

Para sorpresa de nadie, la aseguradora que tiene contratada el Ayuntamiento ha dicho que el edificio de la calle San Francisco se cayó por la “baja resistencia del hormigón” utilizado en la estructura del mismo. No digo yo que los señores peritos de Mapfre no tengan razón, pero estarán conmigo que una aseguradora que se enfrenta a una indemnización de 3.403.765,15 euros por daños materiales y 469.500 euros más por daños morales, quizás, y sólo quizás, prefiera echar balones fuera.
El consistorio emitía una escueta nota de prensa el viernes que decía lo siguiente: "La principal causa del siniestro se debió a las precipitaciones registradas durante el mes de mayo y junio de 2023 y, como causa coadyuvante, la baja resistencia del hormigón de la estructura del edificio". El palabro “coadyuvante”, para que todos lo entendamos, se refiere a que esta presunta baja resistencia del hormigón “ayudó” o “contribuyó” a que las intensas lluvias provocasen que el edificio se viniese abajo.
He leído muchos titulares desde que saliese este titular sobre el informe que aseguran que el mismo “exime” al Ayuntamiento de cualquier responsabilidad. Y yo creo que no, que dejan claro que el edificio de vino abajo por las lluvias y que la -insisto- presunta baja resistencia del hormigón habrían hecho el resto. No sé, no es normal que llueva y que el agua filtrada rezume desde dentro de las columnas y paredes, por muy mala calidad que tengan. Es decir, ahí había un problema desde hacía tiempo y nadie había tomado cartas en el asunto.
Los vecinos, como es lógico, reclaman ver el informe entero. Exigen que el juez que instruye el caso lo incorpore a la causa y siguen implorando otro estudio independiente que les diga qué pasó esa mañana del 13 de junio de 2023 en la que lo perdieron todo, excepto milagrosamente sus vidas. Y a mí, qué quieren que les diga, me parece justo su reivindicación. Creo que el Ayuntamiento no tiene nada que perder en cuanto a mala imagen se refiere y sí mucho que ganar si en vez de dar la información con cuentagotas, se pusiese del lado de los vecinos para saber qué pasó y… para lo más importante: evitar que pueda volver a pasar.
Yo, permítanme que desconfíe de un informe hecho por la empresa que tendrá que soltar 4 millones de euros si se pierde el juicio. Es un informe de parte y, como tal, tiene la validez que tiene. Por eso la Justicia debería de encargar otro informe a otros peritos que desmientan o coadyuven los datos de esta aseguradora. Los vecinos reclaman transparencia. No es tanto.
Sólo para saber qué compañías aseguradoras tiene contratadas el Ayuntamiento actualmente y su cuantía me he dejado medio cerebro tratando de escribir esta columna. Y lo único que he podido sacar en claro es que Mapfre era en junio de 2023 la aseguradora del Ayuntamiento y que se le han adjudicado 4 de los 6 lotes municipales que se licitaron en febrero de 2024. Concretamente, esta aseguradora fue la única que se presentó para cubrir los seguros de Responsabilidad Civil y Patrimonial, los Daños Materiales, la avería de maquinaria y el seguro de Accidentes. Los otros dos lotes licitados (flota de vehículos y seguro de Vida) los ganaron por puntuación otras dos compañías.
Este es el contexto. La radiografía desde fuera. Aunque también les digo que si hubiese sido otra la aseguradora que trabajase con el Ayuntamiento y tuviese que hacer frente a semejante indemnización habrían actuado exactamente igual. Todos tenemos experiencias con este tipo de compañías… no me tiren de la lengua.
Pero lo que tenemos que tener claro los ciudadanos no es si este informe es real o está manipulado. Lo que debemos pelear es que haya transparencia, que una desgracia así no se convierta en una lucha de los afectados contra el consistorio y viceversa. Si hubo alguna negligencia municipal que admita, se depuren responsabilidades y que Mapfre suelte la pasta (que para eso le pagamos). Y si fue porque el hormigón era de Aliexpress, tres cuartos de lo mismo. El objetivo no es saber quién tiene la razón; es saber qué pasó y qué hay que hacer para que no vuelva a pasar jamás.