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¿Es el objetivo de la libertad financiera la última cárcel? ¿Es el objetivo de la libertad financiera la última cárcel?

¿Es el objetivo de la libertad financiera la última cárcel?

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En la sociedad actual hay un término que empieza a hacerse oír: libertad financiera. Es el sueño de todos, ser capaces de poder vivir casi de las rentas a edades mucho más tempranas que las establecidas para la jubilación.
¿Cuál es la situación económica media en cualquier país desarrollado a los 30-35 años? En los últimos años ha cambiado el perfil, todo sea dicho, pero el objetivo cumpliendo esa edad es tener un trabajo relativamente estable, estar formando una familia, disponer de una vivienda bien alquilada o comprada con hipoteca y poder permitirse ciertos lujos.

Aunque esa es una realidad un tanto utópica según a quién se pregunte. Algo que era habitual antes de la crisis de 2007, hoy en día es algo distinto. Actualmente ese perfil ha incrementado su edad, encontrándose esa “estabilidad” rondando los 40-45.

Vemos cómo los créditos tienen un perfil distinto al que tenían hace años. Cada vez es gente con más edad la que hace sus búsquedas para poder encontrar financiación” explican desde LoanScouter.com, quienes en su plataforma ayudan con un comparador a encontrar las mejores condiciones crediticias del mercado.

Volviendo a la idea de libertad financiera, en el mercado hay numerosos libros de gurús que explican cómo lo han conseguido.

Normalmente hablan de emprendedores que, gracias al marketing, consiguen crear una compañía más que rentable que les permite vivir prácticamente de las rentas. Aunque esto es real y hay gente que consigue el objetivo, hay que cuidar mucho de dejarse llevar por la euforia y endeudarse en demasía en busca de El Dorado.

Las claves para conseguir una libertad económica más real es darse cuenta de lo que de verdad se quiere. El dinero no deja de ser el instrumento para conseguir ciertos privilegios, pero ¿qué se quiere de verdad? ¿Comprar un juguete o pasar tiempo con los niños?

Con objetivos claros es mucho más sencillo poder valorar cuánto se necesitaría para conseguir ser feliz que, no deja de ser, el objetivo de esta libertad.

No se trata de pensar exclusivamente en el futuro olvidando el presente. Este es un error que comete un alto porcentaje de la población y evita ser feliz hoy. Es necesario tener planes a medio y largo plazo o, mejor dicho, tener objetivos por los que pelear. Pero sacrificar el presente por algo que no se sabe si llegará es un gran error. Ser previsor, ir ahorrando y permitirse algún capricho en este momento es lo que traerá la felicidad” explican los psicólogos.