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¿Quién es mi hijo e hija? ¿Quién es mi hijo e hija?

¿Quién es mi hijo e hija?

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Grupo Psicara

Por Noelia Ferrer

Bienvenidos y bienvenidas al Rincón de la Psicología, un espacio donde todos los  miércoles, las psicólogas y los psicólogos de Psicara abordamos temas y curiosidades relacionadas con la Psicología. En el artículo de hoy, dirigido a madres y padres, hablaremos sobre los hijos.

La pregunta casi obvia para iniciar este artículo es: ¿quién es tu hijo/a? ¿lo conoces realmente? Si la respuesta es “sí, claro, cómo no voy a saberlo” te propongo que contestes las siguientes preguntas:

¿Qué le gusta hacer cuando está solo/a?*

*No sirve anotar “estar con el móvil”, seguro que hay más cosillas.

¿Quiénes son sus dos mejores amigos/as?

¿Cuál es su nombre en redes sociales (si las tiene)?

¿Cómo se llama su tutor/a (si lo tiene)?

¿Cuál es su orientación sexual?

¿Qué miedos le acompañan?

¿Confía en sus habilidades?

¿En qué se parece a ti?

¿Cómo está su autoestima y por qué?

Aquí habrá personas que les resultará más fácil y otras que dirán “ostras, me está costando”. También dependerá mucho de la edad del menor, a un niño de 5 años es más fácil conocer, exceptuando ciertos casos, que a uno de 15 años, el cual se encuentra en plena adolescencia.

¿No haber contestado a todas las preguntas significa que soy un mal padre o una mala madre? ¡¡NO!! Podemos decirlo más alto, pero no más claro.

Ser un buen o mal padre va más allá de esto… y te pregunto: ¿qué sería para ti ser una buena madre o un buen padre? Cuando decidiste tener a tu primer hijo, ¿cómo te imaginabas criandolo? ¿cómo describirías en aquel entonces lo que sería un padre ideal? ¿y ahora? Te animo a que lo escribas.

Por recopilar lo que otras familias podrían decir:

Ser una buena madre o padre es “estar ahí” cuando se necesita y querer siempre lo mejor. Educarle en el respeto, la empatía y el cariño. Querer que sea una buena persona y que sea feliz, que tenga buenas habilidades de comunicación y de resolución de conflictos, que tenga un buen autoconcepto de sí mismo, que sea trabajador y divertido, entre otras muchas cosas.

Nuestros actos tienen que ir dirigidos a las cosas verdaderamente importantes: los valores que se esconden tras las acciones. Si mi yo ideal como progenitor dista de la realidad, tengo un gran campo de acción en el que poder trabajar. Se puede empezar cambiando el enfoque con el que se mira a un hijo/a, observa su parte física, intelectual, emocional o social. Observalo como si fueras su amigo/a, su entrenador/a, su profesor/a, su abuelo/a.... Míralo como si nunca lo hubieras visto antes y anota lo que descubres. Igual tu hijo ya no es “el despistado” y ha pasado a ser “un chico con cabeza”.

En la Escuela Municipal de Familias de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Teruel se están trabajando aspectos como este. ¡Encima son sesiones mensuales gratuitas! Así que, si es de tu interés, no dudes en preguntar por un poquito más de información.

Ser padre o madre no es tarea sencilla, más aún cuando los hijos e hijas no vienen con su propio manual de instrucciones. A veces se hacen las cosas mejor y otras peor, como todo en la vida, pero el trasfondo es el mismo: quiero lo mejor para él o para ella.