Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los miércoles, las psicólogas y psicólogos de PSICARA abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. Hoy dedicaremos este espacio a desmontar bulos y prejuicios sobre las personas trans. ¿Te atreves a reflexionar?
La sigla del colectivo LGTBI que más discriminación sufre es la T, ¿lo sabías?¿podrías explicar por qué? La T representa dentro del colectivo a las personas trans, personas cuyo sexo asignado al nacer no se corresponde con su identidad sexual final. En términos más básicos, un bebé varón que ha nacido y socializado como chico llega un momento durante su crecimiento en el que es consciente de que “él no se ve, ni se siente, ni se percibe y ni puede vivir” como un chico. Pero, ¿cómo es eso posible? ¿es rarísimo, no? Pues la respuesta es que no.
Las personas trans no son resultado de una moda occidental para adolescentes. Las personas trans tampoco son hombres homosexuales acomplejados en el armario que expresan su identidad travistiéndose. Las personas trans existen en todos los continentes, países, ciudades, tribus y pueblos del mundo. Desde hace cientos de años, se ha constatado que hay sociedades, como la mexicana o la hindú, en las que aparecen personas que no se identifican con el sexo y con los roles sociales asociados al mismo.
Hay sociedades de distintos continentes que han integrado de unas formas más o menos respetuosas a las personas trans.
Es decir, la realidad trans es parte de la diversidad del ser humano. Pero entonces, ¿por qué son las más discriminadas?
Bien es sabido, que en la época del Franquismo se perseguía a las personas homosexuales, lesbianas y trans mediante la Ley de Peligrosidad Social. Escudados en proteger a la ciudadanía de diferentes peligros, el sistema ha perseguido, violentado y atacado a muchas personas LGTBI. Gracias a las reivindicaciones tras la caída del franquismo, el 26 de diciembre de 1978, se eliminaron los artículos que perseguían la homosexualidad en la Ley de Peligrosidad Social.
Poco a poco, los y las ciudadanas hemos ido exigiendo los derechos de las personas discriminadas dentro de la sociedad, y por lo tanto, lo mismo con las personas trans.
40 años después, en Aragón, se publicaron dos leyes para garantizar los derechos humanos de las personas del colectivo LGTBI (la Ley 4/2018 y la Ley 18/2018). Y gracias a dichas leyes, desde 2021, PSICARA coordina el proyecto de Aragón Diversa, un servicio de orientación psicológica para el colectivo LGTBI+ creado por la Dirección de Igualdad y Familias de la DGA. Gracias a dicho proyecto se ha podido mejorar la salud mental de las personas LGTBI, y en concreto, el bienestar de gran parte de adolescentes y personas trans.
El servicio se basa en la atención de las diferentes problemáticas de la personas del colectivo; desde sufrimiento por un duelo, depresión por un despido, discriminación familiar, adicción a sustancias o discriminación escolar por bullying, entre otras. Desde el servicio se ha aplicado un modelo de atención basado en las terapias contextuales, un tipo de terapias basadas en evidencia científicas y con avalado rigor.
Este modelo de atención está fundamentado en la aplicación de herramientas como el Análisis Funcional de Conducta Contextual (AFC) para ayudar a evaluar el sufrimiento y exponer los objetivos terapéuticos de la persona que está sufriendo. Gracias a esta herramienta se consigue descubrir diferentes soluciones al sufrimiento y siempre dependiendo de las necesidades de cada persona.
A la hora de atender a personas trans, este modelo ha sido crucial para mantener el respeto y cuidado de su sufrimiento, desde el trato por parte del terapeuta se demuestra a las propias personas trans cómo no es una elección o una moda su realidad. Gracias al AFC, las personas con dudas con su identidad pueden ver si los sentimientos de discordancia y dudas son algo que llevan presentes bastante tiempo, y también, si así ha sido, si ha conseguido reprimirlo o aceptar lo que indican. ¿Acaso es posible y sano que una persona elimine su deseo sexual homosexual? ¿Acaso es posible y sano que una persona trans ignore, elimine o se convenza de que una no tiene ese sentimiento de discordancia con su identidad? Además, la mayor parte de veces las personas con dudas vienen a terapia cuando ya han resuelto las dudas y reconocido que no han podido reprimir sus diferentes emociones por verse y vivirse como una mujer u hombre (o no binarie también).
Pero, ¿qué es lo que ocurre en España actualmente? Tras mucha lucha estos últimos años, las asociaciones y Federaciones LGTBI como Chrysallis, Euforia, la Plataforma Trans y la FELGTBI+ han luchado por reunirse con el gobierno para solventar el reconocimiento de derechos y despatologización de las personas trans en los protocolos de sanidad y en el registro civil. Asimismo, se ha visto reconocida la necesidad de generar conciencia sobre el respeto, ya que los menores trans sufren una tasa más alta de bullying que la media general.
