Balance
Así ha sido 2025, un año de contrastes, que no invita al triunfalismo, pero sí a seguir caminandoUna vez más toca hacer balance… 2025 ha sido, en lo personal, un año con pulso acelerado. Frenético, exigente y, precisamente por eso, transformador. Algunos problemas se han convertido en oportunidades, otros en lecciones, y casi todos en aprendizaje continuo. El esfuerzo ha terminado dando frutos. Y eso basta para mirar atrás con orgullo y reconocer que el camino recorrido, con sus curvas y tropiezos, ha valido la pena.
En el entorno cercano, el año comenzó con mal pie. Hubo incertidumbre y la sensación de que todo se torcía a la vez. Sin embargo, el tiempo hizo su trabajo. El final del año llega con más calma, con un paisaje menos hostil. No es felicidad permanente, pero sí estabilidad, que a estas alturas ya es un pequeño lujo.
Sin embargo, basta con levantar la mirada hacia la actualidad para perder el optimismo. El regreso de Trump ha vuelto a tensar Europa, el drama de Gaza sigue golpeando conciencias sin ofrecer tregua ni respuestas sencillas, y la guerra de Ucrania continúa enquistada, convertida en una herida abierta que no cicatriza y que amenaza con normalizar lo inaceptable.
En España, la política se nos atraganta. La corrupción sigue cercando al Gobierno y refuerza la sensación de déjà vu a la hora de ver las noticias. Los ecos de la tragedia de la Dana aún resuenan, recordándonos que hay quien siempre llega tarde. Todo ello en un contexto en el que los precios no dejan de subir, ahogando a nuestros bolsillos. Los agricultores sufren unas políticas europeas que pesan más que ayudan, y los ganaderos encajan los golpes de la gripe aviar y la peste porcina.
Y, aun así, queda espacio para el alivio. En Teruel, por ejemplo, ya podemos transitar por la avenida Sagunto. Puede parecer anecdótico, pero no lo es. En un lugar acostumbrado a las promesas eternas y a los problemas estructurales, una obra acabada es casi un acto de fe cumplido.
Así ha sido 2025, un año de contrastes, que no invita al triunfalismo, pero sí a seguir caminando, con humor, memoria y algo de esperanza, aunque sea paso a paso. Feliz 2026.
