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El arte de la salud mental El arte de la salud mental

El arte de la salud mental

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Por Noelia Ferrer Ber

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Esta vez, te pregunto: ¿te has planteado alguna vez la relación que existe entre arte y salud mental? ¡Vamos allá!

Todos y todas hemos vivido situaciones adversas que pesan a nuestras espaldas. Solemos soportar ese peso sin ser conscientes de él, aunque estaremos de acuerdo en que es necesario, de vez en cuando, soltar. ¿Cómo? Una forma puede ser expresando nuestras emociones. Y qué mejor forma de sacar lo que llevamos dentro que a través del arte: de la escritura, la pintura, la fotografía, la música, el teatro o el baile.

No necesitamos ser una autora reconocida para poder escribir, ni un compositor con 20 años de experiencia para poder componer, ni tener la última cámara del mercado con la mejor calidad para captar un segundo en la naturaleza. Si esperamos a ser los mejores para hacer algo, nunca bailaríamos, ni nos uniríamos a un grupo de teatro ni pintaríamos con acuarelas. El arte puede ser una forma de canalizar nuestras emociones, de expresar.

Para esas personas que no se consideren artistas ni creativas, la práctica hará que cada vez tengan mejores habilidades, mayor motivación por aprender y sea más fácil hacerlo. Además, estaremos potenciando nuestra creatividad, ya que los estudios nos dicen que es una fortaleza que podemos adquirir, trabajando en ella.

Pongamos un ejemplo, como el de mi amiga Belén. Una persona cercana le regaló un maletín de pinturas junto con un lienzo. Siempre le había gustado pintar, su abuelo pintaba, pero no le había dedicado el tiempo que requiere empezar algo de cero: errores, líneas inexactas, colores que no quedan como esperaba y el sentir y pensar de “esto no es para mí”. Seguramente, por su cabeza revoloteaban pensamientos como “nunca voy a pintar como mi abuelo”, “no soy suficientemente creativa” o “la habilidad la ha heredado mi hermano”. En ese momento, cuando aparecen estos pensamientos, solemos darnos por derrotados/as. Nos los creemos. Pero si lo seguimos intentando, aunque aniden en nuestra cabeza, el resultado cambia.

Primeros bocetos

Terminas tus primeros bocetos, y piensas “bueno, para ser los primeros no están mal”. Y ahí empieza un nuevo camino que recorrer, viendo tutoriales en YouTube y quedando con personas más creativas o que pintan, para que te enseñen pautas básicas, las cuales, con el tiempo se irán absorbiendo. Cada vez hay menos pensamientos revoloteando por tu cabeza y la sensación ha cambiado, sientes que puedes y que lo estás haciendo mejor. Ahora Belén canaliza sus emociones en cada pincelada, expresa a través de sus lienzos y regala esos dibujos hechos con cariño. Su objetivo principal no es dibujar para crear arte (que también podría serlo), sino para desahogarse, encontrarse o, simplemente, realizar una actividad agradable. Al final, nuestro bienestar psicológico se ve beneficiado cuando buscamos espacios que son agradables para nosotros y nosotras.

Lo cierto es que aprendemos unos de otros y las personas que nos rodean nos pueden enseñar otras realidades, otras formas de vivir, de afrontar las cosas, de romper los bucles de pensamientos que nos frenan y adoptar nuevas perspectivas que nos ayuden a crecer y mejorar. Belén preparó un taller de pintura para enseñarnos lo que hacía. Yo he pintado un primer lienzo y me he enfrentado al pensamiento de “esto no es para mí”. Sienta bien, es reconfortante, así que, gracias, Belén.

Regalemos momentos en los que potencien la creatividad de los seres que nos rodean, a los que queremos. Y recordemos que nunca es tarde para empezar o retomar una actividad que nos puede hacer sentir bien.