

Querido lector: el término sharenting es la unión de los conceptos “compartir” y “paternidad” (del inglés share y parenting) y hace referencia a cuando padres y madres comparten, en el entorno online, imágenes de hijos e hijas menores de edad.
Lo que puede parecer un gesto inocente entraña, sin embargo, importantes riesgos que no podemos desconocer; por ejemplo, la mera incomodidad que puede sentir el menor al verse expuesto por sus propios padres, el ciberbullying, la manipulación de las imágenes a través de la IA para crear material de pornografía infantil o la utilización de esas imágenes para crear perfiles falsos en las redes o memes que se compartan de manera masiva. No podemos obviar, además, que esas imágenes, que nosotros compartimos de manera inocente, terminan, en algunos casos, en archivos de pederastas.
Por tanto, la mejor imagen de un menor en la red es aquella que no se comparte.
Desde la fundación SOL, de la que soy asesora de proyectos, y en colaboración con la Policía Nacional, hemos lanzado una campaña de concienciación con estas recomendaciones para las familias:
- Reflexionemos antes de publicar.
- Evitar compartir imágenes con uniformes escolares o en un entorno que pueda revelar información privada del menor.
- Respetar la privacidad de otros menores en eventos escolares o familiares.
- No normalizar el sharenting. Cada like a publicaciones en las que aparecen menores refuerza una práctica que puede ser dañina.
- Atender al menor, no a la cámara. La mejor conexión es sin pantallas.
- Pedir a familiares y amigos que no compartan imágenes de tus hijos.
- Dar ejemplo: si queremos que los menores respeten su privacidad, empecemos por mostrar cómo.
- No hay sharenting seguro, una vez que compartes, ya no puedes controlar el destino de esa imagen.
¡Hasta la próxima columna, querido adulto responsable!