En los metales hemos encontrado un sinfín de aplicaciones, creando herramientas y estructuras que forman parte de nuestro día a día. Desde el trabajo hasta el hogar, estamos rodeados de artefactos metálicos, por lo que en ocasiones tenemos la necesidad de encontrar nuevas y mejores técnicas que nos permitan utilizar este recurso con mayor fiabilidad.
Uno de los primeros métodos desarrollados para tal fin es la soldadura a gas, la cual ha sido empleada durante siglos para crear aleaciones que permitan reemplazar el uso de tornillos, clavos y tuercas. Esta nos permite obtener uniones más fuertes y menos sensibles a la corrosión.
Ciertamente por el avance tecnológico existen otros procedimientos que se adaptan a las nuevas demandas, pero este modelo de trabajo sigue siendo relevante al momento de trabajar sobre aluminio, cobre o chapas metálicas.
Cada uno de los gases tiene una función concreta en el proceso de soldadura, por lo que, según el tipo de resultados que busquemos, vamos a requerir de un tipo de mineral u otro.
Además, será necesario contar con los conocimientos para operar la maquinaria idónea para la obra, siguiendo el procedimiento con exactitud y manteniendo los parámetros de seguridad en todo momento.
Aspectos como la apariencia, el aumento de las propiedades anticorrosivas e incluso la cantidad de humo presente al momento de soldar, que es un factor importante para nuestra salud, pueden verse influenciadas a través del mineral que empleemos, como facilitar el rendimiento de la soldadura y obtener una terminación más profesional.
Del mismo modo, es indispensable disponer de un equipo de protección que nos permita trabajar con total seguridad. Utensilios como los lentes de protección, los guantes de manga larga, el mandil de cuero y el calzado adecuado deben estar presentes al momento de realizar esta actividad.
Uno de los primeros métodos desarrollados para tal fin es la soldadura a gas, la cual ha sido empleada durante siglos para crear aleaciones que permitan reemplazar el uso de tornillos, clavos y tuercas. Esta nos permite obtener uniones más fuertes y menos sensibles a la corrosión.
Ciertamente por el avance tecnológico existen otros procedimientos que se adaptan a las nuevas demandas, pero este modelo de trabajo sigue siendo relevante al momento de trabajar sobre aluminio, cobre o chapas metálicas.
¿Cuáles son los gases más utilizados en la soldadura a gas?
En la fusión de estos materiales se emplean gases, los cuales son mezclados junto a otros, que actúan como combustible. Por lo general, los elementos gaseosos aprovechados son el oxígeno, el nitrógeno y el argón, los cuales son extraídos del aire para crear una atmósfera adecuada que permita la correcta cohesión de los componentes.Cada uno de los gases tiene una función concreta en el proceso de soldadura, por lo que, según el tipo de resultados que busquemos, vamos a requerir de un tipo de mineral u otro.
Además, será necesario contar con los conocimientos para operar la maquinaria idónea para la obra, siguiendo el procedimiento con exactitud y manteniendo los parámetros de seguridad en todo momento.
¿Por qué es importante elegir el gas correcto para cada trabajo?
La mayoría de nosotros creemos que estos son utilizados únicamente para proteger las uniones que hemos hecho; sin embargo, podemos obtener otros beneficios a través de la correcta selección del producto.Aspectos como la apariencia, el aumento de las propiedades anticorrosivas e incluso la cantidad de humo presente al momento de soldar, que es un factor importante para nuestra salud, pueden verse influenciadas a través del mineral que empleemos, como facilitar el rendimiento de la soldadura y obtener una terminación más profesional.
¿Qué equipo necesito para realizar una soldadura a gas?
La principal herramienta de trabajo que nos hará falta es un soplete, el cual nos permitirá controlar la cantidad de fuego necesario para unir, cortar y calentar las distintas piezas con las cuales trabajaremos. Además de esto, debemos contar con bombonas cargadas con los gases para la obra.Del mismo modo, es indispensable disponer de un equipo de protección que nos permita trabajar con total seguridad. Utensilios como los lentes de protección, los guantes de manga larga, el mandil de cuero y el calzado adecuado deben estar presentes al momento de realizar esta actividad.
