Es tal el punto de aceleración de la crispación y confrontación política que se vive en el país y por extensión en Aragón que, a veces, se confunde el tocino con la velocidad. Esta carrera hacia el sopapo al contrario por el mero gusto de propinarlo provoca patinazos de órdago. Uno de los últimos lo ha propiciado el diputado socialista aragonés Daniel Alastuey en una reciente Comisión de Fomento, Vivienda, Logística y Cohesión Territorial de las Cortes de Aragón, en la que puso voz a la abstención de su grupo a una PNL en la que se pedía la aplicación íntegra de las ayudas al funcionamiento para empresas turolenses. Todo porque la presentó el PP y a pesar del apoyo del resto de formaciones. Poco después de conocerse la votación, el Grupo Socialista en el Parlamento aragonés lanzó una nota de prensa en la que reiteraba su “compromiso” con el incremento de ayudas a Teruel. Perfecto. La nota, sin embargo, no ha impedido que se haya visto el colmillo, más que el razonamiento, que preside la acción política en estos tiempos.
Alastuey, con un pasado de fuerte militancia sindical, tal vez se dejó llevar por ese curriculum cuando alegó que esas ayudas tenían como destino las empresas y no el territorio, como si fueran dos conceptos distintos. ¿Qué fortalece un territorio si no es una decente actividad productiva?; ¿Piensa Alastuey que en Teruel solo se vive del legado histórico, las pensiones o el turismo?. Aquí, como en todos los lados, se pelea por el futuro, pero en unas condiciones de partida muy endebles, alejadas del universo fagocitador de la gran Zaragoza, pero como la iniciativa parlamentaria comentada partió de donde partió, pues eso, al enemigo ni agua, a pesar de que fue un Ejecutivo aragonés el que peleó por esas ayudas que ahora se ningunean.
Entiendo que el socialismo aragonés de nuestros días esté entregado a las directrices del gran líder nacional y que apueste por la batalla sin cuartel, con razón o sin ella, pero tras las elecciones se verá el panorama. Si este PSOE no gobierna en Aragón, y viendo lo que se esta viendo, ¿qué quedará después?
Alastuey, con un pasado de fuerte militancia sindical, tal vez se dejó llevar por ese curriculum cuando alegó que esas ayudas tenían como destino las empresas y no el territorio, como si fueran dos conceptos distintos. ¿Qué fortalece un territorio si no es una decente actividad productiva?; ¿Piensa Alastuey que en Teruel solo se vive del legado histórico, las pensiones o el turismo?. Aquí, como en todos los lados, se pelea por el futuro, pero en unas condiciones de partida muy endebles, alejadas del universo fagocitador de la gran Zaragoza, pero como la iniciativa parlamentaria comentada partió de donde partió, pues eso, al enemigo ni agua, a pesar de que fue un Ejecutivo aragonés el que peleó por esas ayudas que ahora se ningunean.
Entiendo que el socialismo aragonés de nuestros días esté entregado a las directrices del gran líder nacional y que apueste por la batalla sin cuartel, con razón o sin ella, pero tras las elecciones se verá el panorama. Si este PSOE no gobierna en Aragón, y viendo lo que se esta viendo, ¿qué quedará después?
