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La cooperativa pide a los jóvenes alcañizanos un relevo generacional en la agricultura “formado y preparado”

Brun pronuncia el pregón de fiestas con el séquito de Damas de Alcañiz a sus espaldas

La Cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos instó ayer a los jóvenes alcañizanos a que hagan posible el relevo generacional que necesita la agricultura, formándose para un futuro que, "si bien es incierto, siempre será más fácil para la gente que esté preparada".

La Cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos instó ayer a los jóvenes alcañizanos a que hagan posible el relevo generacional que necesita la agricultura, formándose para un futuro que, "si bien es incierto, siempre será más fácil para la gente que esté preparada".

Pocas asociaciones de la localidad tienen el tirón de la Cooperativa, que aglutina en estos momentos a 2.120 socios. Por ello, su presidente, Juan Carlos Brun, aprovechó esta circunstancia para mandar un mensaje de ilusión por la agricultura entre las nuevas generaciones.

"Queremos dirigirnos a los jóvenes para que se preparen para el día de mañana y que, al igual que se forman para ser médicos, ingenieros o maestros, deben formarse para ser mecánicos, cocineros o agricultores", pronunció Brun hacia el final de su discurso ante una plaza de España abarrotada, como siempre, para presenciar el acto de inicio de las fiestas que sirve también para hacer el relevo de las Damas de Honor de la ciudad.

"La agricultura necesita un relevo generacional", expuso el presidente de la cooperativa, quien no obstante quiso dejar claro que el cambio debe ser "preparado y formado, con iniciativa e imaginación para que pueda afrontar con éxito el reto que le depara el futuro".

Brun apeló a que muchos de los asistentes "sois hijos, hermanos, nietos o amigos de agricultores", por lo que "tenéis una relación directa o indirecta con la agricultura o la ganadería".

"Toda nuestra historia no hubiera sido posible sin la colaboración y el trabajo incansables de nuestros socios, así como de trabajadores y clientes", destacó Brun. "La cooperativa ha estado, está y estará abierta a colaborar con cuantas asociaciones e instituciones oficiales necesiten de nosotros, puesto que como nuestro propio nombre indica, somos cooperativistas", resaltó.

Echar la vista atrás

En los tiempos que corren, en los que "vivimos el aquí y el ahora" y en los que "lo que fue noticia ayer se olvidará en 48 horas", Brun instó a no olvidar la historia de la agricultura en la localidad, salpicada de alegrías como el buen trabajo realizado en el olivar y en los frutales, pero también de lágrimas, como cuando el oficio en Alcañiz quedó muy mermado en los años 40 del siglo pasado debido a la falta de jornales como consecuencia del impacto de la Guerra Civil en el territorio. "Fueron tiempos de estraperlo y racionamiento", destacó Brun.

En la primera parte del siglo XX, la agricultura tenía en el olivar su principal fortaleza. Los árboles se extendían por las acequias Vieja, Nueva y Gabalda. En 1929 se construyó el pantano de Santolea y en esa época los molinos extraían "un producto afamado que se exportaba como Aceite de Alcañiz", en referencia comercial al oro líquido que se obtenía en todo el Bajo Aragón.

Pero llegó la helada de 1956, que mermó sobremanera el olivar. Desapareció la industria transformadora y llegó la emigración. La aparición del Servicio Nacional de Trigo, que garantizaba "unos precios dignos" al agricultor, hizo que la población mirara hacia los cultivos herbáceos.

Llegó la mecanización y la roturación de lomas y montes. El olivar pasó al autoconsumo y convivía con plantaciones de almendro. Mejoró el regadío en Valmuel y Puigmoreno, donde el Instituto Nacional de Colonización introdujo los frutales y la alfalfa.

Pero la población dedicada al sector agrario era escasa, por lo que el instituto de Alcañiz pasó de formar profesionales agrarios y de oficios manuales a dar una formación más académica.

La cooperativa, fundada el 29 de abril de 1946, ha estado siempre abierta a buscar "soluciones a los problemas de los agricultores locales", dijo Brun.

Por ello, desde que el terrateniente Rafael Cebrián la fundara, ha ido extendiendo sus locales y secciones hasta llegar a lo que es ahora.

El público, sobretodo el agricultor, disfrutó con las explicaciones históricas que brindó Brun. La primera sede de la cooperativa fueron los bajos de la posada Santo Domingo, lo que hoy es la sucursal de la Caja Rural de Teruel. Se construyó un molino para cereal con el que obtener pienso.

Después se trasladaría a lo que hoy son las viviendas sociales del barrio Capuchinos. Allí se ubicó  la primera tienda donde adquirir fitosanitarios, pequeños aperos, calzado y abono.