Desgraciadamente, está habiendo mucha desinformación y noticias falsas en redes sociales y prensa digital sobre las personas trans. Por ejemplo; que debido a la ley (4/2023 para la igualdad de derechos de las personas trans) a los y las psicólogas se nos pueda denunciar si no “atendemos correctamente” a personas trans.
Esto genera un caldo de cultivo en el que las personas sin conocimiento de la realidad trans tengan miedo, ya sean progenitores, educadores, profes o psicólogos/as. ¿Pero qué es lo que hace el ser humano cuando tiene miedo? Tratar de evitarlo. Y muchas veces cuando las personas no quieren sentir el miedo no preguntan sobre un tema incómodo, miran al suelo para no mirar a alguien o directamente niegan lo que la realidad les está mostrando.
Hay personas y profesionales que están generando miedo a la población con argumentos de que los adolescentes están perdidos, Internet es peligroso o que la existencia de las personas trans borra el lugar de las mujeres y el concepto de sexo biológico. El objetivo de este artículo es rebatir la existencia de materiales y agrupaciones que van dirigidas a patologizar y negar la realidad trans. El objetivo es dotar al lector de una actitud de respeto, cariño y apertura ante la realidad trans y no, de rechazo, miedo o catastrofismo.
Cuando un menor dice que no se identifica como un chico/a todos los padres y madres se asustan. Y eso es más que natural. Los progenitores buscan información para entender y así poder ayudar a sus hijos. En ese momento, casi todos los padres se ponen en contacto con asociaciones, psicólogos/as u otros padres. Desgraciadamente, han sido estos últimos años cuando ha proliferado la tergiversación de la realidad trans; hay libros de divulgación y agrupaciones de madres y “adolescentes con disforia acelerada”. Estos autores y agrupaciones están asesorando a progenitores de menores que pueden reprimir y hacer sufrir a muchos/as/es jóvenes trans.
Un ejemplo de ello, desde mi criterio y experiencia, es el libro llamado: “Mamá, soy trans” del conocido psicólogo clínico Marino Pérez junto a José Errasti también psicólogo clínico y Nagore de Arquer, una estudiante de psicología que se identificó como chico trans y luego detransicionó. En este libro lanzan recomendaciones, a mi parecer catastróficas, y poco exactas para ayudar a progenitores de adolescentes trans a reprimirlos y salvarlos de la “ideología queer transgenerista”.
Pero ¿qué ocurrirá si unos padres encuentran este libro escrito por psicólogos diciendo que lo que les ocurre a sus hijos es una moda influenciada por internet?
Pues efectivamente creerán que representa su caso. Los padres empezarán a leer cómo la personalidad durante la adolescencia está todavía formándose, que existen en internet modelos de cartas para salir del armario y otros catastróficas frases como: “Su frágil autoestima, las desavenencias con su cuerpo, también son compatibles con una sobrevaloración del yo...; muestran contradicciones... “pueden mostrarse razonablemente maduros y sorprendentemente inmaduros con pocos segundos de distancia entre ambos estados, ...la intolerancia ante la frustración y la incertidumbre, la intensidad emocional, la impaciencia...”
Los autores en este libro mencionan un montón de circunstancias sociales y “fenómenos psicológicos” que hacen que un padre y una madre quiten toda credibilidad a su hijo pensando que está cuidándolo y salvándolo de la “ideología queer transgenerista”, cuando lo que seguramente están haciendo es reprimirlo y generándole más sufrimiento.
El objetivo de este artículo no busca empeorar la imagen ni profesionalidad de los autores, el objetivo es informar que de lo que ellos hablan en el libro es totalmente diferente a lo que los psicólogos/as en las asesorías LGTBI+ nos estamos encontrando en consulta. La gran mayoría de adolescentes trans atendidos en Aragón Diversa son jóvenes que han intentado ocultar su experiencia trans hasta que han visto que no podían, y muchos de los adultos trans también.
En los siguientes artículos, las recomendaciones “terapéuticas” de este libro van a ser desmontadas de forma respetuosa y desde el valor de la salud y la ciencia. Otra cuestión que puede hacer el lector mientras tanto es comprobar la veracidad de las noticias de “niños trans arrepentidos y mutilados”. Por ejemplo: googlear si dichas noticias o medios de difusión tienen alguna relación con un pensamiento conservador o religioso. También googlear el nombre del profesional sanitario (que verifica la problemática trans) añadiendo: “transphobic”/ “fake news” para así poder ver si dicho profesional ha mentido y si se puede leer en otros resultados de páginas que desmonten dichas publicaciones.
Tanto yo como otras entidades LGTBI de Aragón hemos atendido, evaluado y ayudado a decenas de personas trans. Personas que no están confundidas, ni engañadas por ningún lobby o movimiento. Personas que no han elegido ser trans y que han intentado hacer miles de esfuerzos fallidos por convencerse de que son como los demás. La identidad sexual no se elige, pero informarse y respetar sí.