

Mañana lunes, el PSOE llevará al pleno del Ayuntamiento una propuesta de resolución para crear un censo municipal de viviendas vacías. Según los datos presentados por los socialistas y extraídos del INE, en nuestra ciudad hay 2.210 pisos vacíos (un 10% del total). Además, habría que sumarle otras 915 (4,3%) que consumen menos de 250 Kwh al año, lo que indicaría que también estarían prácticamente desocupadas. Los datos no son ninguna sorpresa y la problemática sobre la falta de vivienda en nuestra ciudad debería de ser una prioridad para todos los partidos políticos locales.
El portavoz socialista, José Guillén, asegura que la creación de este censo permitiría “contribuir a mejorar la eficiencia del mercado de la vivienda” para que las administraciones “competentes” puedan “articular sus políticas a partir de datos objetivos y actualizados”. No puedo criticar que se ponga el foco en algo tan vital para Teruel aunque dudo que se materialice en absolutamente nada.
Elaborar este censo podría identificar qué pisos están vacíos y poco más. Las causas dependen de cada propietario y ahí poco puede hacer el Ayuntamiento. Ya lo asume el propio Guillén en su propuesta echando balones fuera al hablar de “administraciones competentes”. Vaya, que desde el consistorio poca cosa se puede hacer. Y es que las competencias en materia de vivienda las tienen las Comunidades Autónomas, pese al empeño del Gobierno central de imponerles una Ley de Vivienda que, lejos de favorecer el acceso a un piso en condiciones, constriñe aún más el mercado inmobiliario.
Si de verdad queremos que algunas de esas viviendas salgan a la venta o alquiler debería cambiarse totalmente el sistema impositivo para los propietarios. Punto. No es normal que por vender un piso acabes pagando una quinta parte a Hacienda. Tampoco es normal que por alquilar un piso acabes tributando como si fueras millonario. Y no se puede señalar al propietario como si fuese el demonio que sólo trata de sangrar a sus pobres inquilinos o compradores.
Cómo estará la cosa que la gente prefiere tener el piso vacío a sacarle una rentabilidad. Y no es de extrañar porque alquilar un inmueble es como jugar a la ruleta rusa. Ante el más mínimo problema (como la okupación que tanto protegen los partidos de extrema izquierda) la ley siempre se pone de parte del usurpador. Así que, ¿para qué complicarse la vida? Mejor vender que alquilar. Pero uno saca números y acaba viendo que entre plusvalías municipales e impuestos por la ganancia patrimonial las Administraciones acaban llevándoselo crudo. Y no sé ustedes, pero uno está harto de pagar, pagar y pagar.
Los socialistas querrán aplicar ese modelo de éxito que han implantado en Cataluña y que topa los precios del alquiler y que, efectivamente, ha conseguido bajar los precios de los pisos que salen al mercado. Eso sí, a costa de reducir un 80% la oferta. Hablamos de zonas tensionadas y que no son equiparables a la problemática de nuestra ciudad. Que haya más de 3.000 pisos vacíos en Teruel también responde al envejecimiento poblacional y al éxodo a las grandes ciudades.
Estará bien saber cuántos pisos son de gente que, simplemente, no quiere perder sus raíces y conserva aquí su casa familiar para venir un par de veces al año. También estaría bien catalogar cuántas viviendas, más que vacías, son prácticamente inhabitables. Y sería de mucha ayuda que el consistorio ofreciese seguridad a los propietarios que se arriesguen a alquilar. En este tema, todos los partidos deberían de trabajar de la mano en el ámbito municipal, aunque me temo que este tema se convertirá, una vez más, en un arma arrojadiza entre formaciones políticas.
Me gustaría que el PSOE, además de proponer mañana que se discuta que se haga un censo de pisos vacíos (la propia construcción de la frase ya demuestra lo burocrático del asunto) lo acompañe de propuestas concretas.
