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Albarracín disfruta de la extraordinaria bravura de un novillo de Juan Vicente Mora Albarracín disfruta de la extraordinaria bravura de un novillo de Juan Vicente Mora
Jesús Moreno con el de Alicia Chico. Sevi

Albarracín disfruta de la extraordinaria bravura de un novillo de Juan Vicente Mora

El novillero Julio Norte corta tres orejas y un rabo a los cárdenos de Mora

Como cada año por estas fechas, en conmemoración de las fiestas a Santa María y al Santo Cristo de la Vega, se celebraron en la coqueta plaza Mayor de la localidad de Albarracín, un festival taurino el domingo y una novillada sin picadores el lunes.

El domingo, si lidiaron dos novillos de la ganadería de Alicia Chico, bien presentados, con cuajo y romana. Andarín y soso el primero y parado y desrazado el segundo. El novillero Jesús Moreno, quiso agradar con su primer oponente, un animal andarín que dejaba estaba estar y que el al uso de la espada, hizo que la faena fuera silenciada. Con su segundo, un novillo más hecho y cuajado, Moreno quiso meterlo en la muleta, pero no hubo entendimiento ente toro y torero y además, otra vez el mal uso de la tizona, hizo que su faena fuera silenciada de nuevo.

El lunes, en la histórica plaza albarracinense se dio una conjunción sinónimo de triunfo. El salmantino Julio Norte se encontró con dos extraordinarios novillos de Juan Vicente Mora. El primero de la tarde ya dio muestras de calidad en el saludo capotero de Norte, quien entendió a la perfección al animal, que fue pronto con la muleta, y al que pasaportó con media estocada y un descabello. Oreja para el salmantino.

El segundo de Mora demostró una clase extraordinaria desde el comienzo de una faena en el que la humillación del astado fue el hilo conductor, ya desde la lidia con el capote. Pero lo trascendental de la faena vino cuando Norte se echó a las manos la muleta. Y es que, a lo largo del tercio de muerte, el animal mantuvo esa humillación, a la que sumó la clase y repetición que hicieron que el público, que copaba la plaza construida de troncos, se emocionase ante lo que pasaba en el ruedo. Un estocadón en todo lo alto rubricó una faena en la que Norte paseó los máximos trofeos, y tras la que se premió al novillo con dos vueltas al ruedo como reconocimiento a su clase y bravura.