemia, queremos resolver todos los problemas rápido y sin asumir costes. Entre dos consumos iguales, pero uno hoy y otro mañana, la gente prefiere el de hoy, asegura el serbio-americano. No sé yo si el razonamiento es aplicable también a este nuevo concepto de muerte digna que ha aprobado hoy el Congreso de los Diputados.

Viernes, 18 de diciembre. La ocupación

El portal casasrurales.net ha difundido una nota de prensa en la que afirma que la ocupación de los alojamientos rurales en la mayor parte de las autonomías se acerca al 90%. Sé de buena tinta, como se saben todas las cosas en nuestra provincia, que es un dato más falso que un concierto de Milli Vanilli. Las reservas están más cerca del 0% de la capacidad que del 100%. Así que, ¿qué interés puede haber en aparentar éxito y normalidad cuando la normativa para los días venideros, tanto la conocida hasta hace nada como la más restrictiva que se está difundiendo, provoca que solo ciertos grupos muy concretos puedan alejarse de su lugar de residencia?

El sector turístico rural está viviendo un año negro. El verano iba a ser histórico y luego fue, a lo sumo, similar a lo de siempre. El otoño ha sido muy complicado para la movilidad y las casas rurales lo han padecido. Y el invierno pinta mal. Las empresas rurales son muy sufridas, tratan de respetar las normas y ni se manifiestan ni reclaman a todas horas ayudas millonarias como hacen cuatro avispados con menos escrúpulos.

Sábado, 19 de diciembre. Unanimidad

“Hay unanimidad en la sociedad política y civil”, leo en Levante-El Mercantil Valenciano sobre la instalación de un parque de energía fotovoltaica en 420 hectáreas de secano del término municipal de Chiva. Compromís, Más Chiva, Partido Popular, Chiva Unida, Vinchi, Aduc, Ciudadanos y Partido Socialista han aprobado una moción contra el proyecto. Al parecer, todos los grupos coinciden en que las energías renovables son imprescindibles para frenar el cambio climático, pero cuestionan el lugar elegido para producir la electricidad. No es la primera vez que leo algo similar. La provincia de Teruel se encuentra en la misma tesitura. Queremos energía verde, pero no como la plantean las empresas con iniciativa. Esto comienza a parecerse demasiado al perro del hortelano, que ni come las berzas ni las deja comer.

La diferencia entre nuestro panorama local y el pueblo valenciano es que aquí no hay tanta unanimidad. Así que las placas se instalarán respetando, eso sí, todas las leyes vigentes y que, a lo mejor, habría que repensar antes de que sea demasiado tarde.

Domingo, 20 de diciembre. Matar al padre

Me voy a poner entero el vídeo de la charla sobre el nacionalsindicalismo que ofreció el otro día una motivada Elisa García Grandes, ante un fervoroso público falangista. ¿Quién es Elisa? Pues la hija de Almudena Grandes y Luis García Montero, adalides de la izquierda española.

Es ley de vida. La descendencia siempre acaba matando al padre, al menos en los asuntos ideológicos. ¿Habrá habido drama hogareño o habrán celebrado la pluralidad de pensamiento? Aquí hay tema para una entrevista en profundidad a cargo de periodistas sin pelos en la lengua. Yo no sé si me atrevería. Una vez pregunté a las Baccara sobre dónde habían aprendido inglés y desde entonces aprendí que hay materias tabú que mejor no sacar a la palestra.

La foto de la semana / La abstención

¿Qué significa la abstención? ¿Que no tengo un posicionamiento sobre una cuestión? ¿Que me importa un comino lo que se vota? No sé. Debe haber más razones. El caso es que leyes tan decisivas para el futuro, como la de educación o la que regula y despenaliza la eutanasia, han recibido abstenciones previsibles. No sé si preocuparme o dejarme llevar por los nuevos tiempos.