Acaba un 2025 en el que Teruel ha vivido un proceso de rebranding: lo que los publicistas defienden como un cambio mediante el cual una marca cambia o actualiza su identidad para reposicionarse en el mercado. Si durante décadas, cuando uno decía que era de Teruel, la coletilla final era “pero, ¿existe?”... ahora la respuesta es siempre “donde el Parador”. Otro gran legado socialista para nuestra tierra.
Ahora estamos con el lío de las elecciones autonómicas donde a Azcón se le han puesto un poco de corbata después de ver lo que ha pasado en Extremadura. Se las prometía muy feliz el PP con esta estrategia de desgaste a Pedro Sánchez y resulta que el titular final es que Vox es quien amarra aún mas la sartén por el mango.
Aquí no pasará como en Extremadura, créanme. La gran diferencia estará en la extrema izquierda que no ha sido capaz de confirmar una coalición en Aragón y saldrán a matarse (electoralmente). Con la división del votante mal llamado progresista (como si el resto no quisieran progresar) está más que cantado que Sumar se quedará fuera, la Chunta ya veremos y Podemos depende del votante socialista que ha conseguido salir de la secta sanchista.
Del PSOE, ¿qué puedo decir sin ofender a sus votantes? Nada. Así que lo dejo ahí. El que a estas alturas aún deposite su confianza en la Alegría de Aragón o vive en Ganímedes o forma parte del entramado del chiringuito que ha montado su Sanchidad. Un socialista de convicción tiene todos los motivos del mundo para quedarse en casa el 8F o para votar a cualquier otra opción política (incluso de izquierdas) antes que a la candidata Alegría. Pero viendo que un 25% de los extremeños votaron a un tipo imputado incapaz de articular una frase coherente poco se puede esperar de parte de la sociedad.
En la derecha las cosas pintan mejor, pero no por igual. El PAR obtendrá los votos de los cuatro que siguen viviendo de sus cargos locales y poco más. Mientras que el PP sabe perfectamente que sus votantes se han sentido molestos por el adelanto electoral. Aunque se trate de vender la idea de que no se debe de gobernar sin presupuestos, lo que se impone en la mente del votante del PP es si realmente se ha intentado negociar algo o si todo responde a una estrategia electoral a gran escala. Así que será Vox el que se lleve el gato al agua y, tal y como pasó en Extremadura, pegue el subidón. Aquí hay una diferencia clara respecto a los comicios extremeños: conocemos al candidato Nolasco de sobra. Abascal tratará, como siempre, de centralizar la campaña en su persona (subido a caballo o a un toro si hace falta) pero el diputado turolense de Vox es sobradamente conocido por el electorado de todo Aragón (bien valorado entre los votantes de derechas les puedo asegurar).
Queda Teruel Existe, que tras una legislatura bastante desdibujado ha cogido aire gracias al escándalo de Forestalia (donde ellos y sólo ellos han dado la batalla desde el principio). Es más, el PP necesita a los de Guitarte para no depender de Vox finalmente. Y el grueso del voto a esta formación lo tenemos en nuestra provincia. Habrá que ver hacia dónde enfoca su discurso electoral la antigua agrupación de electores. Cometerán el error de siempre intentando pescar en las aguas ideológicamente revueltas de la izquierda, en vez de convertirse en el “qué hay de lo mío" que es para lo que se les votó en un principio.
En definitiva, va a estar entretenida la cosa aunque ya les digo que no habrá sorpresas. A Alegría no le votarán ni los suyos, Azcón perderá peso frente a Vox, la izquierda asomará mínimamente la cabeza por la debacle socialista y TE muy mal tendría que hacerlo para no ser la llave de la legislatura. Hagan sus apuestas.
