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Maudes, el hospital de jornaleros de Madrid de la turolense Dolores Romero Maudes, el hospital de jornaleros de Madrid de la turolense Dolores Romero
1918. Inauguración de Maudes. A la derecha y centro, Dolores y a la izquierda Alfonso XII

Maudes, el hospital de jornaleros de Madrid de la turolense Dolores Romero

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Serafín Aldecoa

La ciudad de Teruel supo reconocer en su momento la labor benefactora de Dolores Romero Arano al dedicarle el nombre de una calle que luego se convirtió en la denominación de un barrio entero. Todo ello en agradecimiento por la construcción en 1909 del  colegio-asilo de San Nicolás de Bari, orientado a la alimentación del cuerpo y educación del alma de los niños desde el punto de vista católico, ya que los primeros en hacerse cargo del centro fueron los Hermanos de La Salle.

Dolores, según algunas fuentes era natural de Terriente, aunque esto no está claro, pero sí que estaba vinculada a la Sierra de Albarracín. Viuda sin descendencia, creaba un internado gratuito “para cien niños pobres” de los que  30 serían de Valdecuenca, 40 de Terriente mientras que el resto se completaría con niños de otras procedencias. Disponía la testadora que en el colegio  “además de proporcionárseles todo lo necesario para su sostenimiento, se les instruya suficientemente para que puedan ganarse la vida con su trabajo, ya sea intelectual, ya corporal…”. La acción benefactora de la testadora quería combatir la miseria y analfabetismo que impregnaban la vida de principios del siglo XX en amplias zonas de la provincia como eran el Jiloca y Sierra de Albarracín. Al parecer y según Pérez Tello, de los cien niños, 50 eran analfabetos y solo unos 15 sabían leer y escribir. Por otra parte, los de Teruel,  “eran en su mayoría hijos de honrados jornaleros, pero para la gran mayoría de aldeanos recién llegados, era nuevo y desconocido el uso de la servilleta, del tenedor y del cuchillo.”

 Nuestra benefactora no solo se preocupó de los niños, también pensó en los obreros, en atender médicamente a los trabajadores de Madrid que sufrían diariamente gran cantidad de accidentes laborales en el tajo. Por eso,  no contenta con la obra de envergadura que había sido San Nicolás, dedicó otra parte de los recursos económicos que poseía a la construcción en Madrid  del llamado  “Hospital de Maudes”, nombre de la calle y de la zona de la capital de España donde se ubicó, aunque el nombre oficial fue “Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula”. Hay que subrayar la trascendencia del proyecto puesto que a su inauguración acudieron autoridades del Estado, incluido el monarca Alfonso XIII de cuya presencia hay testimonio gráfico a través de la prensa de la época.  

Esta institución estuvo dedicada fundamentalmente a socorrer de forma gratuita -cuando la sanidad no lo era- a los obreros accidentados o heridos en el trabajo y , por tanto, fue un centro de beneficencia fundado y financiado de forma altruista con los bienes de Dolores Romero cuya última voluntad, tras su fallecimiento en 1936, fue la de ser enterrada en una cripta situada en el subsuelo del hospital. 

Dolores Romero era “rica”, poseía considerables recursos económicos, sobre todo por parte de su marido Francisco Curiel y Blasi, que según algunas fuentes era miembro de una de las familias más acaudaladas de las acerías vascas, uno de los fundadores del Banco de España y también destacado empresario ferretero en Madrid. Así que después de la construcción del centro educativo en Teruel, aún le quedaron fuerzas y  medios, entre 1908 y 1916, para emprender esta espectacular obra que yo recomiendo que la visitéis pues está relativamente céntrica, concretamente al lado de la Glorieta de Cuatro Caminos (calle Fernández Villaverde), dentro del distrito de Chamberí. 

Maudes es original en su construcción porque presenta muros y fachadas de piedra caliza muy poco labrada y cerámicas vidriadas de colores varios que fueron obra de Damián Zuloaga. Su planta arquitectónica presenta estructura de estrella, en realidad hay que hablar de planta panóptica como algunas cárceles con la torre de vigilancia en el centro desde la cual se divisa el resto del inmueble. Es este caso tiene una forma centralizada con un cuerpo central del que salen cuatro brazos. Otro edificio del conjunto arquitectónico, construido por indicación expresa de Dolores Romero y también de considerables dimensiones, es la iglesia que se sitúa en un extremo  con planta de cruz griega de la que son de destacar las vidrieras de un estilo modernista junto a un patio de forma poligonal que hace que la luz entre a raudales por las distintas dependencias.

El proyecto fue realizado por dos arquitectos de renombre en España: el joven Antonio Palacios, cuya primera obra era esta, con la colaboración Joaquín Otamendi, autores también del emblemático Palacio de Correos y Comunicaciones en la Plaza de Cibeles de Madrid, con el que coinciden en gran medida en sus características estilísticas y artísticas pues Maudes, en general, presenta un claro eclecticismo con ciertos aires historicistas (medievalistas) así como rasgos modernistas más relacionados con la secesión vienesa que con el “art nouveau” (el estilo de Teruel).

Durante la Guerra Civil Maudes funcionó como hospital de sangre, posteriormente pasó a ser hospital militar y hacia 1970 fue abandonado para ser declarado monumento nacional unos años más tarde. En 1984 fue adquirido por la Comunidad de Madrid que tras restaurarlo, instaló allí sus dependencias que albergan alguna de las consejerías.