¿Qué solución aplicarían para nuestra ciudad? No me vale, señor Guillén, que me venda las supuestas bondades de la Ley de Vivienda. Intentemos dejar por una vez el argumentario nacional a un lado y busquemos soluciones reales para nuestra ciudad. Porque si bien es de agradecer que por fin alguien ponga el foco en esta problemática, me da la sensación que en esto, como en otros tantos temas, las soluciones acabarán siendo papel mojado. Ladrillo mojado en este caso.
El portavoz socialista, José Guillén, asegura que la creación de este censo permitiría “contribuir a mejorar la eficiencia del mercado de la vivienda” para que las administraciones “competentes” puedan “articular sus políticas a partir de datos objetivos y actualizados”. No puedo criticar que se ponga el foco en algo tan vital para Teruel aunque dudo que se materialice en absolutamente nada.
Elaborar este censo podría identificar qué pisos están vacíos y poco más. Las causas dependen de cada propietario y ahí poco puede hacer el Ayuntamiento. Ya lo asume el propio Guillén en su propuesta echando balones fuera al hablar de “administraciones competentes”. Vaya, que desde el consistorio poca cosa se puede hacer. Y es que las competencias en materia de vivienda las tienen las Comunidades Autónomas, pese al empeño del Gobierno central de imponerles una Ley de Vivienda que, lejos de favorecer el acceso a un piso en condiciones, constriñe aún más el mercado inmobiliario.
Si de verdad queremos que algunas de esas viviendas salgan a la venta o alquiler debería cambiarse totalmente el sistema impositivo para los propietarios. Punto. No es normal que por vender un piso acabes pagando una quinta parte a Hacienda. Tampoco es normal que por alquilar un piso acabes tributando como si fueras millonario. Y no se puede señalar al propietario como si fuese el demonio que sólo trata de sangrar a sus pobres inquilinos o compradores.
Cómo estará la cosa que la gente prefiere tener el piso vacío a sacarle una rentabilidad. Y no es de extrañar porque alquilar un inmueble es como jugar a la ruleta rusa. Ante el más mínimo problema (como la okupación que tanto protegen los partidos de extrema izquierda) la ley siempre se pone de parte del usurpador. Así que, ¿para qué complicarse la vida? Mejor vender que alquilar. Pero uno saca números y acaba viendo que entre plusvalías municipales e impuestos por la ganancia patrimonial las Administraciones acaban llevándoselo crudo. Y no sé ustedes, pero uno está harto de pagar, pagar y pagar.
Los socialistas querrán aplicar ese modelo de éxito que han implantado en Cataluña y que topa los precios del alquiler y que, efectivamente, ha conseguido bajar los precios de los pisos que salen al mercado. Eso sí, a costa de reducir un 80% la oferta. Hablamos de zonas tensionadas y que no son equiparables a la problemática de nuestra ciudad. Que haya más de 3.000 pisos vacíos en Teruel también responde al envejecimiento poblacional y al éxodo a las grandes ciudades.
Estará bien saber cuántos pisos son de gente que, simplemente, no quiere perder sus raíces y conserva aquí su casa familiar para venir un par de veces al año. También estaría bien catalogar cuántas viviendas, más que vacías, son prácticamente inhabitables. Y sería de mucha ayuda que el consistorio ofreciese seguridad a los propietarios que se arriesguen a alquilar. En este tema, todos los partidos deberían de trabajar de la mano en el ámbito municipal, aunque me temo que este tema se convertirá, una vez más, en un arma arrojadiza entre formaciones políticas.
Me gustaría que el PSOE, además de proponer mañana que se discuta que se haga un censo de pisos vacíos (la propia construcción de la frase ya demuestra lo burocrático del asunto) lo acompañe de propuestas concretas.
¿Qué solución aplicarían para nuestra ciudad? No me vale, señor Guillén, que me venda las supuestas bondades de la Ley de Vivienda. Intentemos dejar por una vez el argumentario nacional a un lado y busquemos soluciones reales para nuestra ciudad. Porque si bien es de agradecer que por fin alguien ponga el foco en esta problemática, me da la sensación que en esto, como en otros tantos temas, las soluciones acabarán siendo papel mojado. Ladrillo mojado en este caso.