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Deshumanización y violencia en Palestina. La herida abierta Deshumanización y violencia en Palestina. La herida abierta

Deshumanización y violencia en Palestina. La herida abierta

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Alba Nicolás Agustín

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología.

Nunca olvidaré que en mi primera clase de la carrera, metodología de la investigación 1, nos hablaron sobre cómo pudo ser que los Nazis llegaran a cometer semejantes atrocidades entre 1939 y 1945. Muchas investigaciones como estas explicaban cómo el estar bajo las órdenes de una figura de autoridad podría explicar por qué muchos de ellos hicieron lo que hicieron. Y recuerdo que fue una de las primeras nociones que hizo que el comportamiento social fuese algo que me llamara tantísimo la atención. Era una visión obviamente sesgada por la temporalidad y la lejanía que para mí la Segunda Guerra Mundial suponía en mi vida.

Pues bien, ahora en 2025, (aunque esto empezó cuando acabó precisamente su holocausto) no doy crédito. No doy crédito y en esta época mi visión hacia la humanidad hace que tenga un punto enorme negro que, muchas veces, no me deja ver más allá. Me planteo, cada vez que doy sesiones, con qué posición tan cómoda me veo ofreciendo terapia a quienes, por haber tenido la suerte de haber nacido aquí y no allí, pueden venir a que les atienda y ambas continuar con nuestras vidas después de vernos... Me desgarra. Me atormenta. Hace que no me pueda quedar impasiva con lo que está sucediendo en lo que queda de Palestina.

No se puede hablar de salud mental sin tener muy presente el contexto. El contexto son todas las cosas que rodean nuestras vidas. Ya sea el tipo de trabajo que tengamos, las personas con las que nos relacionemos y sus circunstancias, el nivel socio-económico que tengan nuestras familias, el tipo de país y sus condiciones de vida y, por supuesto, cómo está el panorama político en el mundo. Entonces, yo me preguntaba a la hora de escribir este artículo: ¿cómo se puede difundir un mensaje de salud mental cuando en otra parte del mundo no se está permitiendo vivir a un pueblo entero?

El mundo hoy en día está muy revuelto. Noto que desde la pandemia del 2020 vivimos en una época que está caracterizada por mucha crispación, guerras, crisis económicas, subidas de precios, alta polarización, los extremos están en auge, la desinformación en los medios, un montón de cambios en muy poco tiempo, provocando mucha incertidumbre sobre el futuro… Esto asusta a cualquiera. Y, queramos o no, vivir bajo el paraguas de este contexto tiene un impacto en nuestra salud mental y en nuestra forma de concebir la vida.

“Los conflictos bélicos generan un impacto inmediato, drástico y fatal en la vida de las personas que se ven involucradas directamente, pero también en las sociedades a las que pertenecen, en su conjunto”. Las poblaciones que sufren estos conflictos van de la mano con innumerables consecuencias en su salud mental, siendo de mayor índole en jóvenes y niños. En 2022 la OCHA (Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU) ya hablaba de que el 38% de la población gazatí había pensado en quitarse la vida al menos una vez.

Imagínate ahora, 3 años después y con todo lo que sabemos que está pasando, la esperanza de vida que pueden tener los habitantes palestinos. A esto hay que sumarle la falta de apoyo y de recursos humanitarios que no están entrando en Gaza. No tienen acceso apenas a recursos básicos como comida, agua, luz, techo y hospitales, viviendo en un lugar de asedio, con bombas

diarias, personas muriendo diariamente, tener que separarse de sus familias y amigos, no tener dónde vivir ni si vas a sobrevivir…

Párate un momento a reflexionar y piensa en el nivel de desesperanza con la que están teniendo que vivir quienes están todavía con vida y, en último plano, las condiciones devastadoras en su salud mental que esta situación está suponiendo. Por no hablar de la falta de esperanza con la vida y con el resto de los países que apenas ayudan a que esto cese… No se puede hablar de salud mental cuando no hay opciones para sobrevivir ni llevar una vida digna con los recursos básicos.

He querido ponerle a este artículo el subtítulo de “la herida abierta” porque faltaba mencionar la huella generacional heredada que, aunque ya lleva años existiendo, esta irá pasando de una generación a otra necesitando largas décadas para mitigarla (Confederación Salud Mental España, 2022).

Estas palabras no ayudarán al alto al fuego… Pero se dice que “nunca muere quien es recordado solo muere a quien se olvida” … pues hoy y todos los días no hay que dejar de hablar de Palestina. Porque solo si callamos estaremos dejando de lado a un pueblo entero… ¡Viva Palestina libre!