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El bricolaje como estilo de vida El bricolaje como estilo de vida

El bricolaje como estilo de vida

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Las ferreterías y centros de bricolaje de Teruel están a punto de sufrir una revolución. Al menos si nos atenemos al estudio realizado por la asociación de fabricantes y distribuidores AECOC sobre las últimas tendencias en el sector. Después de visitar tiendas por toda Europa y Estados Unidos, han llegado a la conclusión de que los compradores buscan algo más que soluciones prácticas. Quieren emocionarse. Y es que el DIY también ha caído en el lifestyle, ese modo de vida totalmente personal, pero compartido con miles de personas a través de las redes sociales. Ahora le toca a los fabricantes y vendedores adaptarse al cambio.

Tiendas de foto

Antes íbamos a la ferretería más cercana para comprar lo que nos hiciera falta para un proyecto. O bien a un centro grande de bricolaje a curiosear las novedades buscando inspiración. Pues eso se va a acabar. Ahora lo que se lleva son tiendas con el mínimo de artículos imprescindibles. Porque lo que atrae al público hasta allí no es lo que se vende sino la experiencia que se puede vivir. Por eso los espacios están decorados con tanto mimo que seguro protagonizarán más de un selfie en las redes sociales.
Y esto es algo que se busca. En mayor o menor medida, todos nos hemos convertido en influencers entre nuestros seguidores. Y, como compartimos todo lo que nos pasa, pues también está la visita al centro comercial. Si nosotros nos ‘maqueamos’ para salir guapos en la foto, ¿por qué no lo van a hacer también las tiendas? Qué mejor manera de darse a conocer.

Ecotiendas

Muchos consumidores se acercan al bricolaje para poder reutilizar sus viejos muebles o artículos de menaje, en lugar de comprar otros nuevos. Eso es porque tienen una gran conciencia ecológica. Y las ferreterías deben tenerlo en cuenta, ofreciendo, por ejemplo, pinturas más respetuosas con el medio ambiente o haciendo los envíos en bicicleta o en vehículos eléctricos.

Los nuevos centros de bricolaje

Se busca estimular los cinco sentidos, inspirar al comprador, enseñarle nuevas técnicas o productos de bricolaje para llevar a cabo sus proyectos. Pero para ello, es necesario que cambien algunas cosas:
 
  • Las tiendas deben ser accesibles. Mejor, por tanto, si están en el centro urbano. Y, en nuestro caso, no solo en la Comunidad de Teruel, sino también en las otras comarcas.
  • Hay que ponérselo fácil al usuario. Algunas de las ‘herramientas’ más solicitadas son los consultores de color, las muestras adhesivas, los comparadores o las calculadoras de presupuesto entre otros.
  • Como es bien sabido, algunos proyectos pueden volverse inalcanzables. Por ello es de agradecer poder contar con kits a precio cerrado que contengan todo lo necesario.
  • Servicios postventa. También es bueno disponer de videotutoriales o asistentes virtuales para ayudar con las dudas.

El movimiento slow llega a las ferreterías

Las nuevas tiendas no tratan tanto de vender artículos concretos como proyectos o experiencias que se puedan compartir e inspirar a su vez a otros seguidores. Así, los usuarios aprenden nuevas habilidades, técnicas de mantenimiento, ideas de decoración y similares.
Esto se puede hacer a través de videotutoriales, tan populares entre los millenials. Pero las tiendas también ofrecen cursos presenciales y demostraciones donde prima el factor humano. Por supuesto, con la idea de generar confianza y cercanía. Por desgracia, esto se presenta un tanto difícil en tiempos de COVID, pero seguro que termina calando.