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¿Qué embalaje es mejor para enviar tus pedidos? ¿Qué embalaje es mejor para enviar tus pedidos?

¿Qué embalaje es mejor para enviar tus pedidos?

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El comercio electrónico ha incrementado el número de envíos gestionados tanto por empresas como por particulares. La elección del embalaje forma parte esencial de este proceso, ya que influye en la protección de los productos y en los costes de transporte. Las soluciones más habituales son los sobres de envío y las cajas de cartón, cada una con características que responden a necesidades logísticas específicas. La distinción entre ambos formatos pone de relieve el papel que desempeñan dentro de la distribución de mercancías.

Los sobres para envíos en el transporte de productos ligeros

Los sobres para envíos se utilizan para productos que no presentan riesgo de rotura, como correspondencia, prendas ligeras, accesorios o documentación comercial. Su estructura compacta contribuye a reducir el peso del paquete y facilita la manipulación durante el transporte. Este formato también se elige por el ahorro económico que supone, ya que repercute en menor medida en el coste total del envío.
Los materiales más comunes son el papel reforzado y el plástico opaco, ambos capaces de proteger frente a dobleces accidentales o a un contacto superficial con la humedad. Existen variantes acolchadas con burbujas de aire, adecuadas para pequeños dispositivos electrónicos o artículos que requieren mayor protección. Cada vez son más frecuentes las versiones en papel reciclable, que responden a la creciente demanda de embalajes sostenibles. A estas se suman modelos más específicos, como los sobres de cartón rígido para libros y catálogos, los formatos transparentes para documentos o las bolsas tipo courier para envíos rápidos.

En el comercio electrónico los sobres se emplean en artículos no frágiles, mientras que en las oficinas se destinan a la correspondencia administrativa y contractual. El cierre autoadhesivo agiliza los procesos de embalaje y contribuye a estandarizar las operaciones. En determinados casos se utilizan dentro de cajas más grandes para separar productos distintos en un mismo envío, reduciendo el riesgo de confusión en el reparto.

Desde el punto de vista logístico ocupan poco espacio y pueden almacenarse en grandes cantidades sin afectar a la gestión del almacén. Además, su uso está sujeto a criterios postales que establecen límites de peso y grosor. El cumplimiento de estos parámetros facilita la tramitación en los centros de clasificación y disminuye la posibilidad de costes adicionales.


Cajas de cartón como soporte para artículos de mayor tamaño

 

Para productos que no pueden enviarse en sobres, las cajas de carton grandes constituyen la opción más utilizada en la logística de los envíos. La amplia disponibilidad de medidas permite adaptarlas a distintas necesidades, desde el transporte de pequeños electrodomésticos hasta la manipulación de volúmenes textiles o el almacenamiento prolongado en instalaciones industriales.

El cartón de doble canal garantiza una protección eficaz frente a golpes y presiones durante el transporte. En los modelos fabricados con cartón kraft, la mayor rigidez posibilita apilar las cajas sin deformaciones, una condición esencial para aprovechar al máximo el espacio en camiones y almacenes organizados en palés. Para productos menos frágiles también se emplean versiones de canal simple, que reducen el peso del envío manteniendo un nivel adecuado de protección.

El cierre con cinta adhesiva es un elemento fundamental, ya que agiliza los procesos de embalaje y asegura que el contenido llegue intacto a su destino. Además de los modelos estándar existen versiones específicas, como las cajas telescópicas para productos de longitud variable, los formatos con separadores internos para varios artículos en un mismo paquete o las soluciones diseñadas para colgar prendas, muy utilizadas en el sector textil. Estos ejemplos muestran cómo un contenedor sencillo ha sabido adaptarse a exigencias cada vez más variadas de la distribución.

La sostenibilidad ha adquirido un papel decisivo. El cartón es completamente reciclable y una parte creciente de la producción incorpora fibras recuperadas. De este modo, su uso responde tanto a las necesidades de protección y transporte como a los criterios de economía circular que orientan las políticas europeas y marcan las decisiones de las empresas que priorizan la reducción del impacto ambiental.