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Gracias Holanda Gracias Holanda

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A.M.

Durante los últimos días se ha venido hablando de las negociaciones mantenidas en Europa para repartir el generoso fondo europeo de recuperación tras el coronavirus. Son ni más ni menos que 750.000 millones de euros, de los que un 66% se van a articular como ayudas a fondo perdido y un 33% como préstamos (a devolver) por los países receptores de los mismos. Pero, y ahí radica todo el problema, la recepción de esas ayudas a fondo perdido, 560.000 millones de euros (parece que al final van a ser 390.000 millones), requiere por parte de los países beneficiarios reformas estructurales muy importantes, que van a suponer recortes sustanciales en muchas partidas de gasto para conseguir encauzar el déficit crónico que padecen nuestras finanzas públicas. Año tras año, las distintas administraciones públicas gastan mucho más de lo que ingresan por todos los conceptos. Y claro, ese déficit se cubre pidiendo préstamos que año tras año siguen creciendo hasta alcanzar cotas de deuda que después de esta crisis puede alcanzar, según algunas previsiones, el 128% del PIB.

Algunos se pueden preguntar si es malo tener esa cifra tan elevada de deuda. La respuesta es sencilla: sí, es muy malo. Esa deuda hay que devolverla y pagar los intereses correspondientes. El año 2019, España pagó en concepto de intereses de deuda 29.301 millones de euro. Solo por los intereses, sin contar la devolución del principal.

Por lo tanto, España tiene que acometer una serie de reformas estructurales que ningún gobierno va a tener la valentía de afrontar por el elevado coste en términos electorales que va a suponer. Pero en Europa, básicamente los Países Nórdicos más Holanda y Austria, no se fían y dicen que si queremos ayudas que hagamos reformas.

¿Cuáles son estas reformas que España debería llevar a cabo para trasmitir un mensaje de seriedad en materia de Política Económica? La Presidenta de la Comisión Europea lo dejó claro hace unas semanas: Mercado laboral, la precariedad de nuestro mercado laboral impide un crecimiento de la productividad y contribuye a la pobreza laboral; transición energética, en la que no se ha hecho ninguna reforma ni inversión en I+D, eso sí La central de Andorra cerrada;  finanzas públicas, hay que mejorar de forma sustancial la eficiencia del gasto público y existen elevados riesgos a medio y largo plazo en la sostenibilidad presupuestaria; pensiones, hay que eliminar la indexación del importe de la pensión al nivel de precios y disociar los niveles iniciales de las pensiones de los cambios en la esperanza de vida. Esto se resume en que el sistema de pensiones es insostenible; inversión en I+D, la media española de inversión en I+D está muy por debajo de la media europea y especialmente preocupante la casi nula inversión por parte del sector privado. La presencia masiva de pymes en nuestro tejido empresarial está en el origen de este problema.

Como pueden ver, no es nada nuevo por aquí. Si se consigue, tras la firmeza mostrada por los países frugales, que España haga la mitad de las reformas que nos indican desde Europa, a medio y largo plazo habremos conseguido que se recupere la confianza en nuestro país, en sus finanzas públicas.

Concluyo refiriéndome a lo que se lee en las redes sociales sobre estos asuntos, y francamente lo que se lee es muy lamentable. Dos pinceladas: primera, Suecia es calificada como paraíso fiscal, ¡Suecia!; segunda: como decía un amigo mío, ahora Merkel es una heroína para los mismos que unos años atrás la llamaban fracasada. En resumen, que disfruten del verano que nos espera un otoño interesante.