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Víctor Guiu
Parece que, ahora que la España rural está tan de moda, cualquier propuesta nos genera inquietud y, por qué no decirlo, nos ponemos a la defensiva, cansados y hartos de promesas, doble moral y sopla-sorbe continuo de los que dicen representarnos.

Qué duda cabe de que todos los españoles, independientemente del lugar donde vivamos, tendríamos que contar con los mismos servicios. Qué duda cabe que uno de los servicios fundamentales son las telecomunicaciones. Partiendo de ahí, todos estaremos de acuerdo que impulsar el teletrabajo no es malo ni bueno, es sencillamente un paso más en las nuevas formas de relación laboral, aunque lo que yo quiero es contar con una red en condiciones, paso primordial. Y ese paso, por ejemplo, está tardando más de la cuenta.

Pero seguimos olvidando que son ciertos sectores económicos relacionados con el medio rural los que deberían de impulsar nuestros entornos y economías, los mismos que languidecen. Nos siguen vendiendo las panaceas urbanas que nos salvarán. Ahora tocan renovables y teletrabajo. En otros tiempos fue el turismo rural para todos. Y cuando algo se pone de moda hay que ponerse siempre en guardia.

La experiencia me dicta que los hechos no se suelen corresponder con los deseos cuando hablamos de la despoblación. Llevo 40 años escuchando eso de que “si pudiese iría a vivir al pueblo”. Y cuando se puede el resultado suelen ser, en general: “naranjas de la china”.

Hay gente que sabe mucho más que yo, está más informada. Pero en lo que respecta a cualquier cambio en la administración en relación al medio rural, suelen tener los mismos resultados. Empadronarse cuesta poco, vivir gran parte del año es otra cosa. Y lo que ya hay: concursillos, comisiones de servicio, etc… solo han servido para acrecentar la marcha de funcionarios. Mientras sigamos siendo un paso protocolario para dar el salto a la ciudad seguiremos en las mismas.

¿Incentivos reales, económicos? Qué me sabré yo, que no soy político en activo. El vaciamiento y la apuesta por actuaciones de realidades urbanas son buenos deseos que difícilmente llegan a los hechos. Ojalá que me equivoque.