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Más de 50 Más de 50
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Raquel Fuertes
Había un tiempo en el que echar la vista atrás y pensar en un momento del que habían pasado cinco años era sinónimo de eternidad. Hasta que, de pronto, sin saber cómo, te encuentras recordando instantes de hace más de 50 años. ¿Qué ha pasado en medio? La verdad, toda una vida. La sensación es que no ha pasado siquiera un suspiro.

Sin darte cuenta te encuentras sentada en una mesa con aquellos compañeros de juegos de la infancia a los que perdiste la pista tantas veces como la has reencontrado. Echando cuentas os percatáis de que, efectivamente, os conocéis desde hace más de 50 años y de que si entonces hacer la comunión (antes todos la hacían) era el hito que marcaba el punto de inflexión de la primera infancia, ahora os encontráis todos calculando en qué año os podréis jubilar o que vuestras parejas ya lo han hecho.

En medio de ese vértigo de conversación desordenada y atropellada en la que se quiere recuperar el tiempo perdido se habla de hijos, se habla de enfermedades, se habla de trabajo y, también, cómo no, de amores y desamores. Como cuando fuimos jóvenes y a la ilusión le sucedía la decepción o cuando una ruptura sólo era el preludio de una historia que estaba por llegar.

 Ahora, en cambio, ya es difícil quitarse la sensación de que hay más en esa mirada hacia atrás que en lo que queda. Te cuesta reconocerte en la niña que fuiste hasta que ves, en esa sobremesa que habéis propiciado los que conseguisteis mantener el contacto, los ojos de tu amiga, de tu amigo, de hace más de 50 y de pronto todos volvéis a tener la piel requemada por el sol del verano, la mirada ávida y limpia, las rodillas y los codos en costra y la alegría de una vida que despierta. Los recuerdos de aquellas verbenas, de las tardes comiendo pipas, de los primeros amores y de tantas horas de juego y de interminables charlas. Habrán pasado más de 50 años, pero lo que fuimos sigue estando dentro de lo que somos. Y lo que ha pasado en medio, efectivamente, es una vida. A la que aún le debemos muchas sobremesas.