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Atracción sexual, masturbación, homosexualidad y antropología Atracción sexual, masturbación, homosexualidad y antropología

Atracción sexual, masturbación, homosexualidad y antropología

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Grupo Psicara

Por Rubén Somalo Toyas

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy hablaremos de la conducta sexual desde el punto de vista antropológico y social. Para ello trataremos la atracción sexual, la masturbación y la homosexualidad desde la investigación y mediante  una persepctiva transcultural.

El objetivo de esta publicación es observar las diferentes perspectivas, significados y atribuciones en la sexualidad dependiendo del tipo de sociedad, remarcando la gran influencia de los valores de cada cultura.

Una de las grandes dualidades de la explicación de cualquier comportamiento es ¿aprendido o innato?, ¿ambiental o biológico? En los primeros meses de vida, casi todos los comportamientos son respuestas reflejas codificadas en nuestro material genético y tras unos pocos años la gran mayoría de conductas son consideradas como el resultado del aprendizaje. Es decir, la forma en la que andamos, abrazamos o nos comunicamos está guiada por la experiencia. Por lo que será también la experiencia, o más bien el ambiente, el que ha podido determinar la forma de andar, hablar o jugar sea propia de chicos o chicas, correcto o incorrecto y deseable o indeseable.

La capacidad de respuesta sexual, definida como la forma en la que respondemos tanto fisiológicamente como conductualmente a estímulos sexuales es una característica heredada, es decir, NO es fruto del aprendizaje. No obstante, los límites de la influencia biológica se entretejen con los del ambiente, y no solo en la manera en la que nos relacionamos sino incluso en nuestro propio ADN como estudia la Epigenética, la ciencia que explica los mecanismos que regulan la expresión de los genes y la influencia con factores del ambiente.

Esta permeabilidad al ambiente nos diferencia de otras especies también en el ámbito sexual, por ejemplo en el hecho de no tener que depender de los ciclos hormonales para que nos apetezca tener sexo o… de la gran variabilidad de elementos que nos pueden excitar. 

¿De qué depende lo que nos atrae sexualmente? ¿Qué elementos nos resultan atractivos? La antropología concluye que, de manera general, cada sociedad marca lo que considera estético. La delgadez en las mujeres, las espaldas anchas de los hombres e incluso características específicas de los genitales como el tamaño y grosor del pene o una determinada forma y tamaño de la vulva entre otros.

De la misma manera, se han visto diferencias en el atractivo sexual de la desnudez, siendo aquellas sociedades con mayores imperativos por ponerse muchas prendas las que más excitantes encuentran el cuerpo desnudo, al contrario  que las tribus que se relacionan con poca ropa.

Igualmente, la investigación antropológica remarca que gran parte del atractivo sexual no procede tanto de su aspecto físico sino de las conductas que realiza la persona, siendo lo novedoso lo más excitante sexualmente, concluyendo que el paso del tiempo en una pareja merma el atractivo sexual entre los mismos.

En lo referido a la actividad sexual en la infancia y la adolescencia, las reacciones de los adultos varían desde el rechazo total hasta las actitudes de orgullo y alegría en función de la cultura. Desde los “lepcha” en India donde las niñas deben de realizar el coito para impulsar su madurez, hasta los padres “hopi”  que masturban a sus hijos. 

En el caso de las sociedades occidentales como la nuestra,  los adultos se han dedicado a rechazar y castigar los contactos sexuales de los niños, llegando a generar en ellos sentimientos de culpa y rechazo ante su sexualidad debido a la dureza de los adultos al negar estas conductas. Comúnmente denominadas como “juegos sexuales”, un nombre que parece pretender quitarle el significado de conducta sexual para mantener el tabú que tanta vergüenza genera en los adultos.

A diferencia de las sociedades occidentales, la mayoría de las culturas no industrializadas permiten el comportamiento homosexual, al menos en algunos individuos. La antropología ha contribuido con cuatro observaciones en lo que hoy entendemos como homosexualidad: Primero, una muy baja frecuencia de personas exclusivamente homosexuales en las sociedades preindustrializadas; Segundo, la escisión de dos tipos de homosexuales, el activo y el pasivo, siendo esta última la mal vista, siendo el “auténtico homosexual”. La tercera observación, es que tanto conductas heterosexuales u homosexuales no son excluyentes en un mismo individuo describiendo a si la bisexualidad; Cuarto, la observación más relevante a mi parecer, es el caso de los adolescentes de Java (Indonesia), denomindados “gimbalans” que durante varios años son exclusiva o predominantemente homosexuales y acompañan a grupos de hombres adinerados, pero cuando alcanzan la adultez o son demasiado mayores para ejercer como “gimabalans”  y terminan realizando conductas heterosexuales y contrayendo matrimonio.

Para finalizar, me gustaría remarcar que ningún acto sexual hacia uno mismo es bueno o malo intrínsecamente. Sino que depende de las normas sociales que cada comunidad atribuye. Por lo que un enfoque de la sexualidad multidisciplinar incluyendo información de la antropología y con mayor perspectiva de género puede ayudar a entender y educar en derechos sexuales universales más que en la subjetividad de la moral, la religión o la tradición de cada sociedad.