En 1964 se incendiaron las instalaciones y se destruyó la documentación. "Gracias a la colaboración de los mayores se ha podido recuperar algo de información", explicó el presidente.

En 1965 llegaría la organización por secciones. La primera fue la de Crédito "para poder financiar las inversiones de la cooperativa y pagar mejores réditos a los socios impositores". El secretario de esta época era Rafael Lacueva.

En 1970 se adquirió el local de la avenida Bartolomé Esteban, más espacioso. Siendo presidente José María Pascual se constituyeron las secciones de Cereales y Frutos Secos.

Repuntó el olivar y hubo que construir una almazara donde hoy está el restaurante El Trillero. Funcionaba día y noche, por lo que "las quejas de los vecinos de los pisos superiores eran constantes".

A finales de los 70 se trasladaron los almacenes hasta la carretera Escatrón y en 1980 se constituyeron las secciones de Piensos y Fertilizantes.

En el año 2000 surgieron nuevas necesidades derivadas de la transformación de la zona regable del Canal Calanda-Alcañiz, por lo que se construyeron las nuevas oficinas y se ampliaron naves y secadero. Se mejoró la gasolinera, remodeló la tienda de suministros e instaló el parque de energía solar.

En 2001 se creó la sección de Maquinaria y en 2013 la de Forrajes tras la fusión con CAVAL.

"Os propongo que no olvidéis lo que os he contado y que no solamente repitáis lo mejor de esta historia, sino que lo hagáis con la mayor dignidad y el orgullo que conlleva el hecho de ser alcañizanos", concluyó Brun antes de felicitar las fiestas a los vecinos. 

70 aniversario

El alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia Suso, fue el encargado de presentar al pregonero de este año. La cooperativa fue elegida, según explicó, porque este año se cumple el 70 aniversario de la también conocida como Hermandad de los Labradores y por ser "reflejo fiel de la sociedad alcañizana".

Gracia Suso lamentó que la agricultura sea una profesión "no suficientemente reconocida", pero se mostró convencido de que "en un futuro no muy lejano" la gente que emigró a las ciudades "volverá a los pueblos a buscar un trabajo más digno" porque la agroindustria demandará "profesionales cualificados".

"La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la

ocupación más digna para todo hombre libre". Esta frase, del jurista, político, filósofo, escritor y orador romano Marco Tulio Cicerón, fue repetida por el alcalde y por la voz en off de un vídeo emitido en pantalla gigante el cual destacó que la cooperativa factura entre 15 y 18 millones de euros al año, cuenta con 18 empleados fijos y es la cuarta en importancia de la provincia -la segunda en cuanto a cereal se refiere-.

Nueva dama

Pregonero y alcalde invitaron a disfrutar de las fiestas, que se desarrollarán del 8 al 13 de septiembre y que ayer tuvieron el acto preliminar con el pregón y la presentación de las Damas de Alcañiz.

Este año hay una nueva, Balma Senante, con motivo del vigésimo aniversario de la Lira Alcañizana. Le acompañaron en el escenario Carmen Gómez (Alcañizanos ausentes), Carmen Mateo (Cachirulo), Paula Comín (Peña Taurina), Marta Dobato (Alcañiz CF), María Jesús Aragonés (Asociación de Personas Mayores) y Andrea Velicu (Asociación de Rumanos del Bajo Aragón). También estuvieron presentes las reinas de Tortosa y Vinaròs, Alba Benaigef y Marina Soler, así como reinas de fiestas de varias localidades del Bajo Aragón histórico.

La ceremonia estuvo salpicada de momentos divertidos, como el baile de jota que se marcaron los cabezudos de la ciudad; emotivos, cuando subió la junta de la cooperativa tras el discurso de Brun; o rítmicos, con las actuaciones de Malandía y Mario y Carla, una pareja de baile de salón que con tan solo 14 años ya compiten y ganan concursos.

Mención aparte mereció el reconocimiento a la labor del técnico de Festejos, Emiliano Doñate, que leyó por última vez el decreto por el que Alcaldía nombra a las Damas. Con el cambio de año llegará su merecida jubilación.

También se proyectó un vídeo que resaltaba las potencialidades de Alcañiz en materia de patrimonio cultural, deportes o servicios.

La Unión Musical Nuestra Señora de los Pueyos (coro y banda) puso la banda sonora a la gala, a la que asistieron autoridades del Gobierno central y Diputación de Teruel, diputados nacionales y autonómicos, entre otros.

La plaza de España volvió a llenarse para presenciar la ceremonia pese al intenso calor reinante. La decoración, dada la elección del pregonero, no podía ser otra que motivos agrícolas, con un olivo presidiendo el escenario.

Autor:Marcos Navarro / Alcañiz