Pregunté hace unos días a una persona a quien aprecio mucho por el trabajo que realiza, qué tal llevaba un proyecto en el que está inmersa desde hace más de veinte años. Su respuesta me hizo reflexionar, por lo sencilla y a la vez elocuente: “Estoy recomenzando”. Las dificultades, los problemas, las situaciones que no puede controlar le hacen comenzar y recomenzar casi constantemente. Lo bonito es que, a base de trabajo y de buen hacer, con alegría y optimismo, es capaz de salir siempre a flote, con unos resultados sensacionales. Yo, al menos, me quedo encandilado cuando veo el fruto de ese esfuerzo y de ese recomenzar.
Falta poco para comenzar un nuevo año, o tal vez debería decir “recomenzar”. Sea como fuere, siempre es tiempo de volver a plantearse una nueva estrategia, de adoptar una actitud que supere la, tal vez, cansina de 2025, de comprometerse a dar un salto de calidad en nuestras relaciones personales y en aportar un valor añadido a nuestros empeños por hacer la vida más agradable a quienes nos rodean.
Es muy probable que sean pocos los cambios entre el 31 de diciembre y el 1 de enero. Posiblemente sigan los mismos dolores de rodilla o de cabeza, que algún vecino continúe tirando basura por las escaleras o que el dueño del perro del otro lado de la calle tampoco recoja en 2026 los excrementos. Algunos piensan que lo que dice el refrán “año nuevo, vida nueva” es consecuencia de una especie de inspiración que aporta fuerzas para ser mejor persona o vivir conforme a los propios caprichos, pero no: el “año nuevo, vida nueva” no existe. Uno sigue siendo tan atolondrado como el año pasado, desmemoriado y olvidadizo, carente de empatía con quienes nos reclaman unos minutos de conversación.
Lo importante, al menos en mi opinión, es que comenzar un año nuevo requiere un esfuerzo nuevo por hacer un mundo más justo: una lucha que empieza por tratar de ser mejor uno mismo, de ser mejor persona, que, en definitiva, es la manera más hermosa de contribuir a construir un mundo mejor. Así que no lo olviden: recomenzar y recomenzar es la mejor manera de empezar un nuevo año, con ganas, con fuerzas y, sobre todo, con mucho amor, que es lo que nos reclama este mundo lleno de violencia y odio. Feliz recomienzo de año.
