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Bitcoin y el nuevo invierno criptográfico Bitcoin y el nuevo invierno criptográfico

Bitcoin y el nuevo invierno criptográfico

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El fenómeno conocido como invierno criptográfico o criptoinvierno está ganando popularidad entre los inversores españoles de criptomonedas, a pesar de que no es un fenómeno nuevo y de que se ha repetido de forma periódica durante la corta historia de bitcoin y el resto de criptoactivos y que, al menos en esta ocasión, parece estar provocada por la situación económica general.

Y es que esta caída masiva en la cotización desde sus máximos históricos -bitcoin llegó a superar los 67.000 dólares y ahora se mueve ligeramente por encima o por debajo de los 20.000 dólares- se une a los problemas que están experimentando varias exchanges y por lo tanto sus usuarios, en España ha sido muy sonado el caso de 2gether que todavía está por ver en qué termina, lo cual abre numerosas incógnitas de cómo saldrán las criptomonedas de la presente coyuntura y qué activos y empresas sobrevivirán al invierno.

Halvings e inviernos; la montaña rusa del bitcoin

Las criptomonedas son uno de los activos financieros más volátiles que existen, por ello invertir en ellas, ya sea con un bróker como Plus500 España, a través de una exchange o directamente con una billetera fría, implica asumir un nivel de riesgo alto, a pesar de lo cual durante los últimos años el comercio con las mismas parece haber ganado una gran popularidad, por lo que se hace necesario conocer qué eventos afectan al alza o a la caída de su cotización, sobre todo en el caso de bitcoin, dado que es tan grande su importancia dentro de este mercado que sus movimientos pueden llegar arrastrar al resto de criptomonedas.

Desde el momento de su nacimiento, bitcoin ha experimentado subidas y bajadas en su cotización, pero hasta ahora ha sido tras los halving -que es cuando la recompensa de bitcoins por bloque minado se reduce a la mitad, por lo que el ritmo al que crece su masa se reduce y, atendiendo a la teoría de la oferta y la demanda, el valor aumenta- el momento en el cual la criptomoneda ha pulverizado sus anteriores máximos históricos para después ir perdiendo valor hasta entrar en un momento de “congelación” relativa de los precios, que siempre se están moviendo en una u otra dirección, durante un periodo conocido como criptoinvierno. Esto ha sido así durante los últimos años, a pesar de lo cual de momento la vida de las criptomonedas es tan corta que los antecedentes son demasiado escasos para poder asegurar que el ciclo se siga repitiendo incluso en el futuro cercano.

Por lo tanto es imposible saber a ciencia cierta qué va a ocurrir con el precio de ningún activo, ya sea criptomoneda, materia prima o incluso divisa, así que no se puede saber ni tan siquiera si las criptomonedas van a salir reforzadas de la actual crisis o incluso si van a convertirse en un activo residual o a desaparecer en el caso de que aquellos analistas que hablan de burbuja y de tulipomanía tengan razón, pero si se sigue cumpliendo el ciclo de la última década y pico, el próximo halving de bitcoin se producirá en el año 2024, lo que reducirá la recompensa a 3,125 bitcoin por bloque y, en teoría, el precio de bitcoin marcaría un nuevo máximo en los meses posteriores, ¿Se desarrollarán los acontecimientos de la misma forma que durante los últimos criptoinviernos y halvings? Lo cierto es que hay demasiados factores en juego para predecir qué ocurrirá. Ahí están los antecedentes y también las grandes incertidumbres sobre la economía a disposición de todos para que cada inversor tome sus propias decisiones.

Y es que el bitcoin y el resto de las criptomonedas nacieron y crecieron durante los primeros años en un mundo distinto al actual, un mundo en el que el dinero era barato, y si bien es cierto que el BCE todavía no ha subido los tipos en la misma medida que lo ha hecho la FED parece que la era del dinero barato ha terminado, lo cual puede hacer más atractivo conservar la divisa que arriesgarla en inversiones como las criptomonedas o las tecnológicas, aunque también es cierto que la inflación puede espolear a ciertos inversores a mover su capital, lo que es más dudoso es si estos actores se decidirían por invertir en criptomonedas o más bien en otro tipo de activos más convencionales.