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Teruel llora Teruel llora

Teruel llora

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Carla Herrero

La ciudad sin sueño descansa y sueña con acortar la espera de 365 días, para que su Torico y sus turolenses puedan volver a enfundarse el pañuelico rojo. Desea llenar de nuevo sus calles con el olor a vino y el eco alegre de las charangas y las carcajadas. Anhela que sus turolenses vuelvan a priorizar los abrazos y las sonrisas, que dejen atrás su vacía realidad y comiencen a construir los momentos que llenarán de felicidad sus recuerdos.

Porque Teruel no solo celebra unas fiestas, celebra una identidad. Una forma de vivir, de sentir, de resistir. Y cada año, cuando llega julio, la ciudad se transforma, las calles se convierten en escenarios de reencuentros y cada rincón huele a emoción, a nostalgia, a historia viva.

Una vez más, la ciudad del amor refleja el sentimiento de todo un pueblo que, tras concluir estos tres días, no puede evitar derramar lágrimas de orgullo al poder decir con el corazón lleno: “Soy de Teruel”. Y es que… el sentimiento de ser de Teruel es el más grande de todos, y no todo el mundo puede llevarlo con tanto honor como lo hacen los turolenses.

Tres días llenos de intensidad que muchos turolenses aguardan como la espera más importante del año; tres días en los que ninguna preocupación es tan importante como reír hasta que nos duela la tripa, cantar hasta quedarnos sin voz o bailar hasta que las piernas aguanten. Pero, sobre todo, tres días para darnos cuenta de lo realmente importante en la vida.

Y cuando la traca resuena en el cielo y el Torico se queda sin su pañuelico, la ciudad sin sueño no solo descansa, también llora junto a sus turolenses. Llora de amor compartido y de recuerdos que ya son eternos. Porque aunque el calendario vuelva a marcar la rutina, la mente de los turolenses se queda pensando en el próximo julio, cuando todo volverá a comenzar.

El pueblo, se siente afortunado, porque cuando las lágrimas brotan tras un final, es señal de que han tenido el privilegio de sentirse realmente vivos. Y qué suerte que una ciudad de 36.713 habitantes sea capaz de despertar este sentimiento tan puro, auténtico y humano cada año.