La vivienda en el medio rural: historias no sólo de barro y adobe
En municipios de menos de 1000 habitantes 1 de cada 3 casas está vacíaUno de los problemas que más preocupan en nuestra sociedad actual es el de la vivienda, que afecta tanto al entorno urbano como al entorno rural, pero ¿afecta de igual forma o se puede solucionar de la misma manera?
La falta de vivienda en nuestros pueblos está suponiendo un freno a la repoblación y a la fijación de proyectos en el territorio, además de ser uno de los principales motivos de despoblación de personas que no pueden independizarse en su pueblo o que no quieren vivir solas en una misma calle, -como nos han contado en nuestras investigaciones cualitativas-. Actualmente, la persona que quiere vivir, volver o independizarse en el pueblo no puede hacerlo porque no hay casas disponibles.
Sin embargo, según datos del INE, en municipios de menos de 1000 habitantes 1 de cada 3 casas está vacía, y según nuestras investigaciones solo 3 de cada 10 inmuebles en pueblo turolenses están habitados como primera residencia.
Cuando empezamos a investigar sobre qué hacer para resolver este reto de la vivienda, nos dimos cuenta de que cuando se hablaba de vivienda en el medio urbano se hablaba de números: distancia al centro, metros cuadrados, euribor, precio, número de baños… Sin embargo, cuando hablábamos de vivienda en el medio rural se hablaba de cosas mucho más humanas: allí vivió mi abuela, es la casa familiar, quizá mi hija quiera vivir allí en el futuro, está abarrotada de cosas de la familia, no quiero discutir con mi familia, tengo miedo de quien puede habitarla… Por lo que puede que el problema de la vivienda tenga unas características diferentes en el medio rural y que haya que escucharlas para poder aportar soluciones.
Además ¿es el mismo problema en todos los municipios? ¿Existe una solución aplicable a todos ellos? Pues lo cierto es que no. El reto no será igual en un pueblo con turismo que sin él, en un pueblo cerca de un núcleo urbano, dependiendo de su historia, de sus características sociodemográficas…
Por ello hay diferentes entidades trabajando sobre este reto como es el caso de la Agrupación de Entidades para el Desarrollo de la Provincia de Teruel o Agujama, que llevan avanzando sobre este reto varios años, como puede ser ahora su participación en Habita Rural, Adri Jiloca-Gallocanta con su bolsa de viviendas y su participación en Pueblos Vivos, donde han hecho campañas realmente buenas sobre vivienda. Municipios como Aguaviva con su propia bolsa de vivienda y Reaviva Aguaviva o muchos otros que han ampliado su vivienda pública y tratan de dinamizar cómo pueden ser Urrea de Gaén, Ferreruela de Huerva, Valjunquera, Celadas, Mazaleón, Gea de Albarracín con sus viviendas del cuartel… entre muchos otros.
Otro ejemplo serían las personas de la zona de Olba que, junto con la Replazeta -entidad que acompaña procesos de vivienda cooperativa en cesión de uso-. están tratando de hacer su sueño de vivienda colaborativa realidad o la Asociación Fuset que pone en valor la arquitectura tradicional y rehabilita antiguas casas solariegas utilizando técnicas de construcción tradicional entre muchas otras.
La mayoría de ellas son entidades de economía social que trabajan colaborando, aprendiendo las unas de las otras y esto es lo que a nosotras más nos gusta de la economía social: la posibilidad de trabajar en red, de colaborar, de no competir porque todas tenemos un mismo reto que resolver.
Aún cabría hacernos una tercera pregunta entonces… ¿Existe una solución mágica o única para todas las casas de un mismo municipio?
Sabemos que es difícil abrir las viviendas en el medio rural, ya que muchas veces tenemos miedos o falta de confianza en la persona que va a vivir allí, por choques culturales o generacionales, o miedo a la ocupación ilegal. También está el apego a la casa familiar donde hemos vivido tanto, el miedo a fallar a los familiares o tener que enfrentarse a “las cosas de los abuelos”. Además, las burocracias muchas veces bloquean los procesos tampoco facilitan o la falta de gremios impide conservar y rehabilitar el patrimonio rural. Pero hay soluciones que están siendo un éxito en muchos pueblos de España. Existe una solución para cada casa y para cada caso si hay voluntad.
Por nuestra parte, desde re-viviendo queremos volver a dar vida a las casas cerradas y vacías que abundan en nuestro territorio, como una de las posibles soluciones al reto de la falta de vivienda en lo rural, teniendo en cuenta las barreras que atraviesan cada casa para poder solucionarlas con herramientas concretas como la mediación para personas co-propietarias, ayudas burocráticas o jurídicas, fórmulas jurídicas alternativas como el alquiler por reforma…
Por lo que si tienes una casa cerrada y quieres ayudar a tu pueblo para que haya más vivienda disponible, que se conserve el patrimonio y el paisaje rural o incluso obtener un rédito o quitarte un quebradero de cabeza, puedes ponerte en contacto con re-viviendo para conocer otras fórmulas más allá del alquiler o la compraventa tradicional o para que te podamos recomendar otra entidad que podrá ayudarte.
