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Distopía Distopía
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Juanjo Francisco
Asoma agosto en el horizonte y en los pueblos turolenses se aprestan a recibir a todos aquellos que, residiendo habitualmente en las ciudades, aprovechan el mes o algunos de sus días para retomar el contacto con sus orígenes o pasar un tiempo en el ambiente rural. Cuando la canícula alcanza su cenit, todos los municipios experimentan la transformación que supone la presencia de más, en algunos casos mucha más, gente. La vida recobra impulso y con él también aparecen los problemas derivados de la falta de servicios esenciales inherente al fenómeno de la despoblación, un mal sin cura aparente.

Agosto supone una distopía en el medio rural turolense y como en todas las distopías las contradicciones se notan más. Hay más demanda de atención administrativa, sanitaria, de retirada de basura, lúdica y de comunicaciones y los ayuntamientos se las ven y se las desean para aguantar esa presión porque no están preparados para lo que llega en apenas unos días. Estas “contras” no necesariamente tienen que imponerse a los “pros” de la situación: a nadie le tendría que sentar mal tener más compañía de la habitual y los negocios abiertos al público también experimentan un aumento de facturación, pero es imposible sustraerse al hecho de que todo sea, en definitiva, flor de un día, un recordatorio anual de lo que pudo haber sido y no fue.

En paralelo a ese dinamismo social que experimentan los pueblos, muchos de los cuales han trasladado a agosto las fiestas patronales de septiembre y ganar así presencia de gente, la clase política local, que utiliza a discreción sus cuentas en redes sociales, recorre la geografía turolense para hacerse fotos con vecinos y alcaldes y dejar testimonio de su participación en el jolgorio de turno. Viendo los testimonios de nuestros líderes en sus redes se diría que pretenden hacer pasar por agenda de trabajo su presencia en vermús masivos y misas patronales. Hasta este punto se ha llegado también en esta representación de la distopía veraniega. La realidad, crudita, crudita, aparecerá en octubre, como siempre.