Poco se habla (por el momento) de qué está pasando con el alumbrado navideño de este año en Teruel ciudad. Les cuento. Resulta que a día de hoy, oficialmente, aún no se ha adjudicado el contrato para poner las luces (al menos no consta en la plataforma de contratación). Y claro, estamos a dos semanas del encendido oficial. Tengo que decir que, en esta ocasión, no es responsabilidad únicamente del Ayuntamiento (que me consta va a solucionar el tema a toda prisa), pero evidencia que otra vez hay cosas que no se hacen con la diligencia debida.
Según consta en la documentación oficial, en abril de este 2025 se sacó a concurso la iluminación navideña. ¿El resultado? Que no se presentó nadie y quedó desierta. La licitación incluía las luces de Navidad pero también las de la Vaquilla. El precio: casi 69.000 euros con IVA y un contrato de dos años prorrogable dos años más sin variar el precio (buena jugada del consistorio para evitar que la inflación repercuta en todos estos años). Sin embargo, a nadie pareció seducirle la oferta del consistorio.
¿Qué pasó entonces? Que se echaba el tiempo encima y en octubre se tuvo que sacar otra licitación subiendo el precio. 75.000 euros con IVA y dos años de contrato prorrogables por uno más. Además, aquí sí, se especificaba que el alumbrado navideño tendría un coste de 62.000 euros y el de fiestas 13.000 más. A día de hoy, 23 de noviembre, no consta oficialmente que se haya adjudicado el contrato a nadie aunque todo parece indicar que se hará cargo la empresa Antonio Martín Clavero, que lleva siendo la encargada de iluminarnos desde el año 2020.
En esa Navidad, la del 2020/2021, en la que poco pudimos hacer por culpa de la maldita pandemia de Covid, se adjudicó la instalación del alumbrado por unos 22.000 euros (15.000 para estas fechas y 7.000 para la Vaquilla). Es decir, que en cinco años se ha triplicado el coste de engalanar nuestra ciudad por estas fechas. Yo sólo expongo los datos, que están a disposición de todos los ciudadanos.
Entiendo que han pasado muchas cosas en este lustro y que los precios han subido mucho (sólo hace falta ir a hacer la compra). Es más, soy firme defensor de que el alumbrado navideño no sólo es algo que disfruta generalmente el ciudadano, incentiva el gasto comercial e incluso permite al turista enamorarse aún más de nuestra ciudad. Lo que me parece nuevamente extraño es que se haga todo a última hora (aunque esta vez no haya sido responsabilidad del Ayuntamiento, que ya trató de solucionar el tema en abril, pero sin conseguir que nadie se presentase finalmente).
La solución ha sido subir el precio de la oferta para que la empresa habitual se haga cargo del asunto durante los próximos dos (o tres) años. Me recuerda un poco a lo que pasó este verano con las actuaciones musicales de la Fiestas del Ángel, adjudicadas in extremis, cuando las agendas de los artistas ya estaban cerradas.
Nos vamos a gastar más de 130.000 euros en un espectáculo de luces en la plaza de San Juan el próximo fin de semana pero somos incapaces de tener un alumbrado navideño decente. Eso sí, en este último caso los fondos vienen de Europa así que… o los gastamos o los perdemos. Sin embargo, quizás sería mejor apostar por adquirir el alumbrado festivo de la ciudad en lugar de tener que alquilarlo año tras año. Y que sea el Ayuntamiento el encargado de instalarlo y usarlo incluso más allá de las fechas señaladas.
La manida obsesión de externalizar ciertas partidas para, en el fondo, quitarse responsabilidades, no sé si compensa a las arcas municipales. Supongo que sí o no se haría de esta manera. Pero hacerlo tarde, jugándose la apuesta a un único contratista que puede usar su especie de monopolio municipal para subir la apuesta, me parece un tanto arriesgado.
Sobre la estética de las luces y su irregular distribución por la ciudad, ya si eso, hablamos otro día. Pero por ahora, por favor, no nos apaguen la Navidad porque al responsable se le haya olvidado mirar la agenda (y la cartera).
