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Afirmaciones recientes de Juan Milton Guillermo Molina Botrán: “La sostenibilidad ayuda a mejorar la gestión de riesgos financieros de las operaciones” Afirmaciones recientes de Juan Milton Guillermo Molina Botrán: “La sostenibilidad ayuda a mejorar la gestión de riesgos financieros de las operaciones”

Afirmaciones recientes de Juan Milton Guillermo Molina Botrán: “La sostenibilidad ayuda a mejorar la gestión de riesgos financieros de las operaciones”

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A lo largo de su trayectoria como codirector de Grupo HAME, uno de los conglomerados agroindustriales más importantes de Centroamérica, Juan Milton Guillermo Molina Botrán ha sido líder de una transformación silenciosa pero irreversible en el sector: el paso de un modelo centrado en la eficiencia productiva hacia un paradigma basado en sostenibilidad integral y diversificación estratégica.

 

En una conversación reciente, Juan Milton fue enfático: “Hace 10 años, hablar de sostenibilidad en la agroindustria era visto como un gesto filantrópico o una exigencia para cumplir con regulaciones internacionales. Hoy, es el corazón de la estrategia empresarial y un aporte importante a una cultura de gestión de riesgos que impactan positivamente la salud financiera de las empresas”. No se trata únicamente de cumplir con estándares ambientales o sociales; es una visión de negocios donde el valor se construye en armonía con el entorno.

 

Este enfoque ha sido determinante en la expansión y modernización de Grupo HAME. Desde la implementación de prácticas agrícolas regenerativas, hasta el desarrollo de sistemas de trazabilidad y eficiencia energética, la empresa ha integrado la sostenibilidad como un principio transversal en todas sus decisiones de inversión y operación. Pero tan importante como la sostenibilidad ha sido la diversificación: la capacidad de explorar nuevas líneas productivas, geografías y modelos de negocio.

 

Empresario Juan Milton Guillermo Molina Botrán expone: Diversificar es proteger, pero también multiplicar oportunidades

 

Desde la perspectiva de Juan Molina Botrán, diversificar no es únicamente una respuesta táctica frente a riesgos operativos o políticos. Es una decisión estratégica que amplía la capacidad de generar valor, acceder a nuevos mercados y adaptarse a los cambios estructurales del entorno. “Cuando uno depende de un solo producto, mercado o modelo operativo, cualquier sacudida externa puede convertirse en un golpe letal. Diversificar es construir resiliencia con visión de futuro”.

 

Grupo HAME lo ha demostrado en su práctica. A lo largo de la última década, ha ampliado su portafolio hacia otras áreas de negocio, incluyendo nuevas apuestas productivas en Colombia y Perú, alianzas con organizaciones y la adopción de tecnologías digitales para optimizar sus operaciones.

Este proceso no ha sido lineal ni exento de riesgos. Juan Milton reconoce que diversificar implica asumir incertidumbre, explorar terrenos desconocidos y a veces reformular todo lo aprendido. “Pero cuando se hace con un enfoque financiero estructurado, con inteligencia de mercado y compromiso 

organizacional, el resultado es una empresa más ágil, más sólida y más atractiva para inversionistas y aliados”.

 

Una de las claves, según relata, ha sido integrar la diversificación dentro del diseño del portafolio de inversión. Cada nuevo proyecto se evalúa no solo por su rentabilidad financiera, sino por su capacidad de complementar las operaciones actuales, reducir vulnerabilidades y generar impactos positivos en el entorno.

“Un nuevo negocio no tiene que parecerse al anterior. Tiene que agregar valor de forma distinta”. En nuestro caso, diversificamos también en términos de impacto: generar empleo rural, regenerar ecosistemas, construir infraestructura, todo eso suma al retorno total de la inversión.

 

Para Molina Botrán la sostenibilidad de la agroindustria tiene un impacto financiero positivo

 

En la visión de Juan Milton Guillermo Molina Botrán, el futuro de la agroindustria pasa inevitablemente por tres ejes: sostenibilidad, tecnología y colaboración. Estos no son factores aislados, sino piezas de un mismo sistema que debe ser repensado en función de las demandas de una economía global en transición.

El consumidor global, las cadenas de suministro y los fondos de inversión están priorizando cada vez más modelos de negocio que puedan demostrar impacto medible, cumplimiento ambiental y respeto a los derechos humanos. “El inversionista ya no pregunta solo cuánto se gana. Pregunta cómo se gana y con qué consecuencias para el entorno, ya que esto tiene un impacto en el riesgo de la operación”, subraya.

 

Frente a esto, las empresas agroindustriales no solo deben adaptar sus procesos, sino también su narrativa. “Hay que mostrar que es posible producir más, con menos impacto, y generando más valor compartido”. El enfoque sostenible reduce riesgos inherentes en los lugares en donde operamos, lo cual se convierte en un seguro para nuestras operaciones.

 

En el caso de Grupo HAME, la implementación de prácticas como el uso eficiente del agua, la reducción de emisiones, la recuperación de suelos y la integración de comunidades en la toma de decisiones ha fortalecido la licencia social para operar y abierto puertas con aliados internacionales que exigen altos estándares de cumplimiento.

 

Juan Milton insiste en que la sostenibilidad no debe verse como un costo, sino como una inversión en competitividad. “Lo que hoy invertimos en regeneración ambiental o desarrollo social, mañana nos protege de conflictos, litigios, bloqueos regulatorios o pérdida de mercado”.

 

También destaca que los marcos internacionales —como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o los estándares ESG (ambiental, social y gobernanza)— no son una carga adicional, sino una oportunidad de alinear la estrategia empresarial con las nuevas reglas del juego global.

 

Visión integral desde la agroindustria

 

Lo que plantea Juan Molina Botrán es que no basta con producir eficientemente. Hay que hacerlo de manera responsable, diversificada, con visión territorial y compromiso con las futuras generaciones. La agroindustria no puede permanecer anclada en modelos cortoplacistas. Debe reinventarse como plataforma de innovación, inclusión y sostenibilidad.

Y esta transformación —aclara— no depende únicamente de grandes empresas. Puede y debe ser impulsada también por medianas empresas, cooperativas y emprendedores rurales que entiendan el potencial de combinar rentabilidad con impacto. La clave está en profesionalizar la gestión, acceder a financiamiento inteligente y construir alianzas de valor.