Álvaro Lorenzo, torero: “El torero es un artista que transmite lo que tiene, con la dificultad de acoplarse al animal”
“Con el tiempo intentas sacar ese concepto que uno tenía desde niño, que es innato, que es tuyo”Álvaro Lorenzo es uno de los toreros emergentes del escalafón actual. Sus reiterados triunfos esta temporada así lo corroboran, habiendo mantenido su personalidad desde sus inicios como torero, caracterizada por el temple y la elegancia. Su técnica, y su buen manejo del capote, permiten considerarlo con uno de los toreros a tener en cuenta. Cierra esta temporada con 21 orejas en su esportón y participó esta semana en los coloquios taurinos en Teruel.
-Álvaro Lorenzo concluye una temporada repleta de triunfos habiendo ofrecido una gran dimensión como torero, ¿puede considerarse este año como un punto de inflexión en su trayectoria?
-Esta temporada ha sido un punto de inflexión, ya que he sido capaz de cambiar esa situación que venía atravesando. Este año he podido crecer mucho como torero artísticamente y creo que en lo personal también me ha ayudado a cambiar y sobre todo de cara a los aficionados.
-De entre todas las tardes, ¿en cuál se ha sentido más a gusto y ha disfrutado más?
-Ha habido varias tardes muy importantes. Madrid ha sido la que más importancia ha tenido y la que más ha marcado la temporada. Para mí personalmente, creo que la tarde de Requena, por ejemplo, fue una tarde muy rotunda y donde también pude cuajar un toro de Adolfo, además de los otros dos. Esa faena impactó a todos los aficionados que la vieron y creo que en lo personal es la que más he disfrutado. También ha habido otras muchas más, como la de las Navas de Marqués e Iniesta. El festival que se celebró en Villaseca de la Sagra a beneficio de la Dana también lo disfruté mucho y fue el primer toque de atención de cara a los aficionados.
-¿Qué concepto de toreo busca?
-Con el tiempo vuelves a lo que siempre me habían dicho; intentas sacar ese concepto que uno tenía desde niño, que es innato. El que tú llevas dentro que sientes como tuyo. En todo ese proceso, al final uno intenta cortar más orejas porque hoy en día marcan mucho y se intenta cortar más para que los triunfos lleguen más rápido y te sales un poquito de tu concepto algunas veces. Desde que empecé en la escuela de Toledo, tenía ese concepto clásico; ir buscando esa elegancia y a la vez esa armonía en todos los movimientos y a partir de ahí pues ir ahondando y cada vez toreando mejor y más despacio, más reunido, a mayor número de animales.
-En este sentido, ¿quién sería su referente?
-Ahora mismo en el que más fijo es Morante de la Puebla, que creo que es el torero que más me he emocionado y que más he disfrutado y además, sobre todo, es el que a mí me hizo querer ser torero. Además también en otros toreros. Por supuesto en mi padrino, el maestro Juli, José Tomás… Te digo esos tres porque quizá son los tres de los que yo he podido vivir y los que más me han marcado. Y creo que han marcado a todos los aficionados y a toda esa generación de toreros jóvenes.
-¿En qué piensa un torero cada tarde en la que hace el paseíllo?
-Depende del momento, depende de la tarde, depende de cómo se encuentre. Pasan muchas cosas, que salga lo mejor posible, que los toros embistan. Hay otros momentos que no; hay otros momentos que es todo lo contrario; que lo único que piensan es triunfar por encima de todo, buscar un toro y estar a un nivel muy grande y bueno, hacer ese esfuerzo que bueno, que cuando uno está convencido pues llega ese esfuerzo que te puede marcar y te puede cambiar tu temporada. Pienso en lo afortunado que soy cada vez que me he visto de torero y voy a torear porque es lo que más me gusta hacer, torear. En este momento disfruto mucho, cada vez que toreo y no pienso en más allá; únicamente en disfrutar, por supuesto, en poder cuajar un toro bien, pero en disfrutar y demostrar ese toreo que llevo dentro e intentar que sea lo más grande posible.
-El toreo, ante todo, expresa un sentimiento… ¿cómo es capaz un torero de hacerlo realidad delante de un animal?
-El torero es un artista que tiene la oportunidad de mostrarse, de transmitir lo que uno tiene, haciendo lo que le gusta con la dificultad de que tiene acoplarte a un animal que no sabes cómo va a salir ni qué va a hacer. Entonces… es todo tan de verdad, tan puro que cuando todo eso sale llega a todo el público. Saben que están viviendo un momento único, irrepetible. Cualquier otro espectáculo está muy preparado. Una corrida de toros, no hay una faena igual, no hay un toro igual, no hay nada igual. Yo creo que eso es lo que hace esta lo que hace el toreo tan grande, que sabes que cada tarde puede ser histórica y puede ser irrepetible. A la vez con la verdad de que todo lo que está pasando ahí están real como la vida, donde en una misma tarde pues puedes vivir una serie de contrastes tan opuestos como es ese el triunfo, la tragedia, la vida o la muerte, la alegría y la pena. Son muchos contrastes que al final que sea todo tan de verdad y tan grande hace que no tenga comparación con ningún otro espectáculo.
-Ahora que estamos ya en el invierno taurino, ¿cómo se mantiene activo un torero?
-Va por va por épocas. La temporada acaba más o menos para la feria del Pilar y una vez que termina, los toreros solemos tomarnos un descanso. Y a partir de ahí, para noviembre o así, ya empezamos a hacer campo, a ir preparando un poco la temporada siguiente. Además en ese periodo, aunque parezca que estamos de descanso y que no hacemos nada, seguimos haciendo otras muchas cosas. Como te digo, en el mes de noviembre con la preparación en el campo, sobre todo, ya que los ganaderos empiezan a tentar, y a la vez pues entrenando. A partir de enero ya es cuando empieza esa preparación cada vez mucho más organizada, con más intensidad; ya no haces otra cosa que no sea entrenar y torear, descansar, por supuesto, pero ya está dedicado plenamente a tu preparación y a tu profesión y bueno, sobre todo, preparar los compromisos importantes como es San Isidro en el que todos intentamos llegar a mejor nivel y luego a partir de ahí es un mantenimiento hasta que acaba la temporada o hay otro compromiso.
-Cella como novillero con picadores, Teruel capital en dos ocasiones con triunfos importantes y Calanda, también con salida a hombros, es un buen balance de su paso por la provincia, ¿qué recuerdos tiene de esas tardes?
-Siempre se me ha dado bastante bien toda esa zona, la verdad. Me he sentido muy querido y muy arropado por la afición y se transmite. He tenido tardes bonitas y tardes donde he podido disfrutar mucho y que guardo con mucho cariño en mis recuerdos. Luego uno siempre quiere seguir teniendo esa sensación y seguir triunfando en esas plazas donde uno estaba a gusto. También en Ejea de los Caballeros y Zaragoza que son dos plazas para andar muy bien y me he sentido también muy querido.
