Si pasan ustedes hoy por el viaducto, a eso del mediodía, verán a un grupo de personas simulando un bombardeo con decenas de víctimas mortales. No se asusten, no tiene nada que ver con los actos de conmemoración de la muerte de Franco, ni con los atentados contra la casa cuartel de Zaragoza a manos de ETA, ni tan siquiera con la gente muerta por ELA sin haber recibido un euro de las ayudas prometidas. Es la plataforma Teruel con Palestina, que ha organizado unas jornadas de protesta para mostrar “la férrea repulsa de la ciudadanía turolense al genocidio que el Estado de Israel está cometiendo contra el pueblo palestino” concidiendo con la visita del equipo Maccabi Tel Aviv en el Pabellón Los Planos, donde se enfrentarán al Pamesa Teruel en la competición europea Challenge Cup de Voleibol.
No será el único acto reivindicativo de estos días. Ayer hubo una serie de conferencias en el Centro Social Autogestionado A Ixena (les sonará el nombre de otras columnas pasadas) y los dos días de partido habrá concentraciones “pacíficas” delante del polideportivo para que los jugadores israelíes sientan “la presión social” de que en Teruel tampoco se les quiere… O al menos eso dicen los convocantes, que vuelven a hablar por boca de toda la ciudadanía.
Si ustedes quieren ir a ver los partidos, que sepan que no podrán. ¿El motivo? Que la Subdelegación del Gobierno ha decidido que se jueguen a puerta cerrada de forma “preventiva” tras analizarlo con la Junta Local de Seguridad. Hay que recordar que la Subdelegación responde a los dictados del Ministerio del Interior (Gobierno de España), que como bien saben, está a favor de boicotear a Israel todo lo que puedan por su ofensiva militar contra los terroristas de Hamás en Gaza. Así que, sin preguntarse ni qué piensan los ciudadanos o los socios del Pamesa Teruel, un cargo político ha decidido que hay riesgo si los partidos se disputan con gente en las gradas.
Choca esta posición gubernamental con lo declarado insistentemente por los organizadores de las concentraciones en Los Planos, que repiten sin cesar que “se tratará de protestas pacíficas en apoyo al pueblo palestino”. Insisten: Pa-cí-fi-cas. Pero alguien miente. O la Subdelegación del Gobierno cree que la plataforma Teruel con el Pueblo Palestino no es tan pacífica como dicen y por eso restringen el acceso a los partidos… O los organizadores no son tan pacíficos como presumen y desde el Ministerio del Interior se temen que se líe igual que en la última etapa de la Vuelta Ciclista a España, donde unos cuantos pacíficos (notese la ironía) acabaron a tortas con la policía.
No sé, qué quieren que les diga. Puestos a elegir, yo iría hoy a la manifestación en apoyo a la Sanidad Pública. La Plataforma SOS Sanidad Pública Aragón ha contraprogramado a los Amigos de Palestina con otra manifestación, también a las 12 del mediodía. Y Teruel Existe ha aprovechado para sumarse denunciando de nuevo la mala gestión de los recursos públicos del Gobierno actual de la DGA (poco decían cuando gobernaban sus entonces socios en el Congreso y que, sin duda, nos ha llevado también a la situación actual).
Aunque si yo tuviera que manifestarme por la Sanidad Pública lo habría hecho a lo largo de esta semana, junto a los sanitarios que llevan saliendo a la calle reiteradamente y con escaso apoyo político y mediático para defender su trabajo y nuestra calidad asistencial (así, todo de una). Quizás estas protestas de los médicos no las hayan visto tan publicitadas porque, claro, no sólo arrean al Gobierno de Aragón del PP. También le dan a la médica y ministra de Sanidad, Mónica García (Sumar).
¡Ay, cuando el enemigo se sale del dictado por el relato gubernamental! En esas ocasiones no hay tanta propaganda, ni tanto apoyo mediático. Cuando se trata de repartir responsabilidades, mejor ignorar a los que protestan, no sea que alguien se dé cuenta de que hay más de un culpable de según qué situaciones.
Esto es extrapolable a casi todo. Al conflicto Israel-Palestina; a la Sanidad Pública transferida a las autonomías con una ministra que no mueve un dedo y, si me apuran, a la gestión que se hizo de la mismísima DANA de Valencia, donde Mazón fue la cabeza de un grupo de inútiles autonómicos al que le acompañó un Pedro Sánchez (y sus acólitos) que escurrió el bulto por fríos cálculos electorales mientras los cadáveres aún flotaban en los garajes.
En fin, no sigo que me caliento. Cuidado con aquellos que nos quieran convencer de quién es el enemigo porque quizás está mucho más cerca de lo que nos dicen.
