Síguenos
Dos catedráticos del Instituto,  ejecutados y olvidados (I) Dos catedráticos del Instituto,  ejecutados y olvidados (I)
Joaquín de Andrés Martínez. Foto: Alfredo de Andrés, su nieto

Dos catedráticos del Instituto, ejecutados y olvidados (I)

banner click 244 banner 244
Serafín Aldecoa

Este es un tema que nos rondaba por la cabeza desde hace tiempo y sobre el que teníamos ganas de escribir porque nunca se ha hecho salvo excepción (Franquismo y magisterio. Represión y depuración de maestros en la provincia de Teruel de Pilar Abós (coord.), debido a esa amnesia tan profunda que afecta a esta sociedad en la que nos movemos, incluidas las autoridades democráticas.

Pero no solo por eso, los catedráticos, maestros y profesores (las luces de la República) formaron parte del cuerpo administrativo del Estado que  más sufrió la represión de las autoridades franquistas empeñadas en eliminar de raíz cualquier resto de la educación y de los docentes que ejercieron en el quinquenio republicano.

Hoy fijaremos nuestra atención sobre estos dos catedráticos, Joaquín de Andrés Martínez y Germán Araujo Mayorga que ejercían en Teruel en 1936, pero la relación de docentes turolenses represaliados es más extensa de tal manera que en otro momento nos ocuparemos de gente como Pilar Escribano y  José Soler Berenguer profesores de Magisterio ejecutados, así como el también catedrático Pedro Díez que lo fue en Santander o Juan Sapiña Camaró que tuvo “suerte” y salvo la vida a cambio de morir exiliado en México.

Cuando en 1996 se publicó la Miscelánea conmemorativa del 150 aniversario de la creación del Instituto de Segunda Enseñanza de Teruel, una institución fundamental para la formación cultural de los habitantes de la provincia durante décadas, se incluyeron en sus páginas, entre otros contenidos,  una serie de micro biografías, algunas de ellas escritas por Juan Villalba, de catedráticos que habían pasado por sus aulas, todos ellos con un expediente brillante (Manuel Polo y Peyrolón, Eduardo Valdivia, Cosme Blasco y Val, Miguel Atrián, Isidoro Villarroya...) y con una gran trayectoria académica y científica.

Pues bien, de los dos que nos ocupan hoy, Joaquín de Andrés y Germán Araujo, titulados en Gª e Hª y de Matemáticas respectivamente, solamente se acordó el añorado profesor Vicente Villarroya Marqués -él también sufrió el fusilamiento de su padre- en un artículo (El Instituto durante la II República, 1930-1936) rememorando su paso por el Instituto que fue breve (en torno a cuatro años), ya que ambos fueron ejecutados por los militares sublevados en las semanas siguientes al 18 de julio de 1936.

Germán Araujo Mayorga. F. P. Iglesias

Este, el de la ejecución, fue uno de los aspectos compartidos por los dos catedráticos, pero hubo otros más como su juventud pues ambos estarían próximos a los 30 años en los momentos que llegaron al Instituto de Teruel y pese a ello, ocuparon puestos de responsabilidad en el Centro ya que por esas fechas Joaquín de Andrés era el director mientras que Germán ocupaba el puesto de secretario.

Joaquín de Andrés había nacido en la ciudad andaluza de Almería hacia 1900 donde habría realizado brillantemente los cursos de Bachillerato para posteriormente estudiar la carrera de Filosofía y Letras, sección Historia, en la Universidad Central en Madrid donde obtuvo el título de licenciado. Posteriormente aprobó oposiciones a catedrático ejerciendo en varios institutos como el de Zafra (Cáceres).

Después de participar en el concurso de traslados, vino a ocupar la cátedra de Geografía e Historia vacante en Teruel de tal manera que asistió al primer Claustro del Instituto de Teruel el día 29 de septiembre de 1932 junto al también catedrático de Agricultura  Santiago Blasco Puente tal como figura en el libro de actas correspondiente a dicho día, luego el curso académico 1932-1933 De Andrés ya se encontraba en Teruel para iniciar las clases.

Creemos que al poco tiempo de llegar a Teruel, si  no lo había hecho antes ya en Zafra, se afilió al Partido Republicano Radical Socialista (en adelante PRS), una organización de ámbito nacional que lideraba Marcelino Domingo y en la provincia, el abogado Gregorio Vilatela Abad. Este partido, con planteamientos políticos de izquierdas, proponía una serie de reformas para España como eran la separación de la Iglesia y el Estado, Parlamento unicameral, educación laica en las escuelas, la reforma agraria en el campo... que se plasmaron en parte en la Constitución republicana de diciembre de 1931.

Con el paso de los meses Joaquín de Andrés fue escalando puestos en el partido uniéndose al sector que se incorporó a Izquierda Republicana (IR) de Azaña a partir de 1934. Ostentaba la presidencia del partido en Teruel en 1936 con lo que era un objetivo claro a eliminar por los militares sublevados contra la II República el 18 de julio bajo la autoridad del comandante Virgilio Aguado.

Inmueble en el que impartieron sus clases, hoy Escuela de Hostelería

La ejecución de Joaquín de Andrés, seguramente en la Plaza del Torico a finales de agosto, tuvo trascendencia nacional pues cuenta el historiador hispanista inglés Hugh Thomas (La Guerra Civil española. Grijalbo 1977) que “En Teruel el director republicano del Instituto de enseñanza media de la localidad, Joaquín de Andrés, fue fusilado por un piquete de antiguos alumnos”.

Este hecho no está claro que fuera así, no hubo “piquetes” como en los fusilamientos clásicos del 2 de Mayo, pero sí hubo ejecuciones con disparos a bocajarro y una de ellas pudo ser la de Joaquín de Andrés junto a las de otras doce personas.   

Thomas, en cita a pie de página, copiaba la noticia de las extensas Memorias de Manuel Azaña, concretamente del volumen nº IV donde relataba cómo se enteró de la muerte de Joaquín de Andrés. Parece ser que el Presidente de la República, en esos momentos Azaña, habría recibido la información a través del dirigente socialista Juan Sapiña que también había sido catedrático de Latín en el Instituto de Teruel.