Síguenos
Hundidos Hundidos
banner click 244 banner 244
Nuria Andrés

Llega el verano y mientras unos vemos el Mediterráneo como remanso de paz donde descansar de la ajetreada rutina, para otros acaba siendo la fosa donde toman el último soplo de aire. La llegada de la época estival también hace que se intensifique el tráfico de pateras. En el mejor caso, estas conseguirán llegar a Europa; en el peor, se hablará de un naufragio y oiremos cifras descontextualizadas sobre cientos de muertos que nunca representarán el número real de quienes perdieron la vida en el mar.

Casualidades de la vida, el último naufragio que se dirigía hacia la costa de Canarias coincidió en el marco temporal con la historia de cinco nostálgicos del Titanic que se sumergieron a miles de metros bajo el agua para verlo de cerca. Lo único que unía ambas historias era el mar. El mar todo se lo traga, no distingue entre multimillonarios y migrantes. Las personas, parece ser, que sí lo hacemos.

La cantidad de medios que se desplegaron para intentar salvar a los cinco tripulantes del Titan era tan ingente como necesaria. Toda labor es poca cuando la vida de una persona está en juego.

Lo triste es que tuviéramos que hacer la comparación entre la poca atención que recibió el último naufragio de Canarias y el otro de cerca de Terranova. ¿Será que el glamour que el cine otorgó al Titanic hacía que el Titan fuera más importante?

En unas declaraciones, uno de los supervivientes del naufragio de Grecia preguntaba si acaso ellos no eran personas. Se estima que desde 2014, alrededor de 27.000 personas se han ahogado en el mar Mediterráneo. Son tantas que siempre parecen las mismas. Hemos dejado de poner el contador porque pensamos que es otro naufragio más, propio de esta época.

Ya no recordamos que, efectivamente, en esa embarcación van personas.  Con sus sueños, sus frustraciones, sus esperanzas y sus miedos que acaban ahogados en el mar sin hacer retumbar ni un milímetro la agenda política. Embarcaciones que llegan a menos de cuatro domingos para que se celebren las elecciones generales y que igual nos hacen pensar que nuestro voto no puede ir a partidos que señalan a estas personas como migrantes ilegales.