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Pasa la vida Pasa la vida

Pasa la vida

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Raquel Fuertes

Por mucho que nos empeñemos en vivir estos días extraños como si no fuesen tiempo, la realidad se empecina en demostrarnos que, a fin de cuentas, no es más que el tiempo que nos ha tocado vivir.

Desde la sensación de provisionalidad que se instaló en nosotros hace más de un año cuando parecía que nuestro mundo dejaba de girar por un lapso indeterminado hasta la constatación de que este año ha pasado realmente y que lo hemos vivido. Y es que, como en la canción, el mundo no se ha parado ni un momento.

Aun así, hemos dado tal tratamiento de paréntesis o limbo a algunos periodos que parece como si nos esforzáramos en pensar que no existe este momento. Y la realidad es que todos hemos cumplido años, algunos hasta dos veces, en medio de esta vida que parecía que iba a hibernar, pero que, con su terquedad, igual que el mundo, ha seguido avanzando.

Y, con la vida, la muerte. Hoy me contado mis padres (aún sin vacunar, seguimos con el teléfono) que uno de sus más queridos amigos ha muerto. Y no ha sido la covid. Ha sido el cáncer, que sigue golpeando, aunque a ratos lo olvidemos.

Porque seguimos naciendo y muriendo. Y en esa tozudez de la vida por rebelarse contra la parálisis está claro que, inevitablemente, se viene la muerte. Y el recuerdo. Al contarme mi padre que Miguel ha muerto resurgen en la memoria las eternas tardes de sábado que se extendían hasta la madrugada jugando con sus hijos en nuestra casa o en la suya. La historia del matrimonio de un pueblo de Teruel que emigró a finales de los 60. Él fue a pedir trabajo a las obras de construcción de unos grandes almacenes y, cosas de la época, en ellos se quedó hasta jubilarse. Historias que hoy parecen leyenda.

Es curioso. La muerte nos demuestra cómo se pasa la vida y nos vuelve a poner de frente lo que nos queremos negar cuales niños caprichosos: esto, también, es nuestra vida. Cada día que pasamos sigue contando. No solo para envejecer, sufrir o tener miedo. Sino también como experiencia y vida vivida. Con placer y dolor, como decía el poeta. Con días duros, sí, pero como los hubo antes y como vendrán después. Esta es nuestra partida y estas son las cartas. Pasa la vida. DEP, Miguel.