

Alberto Donaire destaca en la novillada de La Virgen en Valencia
Román cuajó una gran actuación en el festival por los afectados de la danaSi hay un vocablo capaz de definir al conjunto del encierro de Casa de los Toreros lidiado el pasado sábado en Valencia fue mansedumbre, hasta el punto que condicionó notablemente la intervención de la terna. La nota destacada y positiva de la tarde vino de la mano de Alberto Donaire, a quien no se le puede reprochar su voluntad y entrega, y quien, además, regresaba al coso de Monleón tras la dramática cogida que sufrió en el mismo albero la temporada anterior. Brindó la muerte de su primero al cirujano Luis Sabater. Fue prendido en varias ocasiones y aún con todo se repuso y se colocó nuevamente ante la cara de los novillos en un alarde de valor y compromiso.
Nacho Torrejón pudo haber tocado pelo en el último, el más potable, de no haber amarrado con los aceros y en el que pudo esbozar detalles de buen toreo; Escudero también anduvo voluntarioso.
Reaparición de Ponce
El domingo se celebró el festival a beneficio de los damnificados por la dana. Con menos de un tercio del aforo cubierto se lidiaron 5 novillos de Álvaro Núñez, correctos de presentación, pero justos de fuerza y raza. Ponce, que regresaba a esta plaza, cuidó al primero, extrayendo buenos muletazos, siendo fiel a su estilo; también Vicente Barrera compuso la figura y se sintió a gusto con el segundo, al que le cortó una oreja, tras una efectiva estocada, como hizo el torero de Chiva en el primero.
Menos suerte tuvo Manzanares en el tercero ante un novillo que no le permitió sentirse cómodo y poder ejecutar su toreo. Con todo, pudo robarle algún pasaje de cierta enjundia. Su disposición fue premiada con otra oreja. Román fue todo pundonor; desde la salida del animal hasta los últimos pasajes de la faena de muleta. Rodilla en tierra, tanto con el capote, como con la muleta, se ganó nuevamente la admiración de su público que lo aclamó en todo momento. Destacaron varias series al natural. Cortó otra oreja más. Se le vio relajado y cómodo. De Andreu, que cerraba el cartel, decir que puso voluntad, pero el fallo en la suerte suprema lo dejó en una vuelta al ruedo.