San Roque’24 en Calamocha
Hoy comienzan en Calamocha las fiestas patronales, fiestas de la Virgen de la Asunción y San Roque. Será esta tarde, a las 19 horas, con el chupinazo que da comienzo a las fiestas, hasta el día 17. Media España celebra sus fiestas en estas fechas. Días de celebración, diversión, alegría, tradiciones y recuerdos.
Aunque las fiestas empiezan hoy, hay unas prefiestas, que empezaron el 27 de julio con el acto del Mantenedor de los jóvenes, que este año fue Jesús Gascón, y la entrega de la medalla de la villa a Silvia Gil, teniente coronel jefa de la Comandancia de la Guardia Civil de la provincia de Teruel. En vez de Reina y damas de las fiestas, desde hace unos pocos años se elige a unos jóvenes, entre ellos algún varón, criterio que ojalá cambie y se vuelva a hacer como durante décadas.
Son días de recuerdos personales y colectivos. En mi caso, me viene a la cabeza que dos hermanos míos han sido Mantenedores de las fiestas, Nieves y Miguel-Ángel, y una hermana fue Reina, Charo. Sano orgullo familiar.
Además, quiero recordar a Germán Reguillo, ahora gravemente enfermo, que fue el Mantenedor cuando mi hermana Charo fue la Reina: los dos pajes fueron, en aquella ocasión, dos hijos de Germán, Ana y Fernando. Germán, nacido en Segorbe, siempre ha tenido una gran vinculación con Calamocha, contribuyendo en muchas facetas culturales y sociales, como calamochino consorte, pues se casó con Emma Lacruz. Un recuerdo especial a Germán y familia.
El baile de San Roque es el acto más característico, en una procesión multitudinaria. Se celebra desde 1885, año en que se inició como agradecimiento a San Roque tas la epidemia de cólera en la Comarca del Jiloca. Hasta hace unas décadas, el baile era exclusivo de hombres: ha sido un cambio positivo que bailen hombres y mujeres.
Los dichos a San Roque tienen una gran sabiduría, fervor y expresan los anhelos de los calamochinos. Recuerdo mi asombro de niño cuando escuché, hacia 1966, un dicho en que se pedía por los que tenían que emigran en busca de trabajo y sus familias. Ahora conviene seguir rezando a San Roque por otras epidemias que sufrimos: enfermedades, guerras, epidemias morales en la familia y la sociedad.
Las fiestas de San Roque son un reflejo de la identidad cultural y secular de los calamochinos. Son un testamento viviente de nuestro compromiso con las tradiciones y con la fe. Todo lo que contribuye a reforzar este sentido, en medio del jolgorio y la diversión, hay que transmitirlo a las nuevas generaciones y los cientos de inmigrantes extranjeros que residen ahora en la villa. La historia es parte del presente.
Transmitir el valor de lo heredado tiene importancia. En algunos casos, porque los jóvenes practican su fe con cuentagotas, para que conozcan el sentido y origen de estas fiestas, con peticiones actuales a San Roque. En el caso de extranjeros de otra religión, para que estimen los valores que dan sentido a unas fiestas tan entrañables, abiertas a todos, participativas, respetuosas siempre. ¡Viva San Roque!